Por: Margarita Pacay
Magnolia Ileana Velásquez Coti, Empresaria con un loable espíritu de liderazgo
Nació con un liderazgo nato florecido con la enseñanza de sus padres y abuelas. La experiencia como empresaria y amor por su país, la ha llevado a destacar como una lideresa en el desarrollo de las mujeres en diversos temas, social, económico, cultural y de empoderamiento.
Magnolia Ileana Velásquez Coti es esposa, madre, abuela y administradora de empresas; tiene a su cargo la gerencia del proyecto Labor La Trinidad, un centro de eventos especializados: cultura, empresariales, deportivos, sociales, con más de 15 años de estar funcionando en Quetzaltenango.
Con un concepto temático, con la fachada de la iglesia de la Merced de Antigua Guatemala, lleno de innovación, identidad, misticismo y recuerdos de generaciones pasadas.
Además de ser una empresaria con visión, Magnolia ha tenido toda una riqueza de experiencia en diversas áreas de apoyo en comunidades, siendo Presidenta de Junta Directiva de Grupo Gestor Quetzaltenango; miembro de la Junta Directiva de la Comisión de Turismo de Red Nacional de Grupos Gestores (CODETUR); asesora de la Red de Mujeres por el Desarrollo Local de Red Nacional de Grupos Gestores (REMUDEL).
Y se incluye la participación como miembro de la Gremial de Mujeres Empresarias de la Cámara de Comercio filial Quetzaltenango. Toda una experiencia que se ha fusionado con diversas capacitaciones y diplomados a nivel nacional e internacional.
«Soy de Quetzaltenango, me gusta participar en las actividades de desarrollo a favor de la mujer empresaria, emprendedora, madres y niñez. Valoro mucho la amistad y solidaridad», afirma Magnolia.
¿Cómo inicias tu proyecto exitoso?
Luego de trabajar en varias empresas privadas en Quetzaltenango, decidí continuar con el sueño de un negocio propio, y salir de mi zona de confort, que de hecho soñaba desde niña al tener ejemplos de emprendimiento de mis abuelas, una con su fábrica de velas y otra en su trabajo agrícola.
Tener tu propio emprendimiento implica grandes retos y satisfacciones, solo debes creer en lo que haces y tener pasión por ello, capacitarte, innovar y hacer que la creatividad aflore en cualquier proyecto que ejecutes.
Con ese enfoque logré salir de mi zona de confort y aprovechar las nuevas oportunidades que han surgido en los momentos de crisis. Es importante atreverse a dar el primer paso, conociendo el propio potencial.
En la empresa Labor La Trinidad, hemos ido innovando con un espíritu de identidad de nuestra bella Guatemala. En este centro de convenciones empezamos un pequeño museo, incluyendo objetos antiquísimos, de herencia familiar, como una carreta de 1940, llaves de mi abuela, una desgranadora, implementos de siembra, pesas, romanas y fotos de generaciones pasadas. De hecho, me atrae ser anticuaria.
¿Cómo equilibras tu tiempo ante los diversos roles?
Organizándome, aprendiendo a delegar, respetando y cumpliendo con cada compromiso, y a la vez dando calidad de tiempo a la familia. También es vital el espacio para una misma, cuidando toda nuestra integridad, a nivel físico, mental y emocional, porque esto es parte de nuestro amor propio.
Actualmente, mi experiencia como presidente del Grupo Gestor de Quetzaltenango (una institución que vela por el desarrollo económico local), ha sido un reto bastante fuerte que me ha fortalecido mucho y me ha hecho crecer como persona. La trayectoria de 25 años de la Red Nacional de Grupo Gestor ha hecho que me enamore del proyecto, a través de la oportunidad de ayudar y colaborar con otras personas y hacer de este país algo mejor.
Dentro de las actividades económicas durante la pandemia, se generó una necesaria reactivación tecnológica, digital y de innovación, que me ha incentivado a nuevas proyecciones, y a la mejora de servicios, considerando también la responsabilidad social con nuestros empleados.
¿Cuál es tu mensaje para las mujeres que inician un sueño?
Que crean en ellas mismas, que aprovechen su potencial y fuerza para tomar las decisiones con un buen asesoramiento. Que venzan los miedos y sean resilientes, porque de esa forma cuando tiendan a debilitarse, tengan el coraje para volverse a levantar y salir adelante.
Hay que recordar que todas las mujeres podemos ir afrontando cambios, pero jamás perder el horizonte, y está en nosotras mismas creer, confiar y trabajar en lo que nos apasiona hacer, sostenidas con el amor de Dios.
Cuando emprendan deben enfocarse en el nicho de mercado a donde se vayan a dirigir, tener claro su público objetivo; gestionar, hacer alianzas con instituciones que puedan aportar y agregar valor a sus procesos, capacitándose.
¿Cuáles han sido los valores con los que te has identificado?
Soy una mujer de fe, plenamente creyente en la convicción divina. Con un espíritu de confianza, solidaridad, y con el don de poder relacionarme de forma positiva con las personas.
Soy perseverante con mis objetivos, con un nivel de fortaleza que me ha permitido superar situaciones complicadas, y esa capacidad de resiliencia me ha llevado a salir adelante en todo lo que emprendo, con la bendición de Dios, permitiendo que más puertas se vayan abriendo.
A mí siempre me ha gustado participar en actividades de desarrollo, para que las personas conozcan sus fortalezas, las oportunidades, debilidades y amenazas en determinado momento.
Hay una frase que siempre me inspira: “Dame un punto de apoyo y moveré el mundo”. Ser ese punto de apoyo que te impulse a hacer más de lo que estás haciendo, sin ambición, sino con el espíritu de lo que eres, de la esencia como mujer.
Las caminatas son parte de los nutrientes de Magnolia, que le ayudan a estar saludable y a renovar sus ideas, con esa energía disfruta su trabajo como empresaria, así como del apoyo que ejecuta en los diversos proyectos a favor del desarrollo económico local de las mujeres, y capacitación al personal de guardería de un proyecto que incluye a niños de 6 meses a 6 años.
Su compromiso implica seguirse capacitándose y participar en diversos congresos nacionales e internacionales. Con el reto es seguir floreciendo junto a sus hijos, y compartiendo con sus padres, agradeciendo el legado de sus sabias enseñanzas.
