Por: Claudia Nuñez Nuñez, Viña Del Mar.
Mi mente ha recorrido pasajes de mi vida inimaginables para buscar entre los registros de mi alma aquellas palabras que grafiquen el sentir de lo que significas en mi existencia.
En estos días de silencio e introspección absoluta, he podido sumergirme en las profundidades de mi interior y visualizar aquellos elementos que posibilitan el que pueda plasmar estas líneas.
Mientras pienso en nuestro caminar y en lo mucho que hemos pasado juntos, me viene a la mente una palabra: Alquimia. Creo que nuestras vidas se han transformado y purificado a través de los años tal como el proceso alquímico; porque tú has sido una parte fundamental en éste. Me acompañas desde mi génesis; pero un día sin esperarlo, pude evidenciar realmente tu presencia e importancia, porque me rescataste de la oscuridad, el letargo y el dolor en que mi alma, cuerpo y mente estaban sumergidos en ese momento, sin dudar, fuiste a mi encuentro para darme la mano y seguir a mi lado LATIENDO .
A lo largo del tiempo, hemos pasado por varias etapas, cada una necesaria para fortalecer y clarificar nuestro vínculo. Tú, alquimista de mi vida, mi compañero de aventuras… Valoro, agradezco y atesoro cada momento que hemos experimentado juntos, cada lección, sonrisa, abrazo, dolor, suspiro…
Tal como en la Alquimia se transforman los elementos (plomo, mercurio y oro) para dar forma y sentido al proceso final; tú, tomaste mi mano y me entregaste tu apoyo, amor y luz; creíste en mí, en mi capacidad de ser alguien. Contigo descubrí la tenacidad, la voluntad, disciplina y constancia para lograr todo lo que deseaba. Cuando menos creía, no perdiste la fe en que podía salir adelante y cumplir con tu misión de transformar mi vida en algo mágico… Quizás por eso tengo ese deseo ferviente que nace de las profundidades del ser; en que todo lo que me propongo lo cumplo porque me has enseñado desde este mágico proceso de transformación que no existen lo imposibles.
¿Cómo no sentirme feliz y agradecida por tener dentro de mí un corazón, quien ha sido una brújula para guiar mis pasos y mostrarme la ruta que debía tomar para estar donde me encuentro?
Nuestra relación ha ido evolucionando gracias a tu inquebrantable amor: Tú, mi alquimista, me has invitado a viajar por un mundo de aprendizaje y crecimiento. Has tenido en mi vida ha significado experimentar el cambio profundo y consciente; sacar el vendaje de mis ojos y visualizar la realidad, la verdad que me hace más humana, perfecta e imperfecta; la verdad de contemplar el universo infinito mediante tus ojos y enseñanzas, vale decir: “he muerto para volver a nacer”… desde la energía del amor, de tu presencia… mi ALQUIMISTA… mi corazón que late fuerte y profundo desde cada célula de mi ser.
Finalmente, a pesar de lo que he experimentado lo largo de la ruta de mi vida, y al igual que las orugas no tienen cómo saber lo que viene y qué le depara el destino después de la metamorfosis; y pese a todo, siguen su llama interna, para morir y posteriormente volver a nacer como una hermosa mariposa dorada; abriendo sus alas para abrazar el cielo azul; tú me has permitido fluir como lo hace el agua en la cascada, o quizás como lo experimentan los árboles al vaivén del viento, bailando al compás de la energía sublime de la vida misma; ¡soy una mariposa gracias a ti! y puedo volar libremente, abriendo mis alas para explorar amaneceres, arreboles del día, nuevos caminos y aprendizajes… junto a ti latiendo con energía en colores