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Relaciones Tóxicas

Por Redacción
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Por Coach Leticia López Vázquez

Las relaciones tóxicas son relaciones en las que ambas partes son incapaces, por alguna razón, de impedir hacerse daño.

Puede tratarse de una relación de pareja, amistad, de trabajo, incluso de una relación familiar.

Los signos que deben alertar de que se está en una relación tóxica con frecuencia son indirectos y subjetivos, lo que dificulta a las víctimas de alejarse de la relación tóxica antes de que sea demasiado tarde.

Sin embargo, se recomienda prestar atención cuando se empieza a experimentar un malestar difuso e indescriptible, cuando el comportamiento cambia, por ejemplo de extrovertido pasa a ser retraído, o cuando uno se siente desorientado sin lograr admitirlo; en este momento es importante cuestionarse y hacer un examen de lo que pasa. Lo cual no es sencillo, pues la sociedad en la que vivimos no nos invita realmente a estar atentos a nuestras emociones y a lo que nos ocurre.

Si en la relación en que te encuentras de alguna u otra forma te hace sentir mal, por ejemplo te sientes juzgado, desvalorizado, manipulado, amenazado, acosado, maltratado, o sientes un vacío difuso después de verte con la persona tóxica, si tienes alguno de estos sentimientos, es importante que te preguntes si estás en una relación tóxica y que busques la manera de salir.

CARACTERÍSTICAS DE LAS RELACIONES TÓXICAS

En general, las relaciones tóxicas pueden definirse como relaciones en las que ambas partes son incapaces de lograr un trato de igual a igual. Una relación se vuelve tóxica en el momento en que una de las partes «se aprovecha» de la otra, cuando aparentemente solo uno de los dos obtiene un beneficio.

Por ejemplo, la persona que actúa viendo únicamente su interés, que se propone manipular e intentar controlar, o que simplemente quiere sacar provecho. Lo que motiva a una persona a tener conductas tóxicas es la voluntad de tener control completo y de tener todo el poder en la relación.

En una relación tóxica el poder no se comparte. Por el contrario, la persona tóxica es aquella que intenta que la otra persona obtenga el mínimo de poder. La toxicidad misma, de hecho, consiste en eso: en implementar dinámicas en las que se genera una desigualdad entre los dos, en la que el poder queda repartido de modo que favorezca a uno y desfavorezca al otro.

Si bien las peleas de poder son algo normal en cualquier relación, principalmente en los primeros años del matrimonio, las relaciones tóxicas están caracterizados por la insistencia constante y absoluta de uno de los dos en tener el control.

Generalmente, una relación tóxica se establece entre dos tipos de personas, una persona manipuladora (perverso narcisista), y una persona susceptible a la culpabilidad, sensible y vulnerable, que sufre de dependencia afectiva y que usualmente está volcada a los demás. Cuando dos personas con estas características se encuentran, se produce una especie de red dañina en la que quedan atrapados y de la que es muy difícil salir.

Es importante tener presente que los métodos utilizados por una persona tóxica para controlar a su pareja no necesariamente son evidentes ni aparentes, ni siquiera para la pareja víctima.

¿CÓMO IDENTIFICAR SI TENEMOS UNA RELACIÓN TÓXICA?

Una pregunta importante sería: ¿Qué es lo que podemos permitir o hasta dónde podemos permitir en una relación de pareja?, ¿Qué es lo que no podemos permitir nunca?

Son preguntas que cuestionan mucho los límites que cada persona pone en su relación de pareja.

Hay varias señales de alarma que nos hacen sospechar de que estamos inmersos en una relación tóxica.

Señales para que sepamos identificar si tenemos una relación tóxica:
  • Cuando dudas si tu pareja es la persona que tu estabas buscando. A veces tienes claro que no, pero esperas a que esa persona cambie y sea la persona que tú quieres que seas.
  • Cuando dejas de ser tú, y empiezas a comportarte como la otra persona quiere o le gusta que te comportes.
  • Cuando no te deja crecer como persona y no te hace feliz. Cuando pasas más tiempo llorando, discutiendo o dudando.
  • Cuando tu pareja te demanda exclusividad. Cuando no le parece bien que pases tiempo con amigos, familias, compañeros… O si pasas tiempo con ellos comienza con chantajes emocionales.
  • Cuando comienzas a hablar mal de tu pareja y te desahogas con amigos de confianza, esperando que te apoyen.
  • Cuando se convierte en una relación de dependencia. Es decir, cuando nuestra felicidad depende de la otra persona. Algunas veces lo podemos identificar en comentarios típico como: “si me dejas no sé que voy hacer sin ti…”, “si me dejas me muero”, etc.
  • Cuando comienzas a justificar acciones y comportamientos importantes que ya superan los límites. “ Es que él/ ella es así”, “Me ha hablado así porque yo también he tenido culpa…”
  • Cuando la relación de pareja se convierte en desconfianzas y celos.
  • Cuando comienzan constantemente los reproches.

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