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El camino del aprendizaje al éxito

Por Redacción
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“La instrucción como muchos pretenden, no es la perdición de la mujer; es su salvación”(Eloísa Díaz, 1950)

Por: Dra. Claudia Nuñez y Marolen Martínez

En la actualidad, las sociedades, unas más que otras, han evidenciado grandes cambios en reconocer el valor que posee la mujer en los diversos ámbitos de la vida. Sin embargo, desde 1789 (Revolución Francesa), aún existen evidentes brechas que siguen obstaculizando, sobre todo en aquellos contextos de mayor necesidad económica, en cuanto al avance de la mujer en su formación educativa para la inserción al mundo laboral. La Unesco (1997) plantea la necesidad de establecer la igualdad de derechos y considerar las necesidades en todos los sentidos de manera equitativa en cuanto al género.

Si nos situamos en el final del siglo XVIII, uno de los mayores aspectos a considerar de la época por la realeza gala, era la validación de la figura femenina, ya se daba a conocer la importancia de la igualdad de derechos entre el hombre y la mujer, si bien el resultado no fue el esperado, esa lucha prosiguió por décadas.

Lo cierto es que, aún persisten las barreras de acceso y participación por el cual les ha costado el doble o triple acceder a una educación formal para ocupar puestos laborales en igualdad de derechos y condiciones que los hombres; solo por el hecho de ser “mujeres”. En el caso de aquellas que se encuentran en un nivel socioeconómico más desfavorecido, difícilmente pueden finalizar estudios secundarios, por lo que esto impacta directamente con la posibilidad de obtener un título universitario y, por consiguiente, lograr un ascenso en sus metas laborales.

No es posible comprender la importancia de la figura femenina en el mundo del trabajo, sin reflexionar el efecto que tiene el que un porcentaje no menor que, no pueda cumplir sus sueños por motivos económicos, y eso se suma a la “meritocracia” que aún permanece como si fuese “un principio activo” dentro de los espacios laborales. Dentro de las emociones que ellas expresan cuando comentan sobre sus metas y sueños, son de desesperanza aprendida, con una mezcla entre pena y frustración, ya que dentro de su sentir, se aprecian los pensamientos hablados tales como: “me hubiese gustado ser alguien más en la vida”, o “mi sueño es tener un título para trabajar en lo que me apasiona y con ello generar mayor ingreso a mi hogar”.

De acuerdo con estas palabras expuestas, es necesario reflexionar y comprender que, todas tienen el derecho de ser quien quiera ser; por lo tanto, los factores socioculturales como económicos no pueden ser un obstáculo para que ellas puedan cumplir sus sueños de ser exitosas. Estamos al debe como sociedad con cada una, porque a pesar de todo, dentro de su espíritu sienten que son “Wonder Woman” y que el contexto en el que están insertas no limita la posibilidad de volar en el inmenso cielo azul.

Cabe recalcar que, nosotras tenemos una responsabilidad moral y social ya que, hemos tenido el privilegio de una educación formal y oportunidades que nos han permitido transformar nuestro entorno, desarrollarnos integralmente y, por ende, seguramente, dar una mejor educación y calidad de vida a nuestros hijos.  Sí, una responsabilidad y compromiso social y moral para con otras mujeres que por diferentes circunstancias no han tenido la oportunidad de educación intelectual o preparación técnica, nosotras podemos y debemos generar puentes de desarrollo para estas mujeres que están deseosas de transformar su vida.

Generar una verdadera sinergia femenina y red de negocios basadas en la generosidad de ver a otras mujeres que pueden alcanzar sus objetivos.  Si está en nuestras manos hacerlo, por qué no hacerlo, apoyar iniciativas, crear estrategias de impacto social en pro de miles de mujeres menos favorecidas.

Finalmente, en la sociedad en que nos encontramos en la actualidad, en que el conocimiento y la información es esencial para el desarrollo del ser humano; la mujer cumple un rol importante, puesto que cada día va abriendo puertas, derribando barreras, en lo social, laboral, emocional , etc. El tiempo, la disciplina de estudio, la religión, el lugar o contexto, no son impedimentos para que una pueda lograr lo que se proponga, ya que la fuerza interna femenina, permite avanzar con empatía, con intuición, con coraje y tenacidad, siendo capaces de adaptarse a las diversas situaciones para un sólo propósito, llegar al objetivo y cumplir el sueño que cada una guarda en su interior…

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2 Comentarios

Marianela Leiva 23 de septiembre de 2023 - 6:08 pm

Leí con detención el artículo y me pareció un texto muy bien orientado en donde se identifica perfectamente el sentido del mensaje. Por cierto, absolutamente actual que muestra a una sociedad aún frustrada para la mujer con pocas oportunidades de desarrollo. Felicitaciones !!!

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Redacción 6 de octubre de 2023 - 3:44 pm

Gracias por tu lindo comentario y ser parte de nuestra comunidad. Agradecemos compartir y así llegar a la mente y corazón de más mujeres.

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