Nutrir con amor, liderar con fuerza
Autor: Karen Rivero – Instagram: @kriveero_ – Facebook: @Karen.Rivero48 Editorial: youngfortransparency@gmail.com
Ser madre y profesional a la vez es un desafío que muchas mujeres enfrentan con valentía y determinación. Entre reuniones, proyectos y responsabilidades, también mantienen el compromiso de garantizar a su bebé una alimentación óptima: la leche materna; más que un acto de amor, es un derecho que debe poder ejercerse sin renunciar a metas profesionales ni a la salud de madre e hijo.
Los beneficios de la lactancia materna son ampliamente reconocidos. Fortalece el sistema inmunológico del bebé, lo protege contra infecciones y favorece su desarrollo cognitivo. Para la madre este proceso ayuda a la recuperación postparto, reduce riesgos de cáncer de mama y ovario y promueve un vínculo emocional profundo. Lamentablemente, muchas mujeres encuentran que la reincorporación al trabajo representa una barrera significativa para continuar con esta práctica.
En Guatemala, como en muchos países, el entorno laboral no siempre está preparado para apoyar a las madres lactantes. La falta de espacios adecuados, horarios estrictos y la poca información sobre la garantía de derechos generan dificultades que pueden llevar a abandonar la lactancia antes de tiempo. Esto no solo afecta la salud y bienestar de la familia, también afecta el rendimiento y la satisfacción laboral de la mujer.
Es fundamental que las empresas y organizaciones comprendan que facilitar la lactancia no es un gasto ni una complicación, es una inversión en talento, compromiso y productividad. Contar con salas de lactancia, permitir pausas para extracción de leche y fomentar una cultura de apoyo a la maternidad, contribuye a retener a profesionales valiosas y reduce el ausentismo por enfermedades infantiles.
Julisa, una ingeniera guatemalteca y madre primeriza, es un ejemplo de cómo se puede equilibrar la lactancia con una carrera exigente. Al reincorporarse a su trabajo, habló con su jefe y con recursos humanos para coordinar horarios y utilizar la sala de lactancia que la empresa habilitó. Con organización y apoyo, pudo mantener la lactancia exclusiva durante los primeros seis meses, y aún ahora continúa con leche materna complementaria, sintiéndose segura y plena como mamá y profesional.
Para las madres que afrontan este reto, algunos consejos prácticos que pueden ayudar a facilitar este proceso son planificar los horarios de extracción y almacenamiento, invertir en un extractor portátil, informar con claridad a su equipo y empleador sobre sus necesidades, y cuidar su alimentación y descanso para asegurar una buena producción de leche.
En definitiva, lactar y liderar son roles que se potencian mutuamente. Cuando una mujer puede nutrir a su bebé y desarrollarse profesionalmente, está enviando un mensaje poderoso: “no hay que elegir entre maternar y el desarrollo profesional, ambas pueden coexistir”.
El mes de la celebración de la lactancia materna representa una oportunidad para que empresas, colegas y familias reconozcan y apoyen a las madres trabajadoras. Promover ambientes de trabajo respetuosos y flexibles no solo beneficia a las mujeres, beneficia a toda la sociedad.
Nutrir con amor y liderar con fuerza no son solo opciones, son derechos que impulsan el cambio hacia un futuro más justo y más humano.