El poder de comunicar

El poder de las palabras y la comunicación consciente

Por: Darianelli Aquino

Muchas veces no comprendemos el poder que tienen las palabras en nuestra vida diaria. Reducimos cómo esta fuerza se ejerce, sin darnos cuenta de su impacto profundo. En el texto  “Vidas de los estoicos”, Ryan Holiday y Stephen Hanselman muestran que los grandes pensadores de esta escuela filosófica entendían la importancia de la comunicación consciente.

Séneca, Epicteto y Marco Aurelio, entre otros, practicaban una forma de hablar y escribir que reflejaba su interioridad y sus valores. No se trataba solo de transmitir información, sino de cultivar la virtud a través de cada palabra. Epicteto, por ejemplo, enseñaba que nuestras palabras deben alinearse con nuestra razón y propósito, evitando el lenguaje vacío o destructivo.

Si bien nuestras palabras tienen un poder y reflejan nuestra esencia, debemos considerar que nuestra comunicación puede ser un reflejo de nuestra mejor versión. Cada conversación, cada mensaje, cada palabra escrita o hablada, es una oportunidad para practicar la virtud y la conciencia.

El impacto de nuestras palabras no se limita al ámbito profesional o público este también influye  en nuestra familia, en nuestra pareja y en quienes nos rodean. Si compartimos nuestra bondad y conocimiento, creamos efectos positivos que trascienden lo inmediato y se reflejan en nuestra vida diaria.

Este es un aprendizaje que quiero compartir, especialmente en el ámbito de la comunicación. Muchas veces sentimos que, para demostrar nuestra influencia, debemos ser más rudos o usar palabras fuertes, pero no siempre es así. Claro, en un mundo donde las mujeres a menudo debemos luchar más para ser escuchadas, pareciera que la fuerza está en la dureza del lenguaje. Sin embargo, creo que la esencia de una persona, su autenticidad y su bondad, puede ser parte fundamental de su liderazgo.

El poder de comunicar no está en imponer, sino en inspirar, en transmitir con claridad y con intención, manteniendo coherencia entre lo que decimos y lo que somos. Un líder, sea hombre o mujer, no necesita confundir firmeza con agresividad, puede guiar, influir y transformar desde la claridad y la verdad de sus palabras.

Hablar con conciencia, desde nuestra mejor versión, no debilita; por el contrario, potencia nuestra influencia y deja una huella positiva en quienes nos rodean. Así, nuestras palabras se convierten en herramientas de cambio, reflejo de nuestra esencia y manifestación de la fuerza que llevamos dentro.

Hoy quiero invitar a que hablemos con conciencia, reconociendo el poder que nuestras palabras pueden ejercer en todos los ámbitos de nuestra vida. Que cada mensaje, cada conversación y cada gesto comunicativo sea un reflejo de sabiduría y bondad. Ser ejemplo de integridad en nuestro lenguaje no solo nos fortalece como personas, sino que también deja una huella positiva en quienes nos rodean, transformando poco a poco nuestro entorno.

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