Un brindis diferente: Por las mujeres y niñas

Por: María José Cordero, Estudiante de Ciencia Política   –  Twitter: mujerchiquita_

El ambiente de las festividades, nos invitan casi por naturaleza a reflexionar los sucesos y vivencias durante este último ciclo que está próximo a finalizar. Para muchos, este ejercicio traerá recuerdos de paz y alegría. Sin embargo, esta perspectiva puede estar sesgada por la indiferencia y el silencio. Ya que, para más de la mitad de la población, cada día que pasaba era una oportunidad de convertirse en una cifra más.

Y si usted cree que esto es tan solo una exageración déjeme recordarle que, de enero a septiembre de 2022, se reportaron más mujeres asesinadas que días en el año. 458 mujeres, para ser exactos. Es decir, y bajo palabras del informe del Grupo de Apoyo Mutuo (GAM) que, el promedio de muertes con signos de violencia equivale a 356 personas en los primeros 8 meses del año. De estos números, resaltan las 55 mujeres asesinadas por mes.

Si esta información no le hace reflexionar nuevamente, déjeme indicarle que, para junio de 2022 la cifra de feminicidios incrementó un 48% en tan solo los primeros cinco meses de este año. Y no, estos datos alarmantes no son cuestión del último año. Durante el 2021, las muertes violentas de mujeres guatemaltecas aumentaron un 28% en comparación del año 2020.

Bajo estos argumentos y datos estadísticos, usted puede creer que una de las prioridades más urgentes e importantes del Estado es erradicar y prevenir la violencia que sufren las guatemaltecas a diario. Pues no, al contrario, en el presupuesto 2023 decidieron eliminar por completo el financiamiento de 18 oenegés dedicadas a apoyar mujeres sobrevivientes de violencia.  Entre estas, Fundación Sobrevivientes que tiene bajo su resguardo dos mil quinientas mujeres. Queda más que claro el propósito de las instituciones que “proveen” seguridad y justicia. Tal como menciona Marielos Monzón (2022), “las redes mafiosas y criminales no solo se traduce en más corrupción, también en mayor violencia e impunidad”.

Aún así, usted quizá tenga esperanza en la sociedad guatemalteca como tal. Sin embargo, la psique del guatemalteco promedio se encuentra permeada por actitudes machistas y misóginas. Usted mismo es seguramente testigo (incluso emisor) de comentarios como: “¿Por qué sale sola?”, “¿Vieron lo que llevaba puesto?” o “Seguramente enojó a su esposo”. Esto crea un círculo vicioso y no permite que el sistema se desintoxique. Esto permite la normalización de la violencia y la revictimización de las mujeres violentadas. Y sí, la respuesta de la sociedad ante la violencia es el mismo reflejo de las autoridades.

Todos los días, observamos mujeres desaparecidas, violentadas y sin vida. Todos los años, ignoramos en silencio este hecho. Este fin de año, en medio del champan y los fuegos artificiales, les invito a sacudirse los privilegios y recordar a todas estas mujeres y niñas a las que el sistema violento y podrido les arrebató los sueños, la paz y la vida. Le invito a modificar su lista de propósitos, para incluir mayor sensibilidad de género y menos ceguera social. Este 31 de diciembre, las mujeres exigimos un año donde podamos vivir tranquilas y llegar a la última noche del 2023.