Darnos en Navidad

Por Redacción
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Navidad… comercio, publicidad o espiritualidad pura ¿?

Por: Marolen Martínez, Directora Ejecutiva revista Mujer de Negocios

Hoy, viernes previo a fin de semana navideño, en lo personal no suelo darle importancia a fechas específicas que se han vuelto tan mercantilistas, banales y consumistas, entre ellas el día de la madre, el día de san Valentín y que decir de esta época ¡la navidad!

Por todos lados vemos publicidad que llama a los mejores deseos para que seamos amorosos, generosos, compasivos ¡que vivamos el espíritu de la navidad! Lo malo de ello es que se ha impregnado verdaderamente en la sociedad únicamente el consumismo, olvidando que este sentimiento, ese espíritu debe ser atemporal para que realmente seamos seres humanos capaces de poner en práctica lo que significa el nacimiento del niño Jesús, no solo en diciembre, sino cada día de nuestra vida.

Y no es solo el rol del nacimiento del niño Jesús, qué decir del rol de San José o la Virgen María que con obediencia, sencillez y humildad aceptaron el desafío divino que les asignaron, sin pedirlo; o los reyes magos que recorrieron miles de kilómetros por fe, porque creían y los pastores que con inocencia o ingenuidad también compartieron lo poco que tenían, porque sentían el poder del amor en su corazón.

Debemos enfocarnos en transformar cómo pensamos, cómo sentimos y en última instancia cómo vivimos nuestras vidas. No es solo del diente al labio, en estos días.  Recordemos que como un hombre piensa en su corazón, así es realmente; estoy segura de que nuestra sociedad, nuestro metro cuadrado, nuestra zona de influencia puede irse transformando si verdaderamente vivimos en coherencia, poniendo en práctica el amor, la generosidad y la compasión.

En este mundo donde los pensamientos negativos y las mentiras buscan tomar el control tenemos una poderosa herramienta a nuestra disposición, la renovación de nuestra mente; ya lo dijo Albert Einstein “vivir como si nada fuera un milagro o vivir como si todo fuera un milagro” ¿cómo estás viviendo cada uno de tus días?

Nuestros pensamientos son un reflejo de nuestro verdadero ser interior, al final lo que decimos es lo que hay en nuestro corazón y mente.  Abramos nuestra mente a todo lo digno y seamos virtuosos, no sólo porque es Navidad y todo el entorno nos lo dice, sino más bien porque decidimos de manera consciente renovar nuestra mente, nuestras emociones, nuestros sentimientos y por ende nuestro actuar.

Con corazón abierto y mente dispuesta, busquemos la sabiduría en todos los días de nuestra vida, reflexionemos sobre esa verdad que significa “La Navidad”, seamos esa tierra fértil que da hermosos frutos, que florezcan actos de amor compasión y bondad en todo lo que hagamos.  El poder de nuestra mente es inmenso y trascendental, solo depende de nosotros el cambio, la transformación, aunque parezca una utopía, una ilusión.

Yo, creo en la magia, creo en la ilusión; a los niños que están a mi alrededor les hablo de la magia de Santa, lo hice con mi hijo y mis sobrinos creando el hábito de hacer la carta para Santa; porque esa magia esta dentro de nosotros, esa magia es el milagro de nuestra vida y mientras seamos seres humanos capaces de dar amor sin condiciones, de amar y darnos generosamente, nuestros milagros cada día serán más hermosos, más grandes y menos creíbles para quienes tienen un corazón duro, frío o seco en el que premia la envía, el egoísmo, las mentiras… la maldad, la falta de amor.

Debemos estar conscientes que el opuesto al amor es el miedo. Donde está el miedo, está la falta de amor.   El amor es el antídoto natural contra el miedo, no es el valor.    El poder transformador del amor.

Atrás de ciertas conductas hay heridas profundas, generemos la disposición a ver de una forma diferente, porque la mayor parte de los miedos o sentimientos negativos son creaciones de nuestra mente. Cuando nos reconocemos causa de nuestros propios miedos, los miedos son consecuencia de la falta de amor.

No podemos controlarlo todo, pero podemos controlar cómo respondemos a las cosas, así que debemos emerger con un mayor nivel de conciencia; en estos días de reflexión de llamadas a la acción, desde un comercial en la TV (el de Coca Cola esta maravilloso este año) tomemos la decisión y la acción de reencontrarnos a nosotros mismos, de perdonarnos y también liberarnos de las ataduras que nos amargan. 

Hoy más que nunca necesitamos una sociedad que recupere el verdadero significado de la navidad, capaz de darse.  Recuerda que cultivar tu sensibilidad emocional es la clave de tu fortaleza.

De corazón deseo que estos días sean energizantes para todos y que cada uno tome la dosis que considere necesita para transformar su entorno o sencillamente para mejorarlo y fortalecerlo para así cumplir el propósito por el cual estamos en este planeta, siendo como esa luz de la estrella de Belén.

Hermosa Navidad.

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