Guatemala tiene el potencial de crecer al 7%

Juan Esteban Sánchez: «Guatemala tiene el potencial de crecer al 7%»

Por: Marolen Martínez

El Director Ejecutivo de Invest Guatemala explica por qué la inversión extranjera directa es clave para transformar la realidad social del país y cómo el ENADE 2025 puede ser el catalizador que Guatemala necesita.


¿Lo primero que quise preguntarte es, siendo tú del sector bancario de Colombia, qué te motivó a venir a Guatemala?

Juan Esteban Sánchez

Inicié mi carrera en Colombia en el sector financiero, trabajando en reconocidas empresas de banca de inversión. Paralelamente, me desempeñaba en el ámbito académico como profesor en varias universidades. Sin embargo, decidí dar un giro a mi vida y salir del país en busca de una experiencia que me permitiera viajar, conocer el mundo y, al mismo tiempo, seguir creciendo profesionalmente.

Así llegué a ProColombia, la agencia de promoción del Gobierno colombiano, donde trabajé durante aproximadamente 11 años. Mi primera estación fue Costa Rica y, al cabo de un año, me ofrecieron la dirección de la oficina comercial para el Triángulo Norte con sede en Guatemala. Me postulé, pasé los procesos de selección y llegué en 2012 conociendo muy poco de este maravilloso país.

Viví tres años y medio de una experiencia sin ingual, en la que también conocí a quien hoy es mi esposa, una guatemalteca de carácter firme, convicciones claras y una personalidad que me cautivó desde el primer día. Posteriormente, Colombia me asignó nuevos destinos, entre ellos México e India, y finalmente retornamos a Guatemala en 2023.

¿Cuándo llegaste a Invest Guatemala específicamente?

En 2023 inició el proceso para seleccionar al director de Invest Guatemala, la agencia privada de promoción de inversión del país, adscrita a Guatemala No Se Detiene. Decidí postularme y, aunque la coyuntura preelectoral alargó el procedimiento por casi un año, en mayo de 2024 recibí la grata noticia de haber sido escogido. Desde entonces, llevo algo más de año y medio al frente de Invest Guatemala, liderando con entusiasmo la misión de atraer inversión y abrir nuevas oportunidades para el país.

El ENADE 2025 se centra en inversión extranjera directa. ¿Por qué consideras que este es el momento ideal para que Guatemala haga este enfoque estratégico?

El ENADE 2025 pone la inversión extranjera directa en el centro porque hoy Guatemala tiene una oportunidad única. El lema “Estamos en Todo” refleja precisamente eso: estamos alineados, hablando un mismo lenguaje y proyectando una visión compartida. Este es el momento de demostrarle al inversionista internacional que Guatemala ofrece condiciones extraordinarias para crecer, pero también de recordarle al propio guatemalteco que su país tiene un enorme potencial. La necesidad de atraer más inversión es clara, y lo fundamental ahora es que todos —sector público, privado, academia y sociedad— apostemos de manera conjunta por Guatemala. Esa apuesta común es la que puede multiplicar la llegada de capital extranjero y transformar nuestro desarrollo.

Guatemala tiene condiciones fantásticas, pero también tiene una dualidad: gente muy capaz, pero también inclinada a la mediocridad. ¿Cómo hablarle a la gente para que se involucre proactivamente?

El Banco de Guatemala ha señalado que el país mantiene un crecimiento sostenido del 3.5% durante más de una década —excluyendo la coyuntura del COVID—, lo cual genera cierta percepción de conformidad: pareciera que ese crecimiento basta. Pero la verdadera pregunta es: ¿es suficiente para aprovechar todo nuestro potencial? La respuesta es no. Guatemala tiene la capacidad de crecer al 5% o incluso al 7%, y ese salto depende de tres factores clave: elevar la productividad —tanto del talento humano como del uso de nuevas tecnologías—, fortalecer nuestras instituciones e impulsar decididamente la inversión, tanto extranjera como nacional. No se trata de hablar de mediocridad, sino de encender sanas ambiciones. Este ENADE busca justamente despertar esa convicción: reconocer que tenemos ventajas, que existen oportunidades y que lo que nos toca ahora es dar un paso firme hacia adelante. El reto es de todos, y el momento para asumirlo es ahora.

Tienes año y medio en el puesto. ¿Cómo encontraste la institución y qué logros te hacen sentir satisfecho?

