Por: Marolen Martínez
Estamos a una semana del 17 de junio, fecha conocida en Guatemala para celebrar el Día del Padre; sin embargo, cabe mencionar que esta no tiene tanto reconocimiento comercial y mercadológico para las marcas y porque no decir, para la sociedad, en relación con la celebración del día de la madre. ¿Por qué traigo esto a colación? Pues sencillamente para que hagamos una reflexión y más importante aún, tomemos acciones y así darle la importancia que realmente merece la celebración para papá.
Papá, sin duda alguna juega un rol sumamente importante en el desarrollo y equilibrio emocional, espiritual y actitudinal para todo niño o niña. Las dos figuras, paterna y materna, son indispensables para el equilibrado desarrollo de la personalidad, y para una correcta socialización.
En esta columna me quiero enfocar en todo lo positivo que muchos hombres viven en torno a su paternidad. Recordemos que también San José estuvo tentado de dejar a María, cuando descubrió que estaba embarazada; pero intervino el ángel del Señor que le reveló el designio de Dios y su misión de padre putativo. Y José, hombre justo, “llevó a María a su casa” (Mt 1,24) y se transformó en el padre de la familia de Nazaret. En la actualidad ¿cuántos hombres también toman esa decisión o les toca criar, educar y formar a sus hijos como “padres solteros”.
Muchas mujeres reprochan a los hombres no cumplir con el papel de padre cuando, más o menos conscientemente, ellas se las han arreglado para no dejarles el lugar que les corresponde. La madre aleja así al padre, con el riesgo de culparlo en un proceso perverso que le permite confirmar su poder y su sentimiento de omnipotencia sobre sus hijos, sobre el hombre y sobre el padre.
Debemos estar claros que el padre es el primer modelo de masculinidad que deben conocer los niños y niñas. Si se pierde la paternidad, perdemos todos. En cambio, todos ganaremos en una sociedad que sepa valorar la paternidad y la maternidad, cada una con sus propias virtudes y rasgos complementarios.
Los hijos son las personas que han engendrado los padres y habitan en su corazón. En cuidar de ellos les va la propia vida. ¡Cuántos desvelos y preocupaciones! ¡Cuántos trabajos y cuidados! Y también, ¡cuántas orgullosas alegrías! ¡Cuánta felicidad al sentir el calor, la ternura y la suavidad del abrazo de un hijo!
El rol de papá en la vida es imprescindible y debemos reconocerles su amor, dedicación, determinación y también sacrificios para sacar adelante a sus hijos, la paternidad también es un don divino que debemos aprender a reconocer y revalorizar.
Feliz Día del Padre para todos esos hombres que han decidido vivir una paternidad basada en el amor incondicional a pesar de las circunstancias externas que les toca sobrellevar.
