La rueda del tiempo sigue girando
Por: Marolen Martínez
Hemos llegado al quinto mes del año. Sin darnos cuenta, la rueda del tiempo sigue girando, y con mayo nos encontramos en un punto clave: el mes donde la naturaleza florece, el amor maternal es celebrado y el camino hacia nuestras metas se vuelve más tangible.
Mayo es sinónimo de renacer, de crecimiento y plenitud. Es el mes donde la tierra nos regala su mayor espectáculo: los campos se visten de colores, los árboles estallan en vida, y los aromas de las flores nos recuerdan que la belleza está en constante evolución. Así como la naturaleza, nosotros también avanzamos, nos transformamos y enfrentamos nuevos desafíos con la certeza de que cada día es una oportunidad para florecer.
Maternidad es responsabilidad
Mayo también tiene un significado especial: es el mes de las madres, el momento de honrar a quienes nos han brindado amor, guía y protección incondicional. Sin embargo, la maternidad no se define solo por el hecho de dar la vida, sino por el compromiso diario, por la entrega y el cuidado genuino. Ser madre es una elección que va más allá de lo biológico, es el acto profundo de formar, sostener y amar. No todas las mujeres que han sido madres lo han sido en su verdadera esencia, y no todas las que han criado lo han hecho desde la sangre. Porque la maternidad es, ante todo, una expresión de amor y responsabilidad, no solo un vínculo genético.
Y, mientras celebramos la vida y el amor, mayo nos invita a hacer una pausa y reflexionar. Han pasado cuatro meses desde que empezamos este año, con planes, sueños y metas que poco a poco van tomando forma. ¿Hemos avanzado? ¿Nos hemos permitido crecer? Mayo nos recuerda que el tiempo no espera, pero también nos da la oportunidad de reajustar el rumbo, de mirar hacia adelante con determinación y de fortalecer nuestra esencia con la misma fuerza con la que las flores brotan.
Así que abracemos mayo con gratitud. Conectemos con su energía vibrante, con la inspiración que nos brinda la naturaleza y el amor que nos rodea. Permitámonos florecer, crecer y avanzar con la certeza de que este mes no solo marca la mitad del camino, sino que nos impulsa a seguir escribiendo nuestra propia historia.