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La mujer guatemalteca de cara a las elecciones 2023

Por Redacción
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Las mujeres aún tienen un camino largo por recorrer

Por Jorge Mazariegos para la Revista Mujer de Negocios

Nos queda menos de un mes para las elecciones del domingo 25 de junio para elegir a un presidente y vicepresidente, 160 diputados y 340 corporaciones municipales.

No son los primeros comicios en que las Cortes (CC y CSJ) entran en juego para definir quién participa y quién queda fuera, pero si la primera vez que más partidos políticos participan y más binomios presidenciales buscan dirigir los destinos del país.

Una elección más, con pocas mujeres

De los 40 mil 127 candidatos y candidatas inscritas para participar en estos comicios, nueve mil son mujeres, apenas un 22.5 por ciento del total, según datos del Tribunal Supremo Electoral (TSE).

Una muestra analizada de candidaturas a diputados por el Listado Nacional de 27 partidos políticos elaborada por la Misión de Observación Electoral de Guatemala (MOE-GT), concluyo que solo tres partidos políticos llenaron las tres primeras casillas con candidatas mujeres. Las organizaciones políticas son: Nosotros 100%, URNG-Winaq 67% y MLP 67%

Natalia Gámez, secretaria técnica y de Comunicación de MOE-GT, explica que, según la muestra, solo el partido Nosotros incluyo a 3 mujeres en las tres primeras casillas de su listado, mientras que 17 organizaciones políticos se integraron exclusivamente con hombres.

“Puede inferirse que las condiciones geográficas, etarias o demográficas influyen en la decisión de las dirigencias partidarias y de sus respectivas bases de conformar listados por mujeres o por hombres,” expresa Gámez.

El análisis hecho por MOE-GT indica también qué de los candidatos en los binomios presidenciales, el 86% son hombres y apenas el 14% son mujeres. Lo mismo sucede con los aspirantes a la Vicepresidencia, ya que el 91% son hombres y el 9% mujeres, según la muestra realizada a finales de marzo.

La Misión de Observancia Electoral de Guatemala está integrada por siete organizaciones de la sociedad civil: ASIES, CONGCOOP, DEMOS, DOSES, Diálogos, ICEFI y Guatemala Visible.

Mayoría en el Censo y el Padrón Electoral

Guatemala es un país donde el 51.5% de la población es femenina, según las proyecciones del Instituto Nacional de Estadística (INE). Además, hay un padrón electoral conformado por más mujeres (5,067,859) que hombres (4.293,209), pero resulta contrastante que no obstante que la mujer representa mayoría hay una escasa participación de mujeres en el actual proceso electoral.

Virginia Pinto, investigadora de ASIES explicó: “Efectivamente, hay una participación femenina del 54 % en el padrón electoral, pero también había mayoría en las elecciones del 2015. Esto tiene su explicación porque en el censo de población somos mayoría. El hecho de que seamos más mujeres no ha significado que su participación sea mayoritaria en las urnas como en puestos de elección popular.”

“Hay diferentes razones. Un factor que mencionó la encargada del padrón electoral del TSE, es el factor cultural. El día de las elecciones es el hombre el que sale a votar y la mujer se queda en casa. Esa es una limitante, subraya la analista.

Virginia Pinto también señala que las pocas candidaturas de mujeres pueden verse también como un patrón cultural, pues se prefiere que un hombre dirija un puesto político, pero también hay temor en la mujer de participar en política. Está en juego su profesión. El temor de ver afectada su reputación puede ser un factor para que las mujeres no participen.

María del Carmen Aceña expresa que la participación de la mujer en las elecciones es baja, “pero hemos ido ganando más espacio, quizás no al ritmo que se esperaría en un contexto que se registra en el mundo en donde se observa un empoderamiento femenino. Sin embargo, hay ciertos avances y una mayor participación de mujeres en todos los campos, pero el hecho de formar una familia es una limitante que influye en esa baja participación.”

“Es interesante observar que los organismos de Estado están dirigidos por mujeres. El presidente del Congreso es mujer (Shirley Rivera), el presidente del OJ es mujer (Silvia Valdés). El jefe del Ministerio Público es mujer (María Consuelo Porras). En INACIF también es una mujer (Ingrid Romero Escribá). Las pocas que participan lograr escalar a un nivel alto, pero su nivel de porcentaje es menor. Incluso podemos llegar a tener un presidente que sea mujer (Sandra Torres o Zury Ríos que aparecen entre los primeros lugares de las encuestas).

“A pesar de estos avances, las mujeres siguen siendo minoría en los puestos de elección popular, por lo que es necesario hacer una encuesta que sea representativa en todos los niveles socioeconómicos del por qué a las mujeres no les gusta participar en política,” dice María del Carmen Aceña.

La baja participación de la mujer en cargos de elección pública es baja y atribuyo a diversos motivos, ya que se enfrentan a limitantes que van desde la atención en el hogar, el machismo que aún prevalece en la sociedad, el acoso y la falta de oportunidades en la educación y formación para desempeñar este tipo de cargos, expresa la abogada Mariana Rohrmoser.

Es alentador ver a mujeres en altos cargos, pero aún siguen siendo muchas mujeres que son objeto de cosificación (convertirla en un objeto con lo cual se anula sus aspiraciones y necesidades), dice Mariana Rohrmoser.

El camino para que una mujer llegue lejos y participar con éxito en la función pública, aún le pasa factura en muchos aspectos, por lo que le resulta muy amedrentador para participar con más ímpetu. Aún hay que romper miedos y paradigmas, estereotipos y muchas cosas más, termina diciendo la abogada Rohsmoser.

Romper el “techo de cristal”

Steffany Figueroa, investigadora de la Red Ciudadana y autora de varios artículos sobre el tema en Plaza Pública, explica que El “techo de cristal” es un término que se usa para referirse a aquellos obstáculos que enfrentan las mujeres a diferencia de los hombres, como son las prácticas excluyentes y discriminadoras que tienden a negar derechos a las mujeres.

“No son solamente los prejuicios y roles de género que actúan como barreras para la participación política de las mujeres, sino también cómo está conformado el sistema electoral y cómo funcionan los partidos políticos. A eso se suma la violencia de género que sufren las mujeres y que les impide una mayor participación política en los procesos electorales,” expresa Steffany.

A esas barreras hay que sumar la inequidad salarial, pues no todas las mujeres son independientes económicamente y eso les puede impedir el acceso a espacios políticos.

Solo algunas guatemaltecas tuvieron derecho a emitir el voto antes de 1945. Después de ese año fue aprobado para aquellas que sabían leer y escribir y 20 años más tarde se aprobó el sufragio universal.

Sin embargo, la participación de ellas en los procesos electorales ha sido escasa y su participación se ve obstaculizada por condiciones estructurales y patrones culturales y patriarcales. Además, los partidos políticos y las autoridades electorales no han hecho esfuerzos para que la democracia en Guatemala sea más incluyente.

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