Entrevista por: Sheila Aguilar
Silvia Castellanos, una mujer muy dedicada a su profesión, se define como hija de Dios, instrumento de Dios y una mujer que vive, sueña y lucha por un mundo más inclusivo.
En el año 2003 estudió odontología en la universidad de San Carlos de Guatemala, “fue un sueño hecho realidad” – nos dice Silvia.
Con la bendición de Dios y de su señora madre viajó a Colombia y optó por una especialidad en odontopediatría.
“Como extranjera, atender pacientes niños es un poco complicado, llevaba una clase que era pacientes especiales, un día alguien dejó caer a una pequeñita que padecía de parálisis cerebral y en ese momento vi que Dios me estaba preparando para atender a pacientes con discapacidad”, nos comparte Silvia.
A un inicio Silvia lo visualizó como una práctica clínica que debía realizar en la universidad, y tuvo la bendición de
poder trabajar con 28 niños de Funda Sonrisas, donde se enamoró aún más de este oficio como odontopediatra.
En 2006, Silvia regresa a Guatemala con mucho aprendizaje y emprende su propia clínica dental e inicio en el garaje de su domicilio en donde atendía familiares y amigos; y así progresivamente se puso como meta poner una clínica más formal.
Ha tenido el honor de ser invitada dentro del grupo de odontólogos de pacientes con discapacidad, para formar la Academia Interamericana de Odontólogos de Pacientes Especiales (AIOPE).
“Es importante mencionar que nosotros oímos el paciente especial y nos imaginamos un paciente que tiene algún
problema motor, algún problema neurológico o alguna discapacidad intelectual, pero realmente paciente especial somos todos que, en alguna etapa de nuestra vida, pues se ha definido como paciente especial a toda aquella persona que en algún momento de su vida necesita cuidados diferentes o atención diferente a la hora de ser atendido”, comenta Silvia.
Actualmente, está involucrada en la elaboración de un libro junto a otros integrantes de AIOPE, que servirá como libro de texto para diferentes universidades de Latinoamérica; mismo que tiene como objetivo ayudar a las futuras generaciones de odontólogos.
Silvia, ¿lo más importante de su trabajo?
Poder formar equipos multidisciplinarios, conocer médicos en otras ramas de la salud.
¿Cuál es la mayor satisfacción de su trabajo?
Poder ser parte de la familia de los pacientes, dejar de ser la dentista del paciente y ser la amiga de la familia.
Castellanos, sin duda alguna realiza su trabajo con amor y dedicación, en el brillo de sus ojos se nota la pasión y la satisfacción a su profesión, lo que se admira de ella es la paciencia y empeño para que los pacientes se sientan cómodos; es muy notorio, ya que realiza diversas técnicas para que los pequeños no se sientan con temor a ir al dentista.
El consejo que nos da Silvia Castellanos para la mujer emprendedora es que todo proyecto lo coloque en manos de Dios, ella es una mujer de fe, y ese es el mayor consejo que le da a aquellas mujeres que sueñan y anhelan por emprender.
Sin duda alguna, Silvia, es un ejemplo de una Mujer de Negocios, una mujer emprendedora que ama cada una de las actividades que realiza y es un ejemplo de que los sueños se hacen realidad, con dedicación, amor, compromiso y fe.
