Escrito por: Mónica Flores, Presidente para Latinoamérica ManpowerGroup
El mundo como lo conocíamos ha cambiado para siempre. Desde hace años hemos presenciado varios avances tecnológicos que han llevado paulatinamente a una transformación de los negocios. Debido a la pandemia, la digitalización dejó de ser opcional y se convirtió en una necesidad para poder seguir operando, ya que el trabajo abandonó literalmente los lugares de trabajo, acelerando lo que tanto se había pospuesto.
Otro factor que ha recalcado es la importancia de actualizarse continuamente. El nuevo nombre del juego es reskilling y upskilling. Las habilidades se vuelven obsoletas cada vez más rápido y sólo los que cuenten con aquellas en demanda podrán ver aumentos de sueldos, mayor seguridad de empleo y flexibilidad sobre cómo y cuándo trabajar.
Lo único cierto es la incertidumbre y que el mundo del trabajo nunca volverá a ser como antes. Al inicio, el home office se convirtió en una práctica necesaria y encontrábamos recomendaciones sobre cómo seguir una rutina, despertarse temprano, darse un baño, elegir un atuendo como si fuéramos a trabajar y contar con las herramientas necesarias: computadora, wifi, teléfono, etc.
Conforme las semanas pasaron, el home office dejó de ser suficiente. Como dice Marshal Goldsmith, lo que te trajo aquí, no te llevará hasta allá. El trabajo en casa ahora debe ser también inteligente (Smart Work). Para estar más conectados que nunca, a pesar de estar lejos físicamente, hay que tomar en cuenta factores como:
Aprovechar la tecnología al máximo. Esta juega un papel crucial y muchos procesos y políticas deberán ser adaptados a este nuevo entorno. Las áreas de Recursos Humanos y TI deberán trabajar de la mano, mientras que los individuos debe cuidar detalles tan simples como contar con el ancho de banda capaz de soportar las necesidades de su trabajo.
Mantener la seguridad de la información y la privacidad de datos. Una buena práctica, mencionada en el estudio #WORKSMART de ManpowerGroup, es actualizar constantemente las contraseñas de nuestras herramientas de trabajo y guiar a los colaboradores para resguardar la información.
Saber compaginar la vida personal y laboral y tener un espacio de trabajo adecuado. Según otro estudio de ManpowerGroup, 8 de cada 10 personas quieren un mejor balance entre la familia y el trabajo, ya que el 30% ahora tienen que ser maestros, empleados, padres y cuidadores durante su jornada laboral. Mientras que, por un lado, el smartworking permite equilibrar la vida personal y profesional, por otro lado, es necesario poner ciertos límites, tanto de espacio físico como de tiempo, para mantener la salud mental y emocional.
Respetar la privacidad de otros. Es importante entender que, al tener videollamadas, estamos de alguna manera invadiendo el hogar de los colaboradores y pueden no encontrarse en las condiciones ideales para abrir su cámara, por lo que no se les debería forzar a hacerlo. también debemos aceptar que alguien deba tomar una llamada con un bebé en brazos, por poner un ejemplo.
Coordinación de jefes y subordinados. Es cierto que las jerarquías se disuelven cada vez más, pero todos deben tener claras sus responsabilidades y KPIs para encontrar el balance correcto entre flexibilidad y productividad
Entender y acordar cómo se comunica el equipo. Existen un sinfín de herramientas, desde correos y llamadas telefónicas hasta opciones de mensajería instantánea y videollamadas. Es importante establecer horarios y temas a tratar.
El tiempo para regresar a las oficinas será diferente para cada país y sector. Será necesaria una colaboración entre los diferentes actores como gobiernos, empleadores y empleados, pero una cosa es cierta: regresaremos al futuro del trabajo, no al pasado y hoy es el momento para prepararnos.
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