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El embarazo en adolescentes

Por Redacción
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Por: Dra. Claudia Núñez Núñez, Viña del Mar y Marolen Martínez

El pasado 26 de septiembre fue el Día Mundial de la Prevención de Embarazos en Adolescentes. Cabe mencionar que esta problemática es un detonante del suicidio en adolescentes debido a embarazos no deseados, no planeados, forzados. Entre 2020 y 2022, reportaron 16 casos de muerte materna por suicidio en adolescentes.

El embarazo en la adolescencia, sin lugar a dudas, es una preocupación que persiste como factor de cuidado dentro de la sociedad. Para la Organización Mundial de la Salud ( OMS, 2022) la adolescencia  finaliza a los 19 años, siendo los 16 el promedio en que la mayoría de las jóvenes ya han experimentado la sexualidad. Para CEPAL ( 2020), los datos estadísticos previos a la emergencia sanitaria a nivel mundial, dieron a conocer una tasa de fecundidad en la adolescencia de 60 casos de embarazo por cada 1.000 jóvenes.

En Chile, cada año nacen aproximadamente 40.000 niños producto de embarazos no planificados, circunstancia que afecta cada una de las madres quienes tendrán que modificar su vida de manera abrupta, como por ejemplo: dejar la escuela, asumir el rol de ser” adulta responsable “ y trabajar para mantener a su hijo/a, y perpetuar así la disparidad no solo   en el contexto académico, sino también,  en el ámbito social y cultural.

En Guatemala de enero a agosto se registraron 43,331 nacimientos y de estos 1,589 fue en niñas de 10 a 14 años. Datos reales según el Observatorio de Salud Reproductiva.

La etapa que se encuentran los adolescentes y las determinaciones que toman en base a sus emociones por sobre la racionalidad, muchas veces se basan en el “ amor romántico” que se ven reflejado en su actuar impulsivo, puesto que en el momento en que se encuentran bajo ese velo de amor mágico y que nubla la razón, deciden dejarse llevar por el momento y no utilizar protección. Muchas de las jóvenes han expresado en contextos informales de conversación, algunas creencias entorno a la relación de pareja, tales como: “ Lo amo y sé que  él es el amor de mi vida”, “Es tan fuerte lo que sentimos que no pudimos pensar y parar”, o bien, “quizás si le pido que use protección se enojará porque es la prueba de amor que nos unirá en nuestra relación”. Si fuera una película romántica, algunas jóvenes ven como una oportunidad la relación sexual sin protección, comentando que “era todo lo que yo había deseado, estar juntos y que pudiera vivir esta experiencia, fue lo que siempre soñé”; como si lo que acontece después mantuviera la energía y magia de una trama de “amor idílico”, siendo ellas protagonistas de su historia.

Por otro lado, también hay que consideran el actuar de los jóvenes que guardan relación con la sensación de “ omnipotencia”, creer que “ a mí no me va a pasar”; como si ser adolescente tuviera una especie de protección invisible frente a todos los riesgos que pudieran generar producto de sus decisiones. Otros factores para tener en cuenta : La carencia afectiva que poseen , ausencia de oportunidades, falta educación en el autocuidado y bienestar personal; también impactan  directamente en los adolescentes y su actuar.

Lo cierto es que las consecuencias para algunas dejan mucho de ser un sueño “hecho realidad”, puesto que los efectos que trae consigo el embarazo, no sólo fractura la realidad familiar, sino que además existen otros elementos que configuran grandes obstáculos en el camino, tomando  plena conciencia que su vida ha cambiado y que a su cargo hay un ser humano que precisa de ella para todo.

La realidad en que se ve enfrentada la madre adolescente es dura, impactante, puesto que, lo que antes era normal experimentar, como las salidas con amigos, fiestas o juntas sociales, dormir hasta tarde y tener la independencia de hacer dentro de los límites esperado, lo deseado; ya no se puede, hay una gran responsabilidad que debe enfrentar y que no puede esperar.

El embarazo en la adolescencia es un asunto delicado que nos obliga a detenernos y reflexionar sobre el impacto que genera en la vida de las familias que lo experimentan; necesitamos estar atentos a las circunstancias sociales y educacionales de nuestros jóvenes. Como sociedad tenemos el imperativo de acompañar la continuidad sana de nuestra especie que es, en definitiva, la continuidad de la vida misma.

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🚨Es urgente abordar esta tragedia y garantizar opciones y oportunidades para las adolescentes. Sus vidas no pueden enterrarse junto a silencios institucionales.

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