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La libertad de ser libres

Por Redacción
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Por: María Gabriela González Bran – gaby.gonzalezb2002@gmail.com – IG: gabbz_gonzalez

Soy estudiante de Relaciones Internacionales de la Unidad Rafael Landívar. Soy muy soñadora para los realistas y muy realista para los soñadores, pero todos estamos de acuerdo en que la defensa de la vida, la libertad y la dignidad humana son claves para poder lograr el cambio que todos queremos para nuestra Guatemala y para nuestro mundo.

El año pasado leí un ensayo de Hannah Arendt, una filósofa y teórica política alemana, titulado “La libertad de ser libres”. En él, Arendt se enfoca en abordar cuestiones de libertad, derechos civiles y políticos, y el manejo del poder. Expone que la libertad, así como puede implicar hacer lo que queramos, en el marco de la ley de una república que -en teoría- fomenta la igualdad, también significa que se tenga la libertad de participar en asuntos políticos; que cada uno tenga una opinión sobre cierto tema de coyuntura nacional o internacional, y que pueda expresarla y defenderla sin ninguna censura, como suele pasar en estos días.

Al igual que yo, seguramente con leer el título se preguntará «¿Cómo así la libertad de ser libres?”. Bueno, la respuesta literal de Hannah Arendt se basa en los hombres de las primeras revoluciones, quienes buscaban alcanzar la libertad en sus repúblicas, defender la vida, la libertad y la propiedad como derechos inalienables, y en donde “la libertad de ser libres significaba ante todo ser libre no solo del temor, sino también de la necesidad” (p. 32). También dice que “solo los que están libres de la necesidad pueden apreciar plenamente lo que es estar libre del miedo, y solo estos se hallan en condiciones de concebir la pasión por la libertad pública…” (p. 35).

Con esto entiendo yo, que el estar sumidos en necesidades que no permiten nuestro desarrollo pleno como personas, como podría ser en este caso principalmente, la pobreza y la educación de mala calidad presente en el país y que contribuye a la ignorancia; nos limita a estar conscientes de nuestros derechos y deberes. Me atrevo a decir que incluso puede haber quienes quieran mantenernos en esta situación y nos quieran mantener en ignorancia para que no nos demos cuenta de los daños que nos hacen. Con esto quiero tocar el tema de la agenda 2030 y su lema de “no dejar a nadie atrás”.

Uno de sus objetivos es la erradicación de la pobreza, eso, junto con el hecho de que promueve los “derechos sexuales y reproductivos” en su objetivo de “Salud y bienestar”, evidencia que busca promover el aborto para erradicar la pobreza. Una aberración a la humanidad, en donde en lugar de tratar la pobreza, prefieran eliminar a las personas que consideran como una carga a la sociedad.

Hannah Arendt también dijo “si responder a la violencia con violencia conduce a la guerra (…), responder con violencia a las condiciones sociales siempre ha desembocado en el terror” (p.44). Y, ¿cómo no hacerlo? Si nos estaríamos destruyendo entre nosotros; estaríamos eligiendo la salida más fácil, pero no la mejor ni la más ética.

Sí, la situación de pobreza y desnutrición en Guatemala es deplorable. Sí, hay muchísima gente que necesita ayuda y nadie hace nada; pero por eso mismo, ¿por qué no hacer algo nosotros? Es admirable ver a muchos guatemaltecos reunidos manifestándose pacíficamente en la plaza, exigiendo sus derechos y un mejor país. Sin embargo, las acciones no deberían de quedar ahí.

Yo los invito a que aprovechando esa libertad que poseemos, salgamos de nuestra zona de confort y escojamos ayudar a alguien más sin esperar una recompensa material a cambio. Escojamos dar víveres o donar ropa que ya no usemos a alguien que en verdad lo necesite. Escojamos poner nuestras habilidades al servicio de los demás para que puedan desarrollar sus propios talentos. Por una vez, escojamos a alguien que no seamos nosotros mismos. Escojamos defender la vida en todas sus fases, para alcanzar un verdadero bienestar y crear una mejor sociedad. Como dijo Hannah Arendt “ese misterioso don humano, la capacidad de empezar algo nuevo, está relacionado con el hecho de que cada uno de nosotros ha venido al mundo como un recién llegado a través del nacimiento. En otras palabras, podemos comenzar algo porque somos comienzos y, por ende, principiantes” (p.47).

Por una vez, escojamos a alguien que no seamos nosotros mismos.

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July De La Paz 1 de junio de 2023 - 10:23 am

Excelente artículo

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