Naturaleza y rentabilidad con propósito

Por: Gabriela Sosa Díaz – Instagram: @gabriiela_sosa – X: @gabriiela_sosa – TikTok: @gabriiela.sosa – Editorial: youngfortransparency@gmail.com

En tiempos donde las empresas buscan integrar la sostenibilidad en sus estrategias, el cuidado de la naturaleza debe dejar de verse como un lujo o un telón de fondo; es un activo estratégico. El Parque Nacional Naciones Unidas, ubicado a las afueras del área metropolitana, en el municipio de Villa Nueva, es un ejemplo claro de cómo conservar la biodiversidad también puede traducirse en beneficios económicos y sociales para el país.

Con sus 373 hectáreas de bosque, este parque no solo regula el clima y purifica el aire y el agua; protege suelos, conserva especies y ofrece servicios ambientales que inciden directamente en la calidad de vida. Según el Consejo Nacional de Áreas Protegidas (CONAP), alberga más de 115 especies arbóreas y 165 de fauna, incluyendo aves migratorias, mamíferos medianos e insectos polinizadores, vitales para la seguridad alimentaria. Este ecosistema cumple un papel fundamental en el equilibrio hídrico y la mitigación del cambio climático.

Desde 1997, el parque ha sido administrado por la Fundación Defensores de la Naturaleza, que ha apostado por combinar conservación, educación ambiental y participación comunitaria. Como lo señala Carmen Mejía, administradora del parque: “Es uno de los pocos lugares accesibles donde niños y jóvenes pueden aprender directamente sobre la naturaleza”. Por eso se han habilitado senderos interpretativos, talleres educativos y señalización ecológica que permiten una experiencia formativa para todas las edades.

¿Cuál es su vínculo con el mundo empresarial? Las empresas ya no pueden permitirse operar de espaldas al entorno. Los impactos del cambio climático, la pérdida de biodiversidad, la escasez de agua y la contaminación del aire afectan tanto a los consumidores como al capital humano de cualquier organización. Invertir en el cuidado y mantenimiento de la naturaleza es, por lo tanto, una forma inteligente de gestionar el riesgo, fortalecer la reputación corporativa y conectar con las comunidades.

Muchas compañías destinan parte de sus recursos a programas de Responsabilidad Social Empresarial -RSE-, buscando iniciativas que generen valor compartido. ¿Por qué no considerar alianzas estratégicas con proyectos de conservación como el Parque Naciones Unidas? Desde el patrocinio de actividades educativas hasta el voluntariado corporativo, las oportunidades para sumar al impacto son amplias y de costo relativamente bajo.

El parque, abierto al público de martes a domingo y días festivos en horario de 8:00 a 16:00, ofrece una alternativa viable para actividades de integración, capacitaciones en sostenibilidad o eventos al aire libre. Con una entrada general de 20.00 quetzales e ingresos generados por el servicio de parqueo, invertir en este parque es una opción accesible para empresas interesadas en fomentar una cultura organizacional verde.

Proteger el Parque Nacional Naciones Unidas no es un acto simbólico, es una acción estratégica. En un país que pierde áreas verdes a un ritmo alarmante, defender lo que queda es proteger la vida, la economía y la viabilidad futura de nuestros negocios. Ninguna empresa prospera en un entorno que colapsa, por lo que la rentabilidad del mañana empieza con las decisiones verdes que tomamos hoy.

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