Por: Raúl del Valle – Ig: hrdelvalle
Sócrates en la Grecia Antigua, pronuncio una frase que casi 2450 años después sigue resonando y reflejando lo atemporal que es el fervor de la juventud, “Los jóvenes hoy en día son unos tiranos. Contradicen a sus padres, devoran su comida, y le faltan al respeto a sus maestros.”
Y mas que una critica a una actitud rebelde, o sin fundamento, me parece que desde que existe el ser humano ha existido un ferviente e intenso deseo de cambiar como se dan las cosas; y que no solo es cambiar por cambiar, es dinamizarlas, modernizarlas, y, sobre todo, rejuvenecerlas. El “Sistema”, entendiéndolo como todas esas condiciones y condicionantes de vida nunca ha sido perfecto, y nunca va a encontrar la perfección, pero si quienes lo integran pueden colaborar para las condiciones para todas y todos mejores.
Este ejemplo del ideal de sociedad que demostraban los griegos claramente no es lo que se vive en Guatemala en pleno 2023 con semejantes disparidades en la educación, escaso acceso a la salud digna, empleo mal pagado e inseguridad, y es incluso peor el nivel con el que se viven estos problemas en la juventud del país. Desde que tengo memoria la juventud guatemalteca ha tenido que hacer sacrificios para que las condiciones de vida mejoren, comprometen sus ideales, sus sueños y sus esperanzas por ajustarse a un sistema que claramente en 200 años desde que Guatemala se independizó, NO funciona.
Deja de ser funcional desde que una pequeña cúpula de avorazados, mentirosos y corruptos es la que da las directrices de cómo dirigir al país y deja a un lado al hecho de que la nación es integrada por muchos sectores y muy diversos, y a menos que se propongan planes, leyes y normas de beneficio común, solo se incentiva la mediocridad y enriquecimiento de unos pocos a costillas de los muchos.
La juventud ha tenido que sacrificar incluso sus vidas en Guatemala cuando de buscar un cambio se ha tratado y ejemplos en la historia hay muchos, contra la dictadura de Estrada Cabrera en 1920, contra la Dictadura de Jorge Ubico y Ponce Vaides en 1944, contra la Dictadura de la Corrupción en 2015 y posteriormente en 2017, 2021, etc., y así como esos ejemplos muchos otros.
Pero esa efervescencia y restauración del tejido social que la juventud suele provocar casi de forma cíclica parece siempre encontrar una pared por la cual no avanza, un muro de acomodamiento, inflexibilidad y conveniencia potenciado por la ignorancia. Ser joven en Guatemala es un desafío, y por eso mismo muchos deciden “envejecer” a la fuerza, para poder ser tomados en cuenta en una sociedad en donde la discriminación se da por edad, se da por títulos académicos, se da por preferencia sexual, por genero y la peor de todas, por origen étnico.
Pero estas palabras no son para mostrar a una víctima, es para hacer consciencia, de por si existir es un desafío, existir en Guatemala es complicado, existir en Guatemala siendo jóven es difícil, existir en Guatemala siendo mujer jóven es muy complejo, y existir en Guatemala siendo mujer, jٕóven en indígena es casi imposible. El acoso, la indiferencia, el egoísmo y el clientelismo deben ser cortados de tajo, y solo tomando consciencia como sociedad quizás se puedan empezar a mejorar las condiciones laborales, académicas y de salud donde casi el 40% de la población del país es joven de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística. Es momento de que “dictadura” de la juventud y el desarrollo tome el poder, la juventud no es el futuro, es el ahora, y este año será determinante para escoger a los próximos representantes del pueblo en el Organismo Legislativo y el Ejecutivo.
Informarse es un deber y una responsabilidad, y les invito a que estén atentos a todos los espacios que permitan visibilizar los planes, proyectos, e ideas que los candidatos a todos los puestos públicos propongan, en especial en favor de la juventud.
