Home Liderazgo 10 errores que matan

10 errores que matan

Por Redacción
0 Comentario

En el mundo de los negocios y la gerencia mucho se habla de las cualidades que debe tener un líder, pero poco se abordan aquellos aspectos que ensombrecen su perfil y ponen en peligro el cumplimiento de los objetivos de la compañía.

Se trata de cuestiones como centralismo y concentración de la información, autoritarismo, pobre comunicación, burocracia, falta de ética, poca iniciativa y creatividad, carencia de integridad y poca disposición al cambio que afectan su imagen y desempeño, perjudican a su equipo y ponen en riesgo a la organización.

Los especialistas en factor humano lo atribuyen a una mala concepción del liderazgo, a vicios adquiridos durante el ejercicio profesional y a la personalidad, pero lo que es un hecho es que esos errores constituyen un cáncer que las organizaciones deben erradicar.

Los más frecuentes

El ejercicio del liderazgo implica la posibilidad de cometer una serie de errores que pueden llevar al fracaso a la organización.  A continuación presentamos los más frecuentes.

  1. Falta de organización. Un liderazgo eficaz demanda una excelente capacidad para organizarse y organizar a los demás, de tener bajo control todos los detalles sin que esto signifique que deba hacer todo ella misma.
  2. Es la expresión genuina de un poder mal entendido.  El líder que asume esta conducta cree tener siempre la verdad absoluta, no acepta sugerencias y usa su poder para hacer valer su voluntad.  Suele integrar su equipo con ejecutivos incondicionales o sumisos que, ante la imposibilidad de aportar sus ideas, ceden ante la conducta impositiva de su líder.  Esta actitud debilita el liderazgo y supone una imagen negativa ante el equipo y el resto de la organización.
  3. No delegar. Es un error típico: El líder pretende asumir todas las responsabilidades ante el miedo de que algo salga mal o ante la presunta seguridad de que sólo el puede hacer las cosas bien.  ¿Resultado? Un líder literalmente quemado por el trabajo, que abrumado por el exceso de responsabilidades queda mal con alguna de sus actividades, debilita su liderazgo y pierde el respeto de sus seguidores.
  4. Centralizar la información. Ya se acabó la época en que la información era el secreto mejor guardado por los líderes de la organización.  Ahora la tendencia es que todos los miembros del equipo estén al tanto de las actividades y resultados de la gestión de su líder para poder alinearse a las necesidades de cada situación.
  5. Miedo a los competidores. Los líderes eternos no existen.  Es importante que los líderes sepan que apoyar y preparar a ejecutivos con alto potencial, más que una amenaza puede ser una ventaja porque al final del día tendrán un apoyo incondicional.
  6. Estrellitis: El verdadero líder debe dejar a un lado el ego y reconoce el trabajo de los demás.  Ya se acabó la época en que el logro era de un solo hombre; ahora el logro es del equipo en su totalidad.  Debe aprender a alegrarse del logo de sus seguidores.
  7. Falta de credibilidad. Generalmente obedece a la falta de congruencia entre el decir y el hacer o porque su comportamiento o explicaciones no son lo suficientemente explícitas.  Ante esto, mientras el grupo se desorienta porque no sabe qué rumbo tomar, el líder pierde “presencia” ante los demás.
  8. Mala comunicación. La mala comunicación origina muchas dificultades entre los líderes y su equipo.  Muchos líderes no saben cómo emitir mensajes claros.  Tampoco tienen buena disposición para escuchar.  Esto genera confusión, desorganización y descontento entre sus seguidores, amén de los posibles errores resultado de la pobre comunicación.   El líder pierde posicionamiento.
  9. Debilidad de carácter. Se espera que un líder se mantenga firme en situaciones extremas y que sea el quien dirija el barco en plena tormenta.  ¿Qué pasa cuando un líder se desmorona? Su equipo se decepciona y su liderazgo desaparece.
  10. Poca creatividad y entusiasmo. Un líder sin creatividad es como un excursionista sin espíritu aventurero.  Esta cualidad se requiere para responder a situaciones inusitadas o para superar emergencias.  Un líder que transmite poca o nada de pasión por lo que hace, tarde o temprano acabará por contagiar al resto del equipo.  Lo ideal es que sea un líder comprometido y entusiasta consigo mismo y con la organización  y que sepa transmitir ese entusiasmo a los miembros del equipo.

You may also like

Deje un comentario