Por: Alejandro Morán
La problemática que convoca: los embarazos y suicidios en adolescentes
La investigación Vidas silenciadas: una tragedia de la que no se habla (FLACSO, 2019) documentó, de 2009 a 2019, 14 historias
relacionadas con suicidios en adolescentes como consecuencia de embarazos no planeados/no deseados/forzados, y presentó un análisis sobre las formas de registro de los suicidios vinculados a embarazos en las bases de datos de diversas instituciones de gobierno de Guatemala.
Es el Polyci Paper que junto al apoyo de infosegura busca la prevención de suicidios causados por embarazos adolescentes.
El pasado 10 de agosto se llevó a cabo el lanzamiento del Policy Peper Vidas Silenciadas, con el cual se busca prevenir el suicidio en adolescentes por embarazos no deseados, sus objetivos son poder investigar a fondo esta problemática social, entre ellas poder criminalizar el suicidio adolescente, cerciorar que la escena de suicidio no ha sido manipulada y evaluar si la infante fue víctima de violencia sexual.
Según los datos compartidos el mayor intento de suicidios ha sido por envenenamiento utilizando aspirinas, pesticidas, productos de higiene para el hogar e incluso la llamada “Pastilla del amor”, Alta Verapaz es uno de los departamentos que presenta la mayoría de casos en esta problemática, teniendo como referencia el caso de DALIA. La infante de 13 años quien en marzo del presente año, después de tres intentos de suicidio perdió la vida por asfixia y fue enterrada sin un análisis forense valido.
Vidas silenciadas recibió apoyo financiero por parte del programa de las naciones unidas para el desarrollo-PNUD, juntos buscan colocar apoyo psicológico para adolescentes en gestación y que el MP pueda realizar los análisis e investigaciones correspondientes para así evitar que mas infantes sean enterradas bajo tierra con su historia.
Vidas continúan silenciándose
Los suicidios vinculados a embarazos, en términos generales, tienen poca cobertura mediática. Esto debido
a que, por un lado, el peso del estigma sigue siendo muy fuerte; y, por el otro, no necesariamente se
corrobora la veracidad tanto del suicidio como del embarazo.
Ser adolescente y estar embarazada debe considerarse como un factor de riesgo de suicidio debido a los factores
asociados con el impacto físico, psicológico y social que este evento representa en esta etapa.
