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Mamá que trabaja y viaja ¡sí se puede!

Por Redacción
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A tus múltiples ocupaciones laborales, como juntas, reportes y viajes se suman las actividades que se requieren al ser mamá y no sabes cómo compaginarlo, sobre todo, cuando tienes que salir de la ciudad o del país, ¿se te complica tanto que hasta has pensado suspenderlos? No lo hagas sin antes intentar una buena planeación y aprovechar todo el proceso.

En mi último viaje de negocios, al terminar uno de los talleres que impartía, se me acercó una ejecutiva de unos 30 años y me preguntó si tenía hijos. “Sí, dos, de seis y ocho años”, sonreí al responder. Me miró con curiosidad y me preguntó: “¿Se quedaron en casa? ¿Cómo haces para dejarlos?” Antes de que pudiera responderle, me dijo: “Te pregunto porque yo también soy mamá y me angustia mucho salir de viaje de negocios. Me gusta… pero me siento culpable y es una odisea dejarlos, ¿te pasa igual?”

Me quedé pensando un poco y prometí que reflexionaría para ver de qué manera he aprendido a vivir mejor los viajes de negocios, sin mis hijos (y marido).

Aquí, por fin, las acciones que tanto otras amigas como yo hemos hecho cuando tenemos que salir de viaje (no solo de negocios aplica) y quiero compartirlo contigo.

1 Construye una red de apoyo – Asegúrate de mantener buenas relaciones con las personas cercanas a ti. La red de apoyo es la gente a la cual puedes acudir cuando necesitas  ayuda. En mi caso, esa red son las excelentes amigas, comadres, cuñadas, mamá y suegra que me echan la mano cuando tengo un viaje o algún proyecto que demanda mi presencia fuera de casa. Además, cuento con una persona de apoyo en casa. La tranquilidad que me brindan estas personas es clave para lograr buenos resultados en tu trabajo.  Te aseguro que si organizas bien tu viaje, lo disfrutarás y si haces lo posible para que también tu familia lo haga, contagiarás optimismo a todos los demás.

2 Abastece la despensa – Organízate para comprar comida suficiente desde el fin de semana anterior a tu viaje. Es importante que tu ausencia física no implique cambios en la calidad de la alimentación de tu familia.  Me gusta sorprenderlos dejando su postre o fruta favorita.

3 No olvides dejar “caja chica” – Prevé los pagos que habrá que hacer o los gastos extra que podrían necesitarse mientras no estás. Entrego a mis hijos cierta cantidad para lo que pueda ofrecerse y dejo en un poco más de dinero en un lugar específico que es de conocimiento de todos.  Cuando regreso, hacemos cuentas y vemos si ese dinero que quedó se va a sus ahorros o se usa para el gasto familiar.

4 Planea una agenda para tus hijos – Organiza actividades para que aprovechen y disfruten el tiempo libre, mientras estás fuera de casa, así lograrás que las tardes sean más cortas y divertidas. ¿Conoces a las mamás de los compañeros de escuela de tus hijos? Hacerlo facilitará que se coordinen y organicen rondas para que ninguno de sus hijos falte a clases.

5 Deja notas cariñosas en algunos lugares de la casa.  Haz que tu ausencia sea menos difícil para ellos, dejándoles notas en el espejo del baño o en las mochilas. Escribe algún mensaje divertido, diles cuánto los quieres o que pronto estarás de regreso. Realiza lo mismo con tu pareja o con otras personas de tu familia.  Mi esposo y mis hijos siempre me comparten que les da mucha alegría encontrar mis mensajes. Es una excelente forma de quedarte cerca aunque tengas que viajar.

6 Prepara sorpresas para el fin de semana.  Ojalá que tus proyectos no interfieran con el esparcimiento del fin de semana, pero si es así, si un proyecto te lleva fuera de casa durante estos días, deja algunas películas (pídelas prestadas o réntalas) con bolsas de palomitas, juegos de mesa o boletos para ir a un evento. Esto me ha facilitado promover la convivencia familiar y participar de ella.

7 Haz un calendario que todos vean y entiendan.   Marca las actividades más importantes de cada uno: desayuno, colegio, academia de fútbol, cine con la tía, baño, ir al cine, Tv y demás. Aparte de que brinda orden y seguridad, todos sabrán claramente cuántos días estarás de viaje y cuándo regresarás.  Pégalo en el refrigerador y pide que cada día que pase debe marcarse. En mi caso, hago el calendario lleno de colores, dibujos y lo leemos juntos antes de irme.

8 ¡Prepárate con gusto! Un viaje de negocios es una oportunidad para nutrirte y desarrollarte.  Aprovecharlo para crecer y aprender, sin duda hará que toda tu familia viva mejor.

Evita los pensamientos de culpa y pesimismo y, si llegaran a aparecer, cámbialos por un enfoque de aprendizaje y disfrute. Verás que enfrentar el viaje con esta actitud siempre lo hará más ligero y positivo.

9 Haz llamadas que terminen en algo positivo. Cuando hables a casa, antes de colgar cuenta alguna anécdota interesante o chistosa que te haya ocurrido, manda saludos de tus colegas y, en general, lleva la conversación hacia un lugar afortunado para colgar en paz. Diseña el cierre de tu conversación y verás los resultados.

10 Recomendaciones finales. Haz la maleta con tiempo, duerme bien la noche anterior, despídete con muchos besos y abrazos y tendrás mucho éxito.

Por Elvira Tobar, especialista en temas de liderazgo, coaching e innovación. Es coach en talento directivo.

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