Al llegar encontré un equipo muy profesional y el respaldo absoluto de las directivas de Guatemala No Se Detiene, comprometidas al 100% con la estrategia de atracción de inversión. Identifiqué tres grandes retos y hemos avanzado significativamente en cada uno de ellos.

Primero, la ausencia de proyectos estructurados para ofrecer a nivel internacional, lo que conocemos como pipeline. Hoy hemos empezado a construir y promover una cartera que incluye tanto nuevas inversiones como proyectos públicos y privados que pueden atraer capital extranjero.

Segundo, la falta de especialización en los roles. El equipo era reducido y con funciones dispersas. Ahora, aun con una estructura pequeña, contamos con asesores especializados por sectores estratégicos —BPO y turismo, ciencias de la vida (farmacéutico y químico), y metalmecánica—, alineados a los objetivos de Guatemala No Se Detiene: más inversión, más exportaciones y más empleo.

Tercero, la multiplicidad de actores promoviendo inversión sin suficiente coordinación. En este punto hemos trabajado para integrar esfuerzos: el Ministerio de Economía como rector, ProGuatemala y las distintas agremiaciones. No se trata de reducir iniciativas, sino de articularlas para que el país proyecte una voz unificada y más potente hacia el exterior.

¿Cuántos proyectos están manejando actualmente a nivel internacional?

Actualmente, Guatemala No Se Detiene opera con seis mesas de trabajo permanentes. La mesa de infraestructura da seguimiento de manera constante a cerca de 100 proyectos. En cuanto a la mesa de atracción de inversión, sabemos que, por experiencia, un asesor no puede gestionar eficazmente más de 20 oportunidades al mismo tiempo. Con base en esa capacidad, hoy contamos con un portafolio activo de alrededor de 100 oportunidades, distribuidas en los cinco asesores especializados por sector estratégico. Este esquema nos permite mantener un flujo constante y ordenado de proyectos que se reciclan y se renuevan, garantizando así dinamismo y continuidad en la atracción de inversión.

¿Cuáles están más cercanos a ejecutarse y generar transformación social y económica?

Un estudio reciente nuestro, mostró un hallazgo muy revelador: en Guatemala, la inversión extranjera directa se ha dividido en dos grandes bloques, reinversión y nueva inversión. En los últimos cinco años, alrededor del 75% corresponde a reinversiones, lo cual es muy positivo porque significa que las empresas que ya están en el país crecen, confían y siguen apostándole a Guatemala. Sin embargo, las nuevas inversiones —que hoy representan menos del 12%— son las que generan un mayor impacto en empleo y transformación económica.

Si hablamos de inmediatez, los resultados más cercanos vendrán de las reinversiones: centros de distribución, retail, BPO y plantas ya establecidas que están ampliando su capacidad. Un ejemplo claro es el reciente anuncio de la empresa española Nextil, que obtuvo un contrato de de venta por USD 175 millones, con una parte significativa que se traducirá en más inversión en el país.

De cara al futuro, vemos oportunidades muy relevantes en nuevas inversiones, especialmente en químicos y ciencias de la vida, manufactura liviana, empaques y, de manera destacada, infraestructura energética, que puede convertirse en un verdadero motor de transformación social y económica.

¿Cómo se posiciona Guatemala frente a otros países de la región en atracción de inversión extranjera?

Guatemala hoy se posiciona de manera muy atractiva frente a otros países de la región gracias a siete factores clave que hemos identificado y que evolucionan constantemente. En primer lugar, el entorno macroeconómico, que se ha consolidado como un activo reconocido internacionalmente y que debemos seguir cuidando.

En segundo lugar, el talento humano: si bien aún hay espacio para fortalecer capacidades técnicas, el verdadero diferencial está en nuestro bono demográfico, uno de los más favorables del mundo, con una edad promedio de 27 años. Esta es una ventaja que debemos aprovechar ahora.

A ello se suma la solidez y reputación del empresariado guatemalteco, valorado por fondos internacionales como un socio confiable e idóneo; la ubicación geográfica estratégica, que conecta de forma natural con Norteamérica y los principales mercados; y un marco tributario competitivo, con una de las cargas fiscales más bajas de la región en comparación con países como El Salvador, República Dominicana, Colombia o México.

En conjunto, estos elementos hacen que Guatemala tenga no solo ventajas comparativas, sino también ventajas reales y diferenciadoras para atraer inversión extranjera directa de alto impacto.

¿Cuál es la percepción que tienen los inversionistas extranjeros del país?

