Protegiendo lo esencial

Una alianza estratégica para proteger lo esencial

Por: Gabriela Sosa Díaz, Redes: Instagram y X: @gabriiela_sosa

En un contexto global marcado por crisis climáticas, pérdida de biodiversidad y presiones sociales, hablar de sostenibilidad dejó de ser una tendencia y se convirtió en una necesidad urgente. Bajo este panorama, Guatemala da un paso significativo al renovar un acuerdo de gran relevancia ambiental y estratégica: el memorando de entendimiento entre el Instituto Nacional de Bosques (INAB) y la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

Este convenio, firmado con una vigencia de cinco años y posibilidad de prórroga, no solo fortalece las acciones de conservación del país, sino que envía un mensaje claro sobre el rumbo que deben tomar las alianzas institucionales: colaboración, visión de largo plazo y enfoque integral. El acuerdo establece líneas de trabajo en temas clave como restauración del paisaje forestal, gobernanza de los recursos naturales, agricultura sostenible, lucha contra la tala ilegal y modelos de negocios inclusivos basados en la naturaleza.

Este acuerdo representa una oportunidad para transformar el desarrollo del país y de la región mesoamericana desde una perspectiva más resiliente, equitativa y sostenible. Los servicios que proveen los ecosistemas como el agua, aire limpio, estabilidad climática, alimentos son indispensables para cualquier actividad productiva. Sin ellos, no hay industria, no hay crecimiento económico, y mucho menos, calidad de vida. Reconocer esta realidad no es una concesión ambientalista, es una visión de negocios responsable y estratégica.

Uno de los mayores aciertos del memorando es su capacidad para conectar políticas públicas con compromisos internacionales. Este tipo de alianzas fortalecen la credibilidad del país ante organismos multilaterales, inversionistas responsables y socios estratégicos, generando condiciones favorables para atraer cooperación técnica y financiera. Al mismo tiempo, esta renovación apoya de manera directa la Política Nacional Forestal y la Estrategia Nacional de Combate a la Tala Ilegal. Esto significa un respaldo real a las autoridades encargadas de preservar nuestros ecosistemas y una herramienta práctica para reducir los delitos ambientales, que afectan la estabilidad territorial y económica.

Para el sector privado y los actores empresariales, este acuerdo también representa una invitación clara a sumarse. Los negocios del futuro ya se construyen bajo principios de sostenibilidad, y cada vez más consumidores, inversionistas y socios internacionales exigen responsabilidad ambiental. Participar activamente en estas dinámicas; mediante alianzas, inversión en proyectos verdes o responsabilidad social empresarial, no solo mejora la reputación corporativa, también asegura viabilidad a largo plazo.

La firma de este memorando no debe pasar desapercibida. Representa mucho más que un acto protocolario, es una afirmación institucional de que el país quiere construir un modelo de desarrollo que respete sus recursos naturales, que valore a sus comunidades y que apueste por el bienestar de las generaciones futuras.

Este es un momento para reconocer que los bosques no son un obstáculo para el desarrollo. Son su base. No protegerlos sería una contradicción frente a los discursos de crecimiento e innovación. Cuidarlos, por el contrario, es una decisión de liderazgo y visión. En esta alianza entre INAB y UICN hay una oportunidad que debemos aprovechar desde todos los sectores. Porque cuando los gobiernos, las empresas, las organizaciones y la ciudadanía se alinean con un propósito común, los resultados trascienden.

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