Vista, visión, enfoque

Siempre hay algún rayo de luz, visible gracias al respeto, amor y dedicación de los demás.

Por: Marolen Martínez

Cuando era niña una de las historias que más me impacto en la época escolar fue conocer sobre Helen Keller y en estos últimos días he estado pensando en ella y en su maestra Anne Sullivan, quien si duda alguna fue fundamental en el éxito de Helen; todos, de alguna u otra manera hemos tenido un maestro, un profesor, un líder, un mentor o para mencionar términos actuales, un coach, que nos ha impulsado e inspirado.

Todos pasamos momentos de oscuridad, de crisis, y hasta de desesperación, pero casi todos tienen un término, antes o después, y eso nos alienta y da esperanzas. Así lo esperamos, de hecho, ante la difícil situación que podamos estar viviendo.

Gracias a Dios, en lo personal cuento con el sentido de la vista, aunque hace muchos años uso anteojos, pero poseo ese sentido que me permite admirar la naturaleza, hacer algunas de las cosas que más me apasionan, escribir, leer y ver buenas películas. ¿Cómo esta tu vista, te haz hecho los chequeos adecuados para cuidarla y mantenerla lo más sana posible?

En cuanto a mi visión, siempre he tenido una gran AMVISION, es decir, “Amplia Visión” conquistar mi mundo y marcar la diferencia en mi entorno, he venido trabajando en ello desde hace ya algún tiempo. En tu caso ¿tienes clara tu visión? ¿te estas encaminando en hacer realidad tu visión? ¿Qué estas haciendo para hacerla realidad o irla redireccionando?

Y qué decir del enfoque, acá si he de confesar que me fue un poco complejo enfocarme y decidir alinear mi visión con mi propósito y por ende el enfoque; y quizás este sea el más complejo, porque en el diario vivir, en las circunstancias financieras que nos atacan y el miedo que nos acompaña nos es más difícil enfocar nuestra visión para que entonces esta nos conduzca a la plenitud, realización y rentabilidad.

Helen Keller, fue un ejemplo de lo que se puede lograr con una voluntad tenaz, abierta al saber, a la verdad, al bien y al amor a los demás y a Dios, y segura del apoyo incondicional de un guía o maestra que caminara delante de ella para así despejar las espinas del camino a recorrer. No extraña que afirmara que “Lo mejor y lo más bonito de esta vida no puede verse ni tocarse, debe sentirse con el corazón”, y “Cuando hacemos lo mejor que podemos, nunca sabemos qué milagro se produce en nuestra vida o en la de otros”.

La vida es un asunto apasionante, pero se hace todavía más apasionante cuando se vive para los demás.

La mirada implica consecuencias políticas y morales tan severas como el relato: lo que se elige mirar y lo que se elige contar resaltan por comparación la magnitud de lo que se oculta y lo que se calla.

Cada vez que alguien mira o cuenta las cosas como son nos sobrecoge el escándalo de su novedad. Nos trae noticias sobre el mundo que tenemos delante de los ojos. Alguien decide no engañarse y no engañar.

«Al mundo no hay que resistirle, lo que hay que hacer es elegir bien el mundo que uno prefiere y al cual hay que darse, y a ése, ah, a ése hay que darse a fondo, como cuando se nada o se duerme o se quiere.» Julio Cortázar

Nuestra orientación interior hacia una luz más profunda que la que podemos percibir por los sentidos, es lo que nos debe dar la fuerza para descubrir que el valor de cada persona, no sólo el nuestro, radica no en su exterior -apariencia o capacidad- o en su actividad, en lo que haga o deje de hacer, sino en su grandeza interior, en su alma espiritual e inmortal, capaz de trascender más allá de lo sensible hasta lo invisible, hasta el corazón. Esa es la verdadera fuente del respeto y de la dignidad de cada persona, que significa lo más perfecto que hay en toda la naturaleza, de ahí que sea necesario que exista un orden conveniente entre el ser humano y sus semejantes en la vida ordinaria, tanto en sus palabras como en sus obras; es decir, que uno se comporte con los otros del modo debido.

La oscuridad nunca es absoluta, pues siempre hay algún rayo de luz, aunque necesitemos del amor, respeto y dedicación de los demás para descubrirlo. No te rindas a pesar de los obstáculos que puedas enfrentar. Las recompensas llegarán a su debido tiempo, enfoca tu visión y seguro lograrás la trascendencia de una manera memorable, por ti y por tu entorno.