La percepción de los inversionistas internacionales sobre Guatemala es, en general, muy positiva, incluso más favorable que la que muchas veces tienen los propios guatemaltecos. Es un contraste interesante y hasta paradójico. Cuando presentamos al país en el exterior, los inversionistas suelen llegar bien informados y destacan factores que a veces aquí damos por sentados. Hace unos días, por ejemplo, un grupo de inversionistas nos decía: “Guatemala tiene uno de los niveles de riesgo más bajos de la región; sus bonos ofrecen una rentabilidad alta con riesgo bajo, eso es un paraíso para invertir”.

En nuestras giras internacionales también se resalta nuestra estabilidad macroeconómica, especialmente al compararnos con países que enfrentan inflaciones de dos dígitos, como Turquía, mientras Guatemala mantiene estabilidad cambiaria. Además, valoran nuestra riqueza natural, la lealtad y compromiso del talento humano, la cercanía estratégica a Estados Unidos y México, y la conectividad digital que ofrecen los cables submarinos que atraviesan nuestras costas.

Todo esto refuerza una percepción: Guatemala es vista como un país sólido y con condiciones muy atractivas para invertir.

¿Cuáles son las principales barreras que encuentran los inversionistas?

De nuestras entrevistas con empresas de los sectores prioritarios hemos identificado varias barreras recurrentes. La primera es la burocracia y los trámites, que generan demoras para abrir operaciones y se convierten en una de las principales preocupaciones de los inversionistas. A esto se suma el costo logístico, que ya impacta las estrategias de nearshoring.

Un segundo factor es la disponibilidad de mano de obra especializada. Si bien Guatemala cuenta con talento, sectores como BPO demandan cada vez más perfiles específicos —médicos, contadores, programadores— y el reto es ampliar la oferta y acelerar la formación de estas capacidades. También hay barreras externas, como la volatilidad de las tarifas en Estados Unidos, que escapan a nuestro control. Y, finalmente, los inversionistas resaltan que, aunque valoran mucho la solidez del sector financiero —con créditos más baratos que en EE. UU.—, aún falta desarrollar cadenas de suministro organizadas en clústeres, que permitirían escalar y generar mayor competitividad.

En síntesis, los inversionistas ven un enorme potencial en Guatemala, pero esperan avances concretos en trámites, logística, formación de talento y articulación de clústeres productivos.

¿Cómo priorizan los proyectos a los que les dan más energía?

Priorizamos los proyectos concentrando esfuerzos en aquellos sectores con mayor potencial de impacto: los que generan más empleo, tienen una fuerte vocación exportadora o donde Guatemala ya ha demostrado capacidades instaladas y competitividad.

Actualmente trabajamos sobre seis sectores estratégicos:

  • Partes livianas para maquinaria y vehículos, con potencial de integrarse a cadenas globales.
  • Empaques y plásticos, donde Guatemala puede consolidarse como potencia regional.
  • Dispositivos médicos, un sector de alto valor agregado y crecimiento sostenido.
  • BPO y servicios, intensivos en talento humano joven y bilingüe.
  • Vestuario y textil, que sigue siendo un motor tradicional de exportaciones.
  • Competitividad transversal, que abarca proyectos de infraestructura, energía eléctrica y movilidad, fundamentales para sostener el crecimiento en todos los sectores.

De esta manera, aseguramos que la energía institucional se dirija hacia los ámbitos que realmente pueden transformar la economía y proyectar a Guatemala en el escenario internacional.

¿Cuál es la visión de Guatemala como destino de inversión a 10 años?

La visión de Guatemala a diez años, alineada con Guatemala No Se Detiene, entre otros, es convertirnos en un país exportador competitivo y confiable. Hoy las exportaciones representan apenas el 14% del PIB, y nuestra meta es avanzar hacia el 40%, lo que nos posicionaría como una verdadera economía exportadora. Para lograrlo, buscamos “importar exportadores”: atraer proyectos de inversión extranjera directa con vocación exportadora en sectores estratégicos. En paralelo, en el ámbito laboral nos hemos propuesto la creación de 2.1 millones de empleos hacia 2032, un objetivo que, al ritmo actual de la IED, podríamos alcanzar antes de lo previsto. Y estas son solo algunas de las metas. La visión completa es más amplia: consolidar un país que aprovecha su bono demográfico, que integra de forma sostenible a sus regiones productivas y que se inserta con fuerza en las cadenas globales de valor.

A pesar de todo esto positivo, la brecha de pobreza en Guatemala sigue creciendo. ¿Qué me dices sobre eso?

