Octubre: un llamado a cuidarnos con conciencia

En Guatemala, el cáncer es mucho más que una estadística

Por: Gabriela Solorzano – Instagram: @gabrielasolorzano_ – Editorial: youngfortransparency@gmail.com

En Guatemala, el cáncer es mucho más que una estadística: su impacto transforma hogares, interrumpe sueños y cobra vidas. Durante octubre, mes dedicado a la concienciación sobre el cáncer, recordamos que la prevención, la detección temprana y el acceso oportuno al tratamiento no son solo decisiones médicas, sino actos de amor propio y responsabilidad social.

Aunque muchos asocian la enfermedad con personas mayores, el cáncer también afecta a adultos jóvenes. Según datos oficiales, en 2018 se reportaron más de 16 mil casos nuevos en el país. Un estudio reciente, además, indica que entre 2020 y 2023 se registraron entre 3,400 y 4,500 casos anuales. Esto evidencia que la población en edad productiva —personas que trabajan, forman familias o emprenden— también está en riesgo.

Entre los tipos más frecuentes, el Instituto Nacional de Cancerología “Dr. Bernardo del Valle S.” (INCAN) ha señalado que el cáncer de cuello uterino es el de mayor incidencia entre las mujeres, representando el 21.4 % de todos los diagnósticos entre 2005 y 2014. Estas cifras reflejan dos realidades: el cáncer es frecuente, y en muchos casos, prevenible o tratable si se detecta a tiempo.

Sin embargo, persisten barreras críticas: acceso limitado a chequeos preventivos, listas de espera prolongadas y escasa financiación pública. El propio INCAN reportó haber tenido que suspender ingresos de pacientes debido al agotamiento de su presupuesto.

La aprobación de la Ley de Atención Integral del Cáncer, en marzo de 2024, representa un avance significativo. La ley establece la creación de un registro nacional de cáncer y asigna fondos iniciales por Q600 millones para fortalecer la atención integral. A pesar de este hito, los desafíos de implementación son reales, y la brecha de acceso continúa siendo una preocupación para miles de guatemaltecos.

¿Qué podemos hacer desde nuestra cotidianidad?
  • Primero: asumir la prevención como una prioridad. Conocer nuestro cuerpo, prestar atención a cambios, realizar autoexploraciones y acudir al médico incluso cuando “todo parezca estar bien”.
  • Segundo: adoptar hábitos saludables como una alimentación balanceada, actividad física regular y evitar el consumo de tabaco y alcohol, tal como recomiendan las campañas nacionales.
  • Tercero: informarnos y apoyarnos en instituciones como la Liga Nacional contra el Cáncer, que durante décadas ha brindado educación, acompañamiento y atención en Guatemala.

Romper el silencio también es parte del cuidado. Hablar del cáncer ayuda a que más personas comprendan que no están solas, y que actuar a tiempo puede marcar la diferencia. No se trata solo de usar un lazo rosa en octubre, sino de construir una rutina de conciencia y autocuidado durante todo el año.

Este mes, hagamos una pausa. Cuidar nuestra salud no es un lujo, es un acto de amor por nuestra vida y por quienes nos rodean. Porque detrás de cada estadística hay una historia, una persona con sueños y un proyecto por cumplir. Cuidarnos es dar valor a esos sueños.

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