Es cierto: a pesar de los avances, la brecha de pobreza sigue siendo un reto enorme para Guatemala. Como economista, estoy convencido de que si la atracción de inversión no tiene un enfoque de impacto social, económico y ambiental, no estaremos resolviendo los problemas de fondo. Por eso uno de nuestros principios es promover empleo de calidad, y no aceptar inversiones que solo busquen mano de obra barata sin generar bienestar.

La desigualdad está estrechamente vinculada a la alta informalidad laboral, que alcanza alrededor del 70%. Reducir esa brecha pasa por impulsar la formalización del empleo. Un ejemplo es el programa Mi Primer Empleo, que otorga incentivos a las empresas internacionales que convierten plazas informales en formales, ofreciéndoles hasta un 50% de descuento en el pago de salarios durante los primeros meses.

Además, entendemos que Guatemala es un país de regiones. Por eso estamos trabajando en un modelo de atracción de inversión regional, que identifique las vocaciones productivas de cada territorio y canalice proyectos de inversión directamente hacia ellas. Con ello, no solo generamos empleo formal, sino que acercamos las oportunidades a donde más se necesitan, contribuyendo a reducir desigualdades de manera sostenible.

¿Qué pueden esperar los participantes del ENADE 2025?

Los participantes del ENADE 2025 pueden esperar un programa con coherencia y enfoque estratégico, diseñado para provocar reflexión sobre el rol que cada uno —empresarios, academia e instituciones públicas— debe asumir en la atracción de inversión extranjera.

Lo más valioso será escuchar a conferencistas de talla internacional que compartirán experiencias concretas: cómo lo han logrado en otros países, qué prácticas funcionan y qué lecciones podemos adaptar a Guatemala. Tendremos ejemplos inspiradores como el caso de República Dominicana, así como análisis de geopolítica altamente relevantes para el contexto actual.

En definitiva, será un espacio para inspirarse, aprender y, sobre todo, comprometerse con la tarea de transformar la inversión en desarrollo para Guatemala.

¿Cuál es tu llamado a la acción para el sector empresarial post-ENADE 2025?

Mi llamado después del ENADE 2025 es a que todos —sector privado, sector público, academia y sociedad civil— asumamos un rol protagónico en la atracción de inversión extranjera directa. El lema “Estamos en Todo” refleja precisamente que este es un esfuerzo colectivo: pensar en grande, hablar el mismo lenguaje y trabajar juntos para convertir la inversión en empleo, exportaciones y desarrollo. Guatemala tiene la oportunidad, pero solo la alcanzaremos si cada uno aporta desde su lugar.

Finalmente, ¿cuál es tu compromiso personal en este puesto?

Mi compromiso personal es que Guatemala se vuelva un país más influyente y con mayores oportunidades para todos. Como economista, sé que la clave está en atraer inversiones de alto impacto, capaces de generar beneficios tangibles en la economía y, sobre todo, en la vida de las personas.

Mi convicción es que la inversión debe abrir caminos incluso para quienes enfrentan condiciones adversas —como esa joven que quedó embarazada a temprana edad— y dar a los jóvenes razones para creer que pueden alcanzar aquí, en su propio país, el sueño guatemalteco, sin tener que buscarlo fuera.

Si logramos traer inversiones que no solo cuiden las finanzas públicas, sino que además multipliquen empleo formal, exportaciones y bienestar social, habré cumplido mi mayor compromiso: construir un verdadero ganar-ganar para Guatemala y su gente.


Juan Esteban Sánchez se describe en cinco palabras: creativo, acelerado, soñador, lógico y responsable. Su inspiración: la familia. Su misión: demostrar que Guatemala tiene el potencial para atraer inversión extranjera directa que genere empleo, impulse exportaciones y abra oportunidades de desarrollo para todos en el país.


Un futuro que construimos juntos

El potencial de crecimiento de Guatemala al 7% no es una cifra abstracta; es una promesa de prosperidad que nos concierne a todos. Como señala Juan Esteban Sánchez, el camino para lograrlo está en la inversión extranjera directa, pero también en un cambio de mentalidad, abandonando la conformidad para abrazar una ambición sana. Más allá de las estadísticas y los proyectos, el verdadero catalizador para esta transformación es el compromiso de cada guatemalteco. Es un llamado a reconocer que el «sueño guatemalteco» es una realidad palpable, una que se construye con la convicción de que el crecimiento del país es la suma de nuestros esfuerzos, la materialización de oportunidades para todos, y la demostración de que una Guatemala influyente, próspera y equitativa está a nuestro alcance.

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