Una realidad oculta para niñas y adolescentes
Soy mamá de Valentina de 14 años ( me quede sola con ella, cuando ella tenía 2 meses de nacida) y Salvador de 10 años (nos costó dos años el embarazo con Estuardo mi esposo, pero ya éramos papás de Valentina, él la conoció cuando ella tenía 11 meses de nacida y Salvador nació cuando su hermana tenía ya 4 años) siempre quise ser mamá y serlo sola en mi primera experiencia fue muy difícil y lo sigue siendo en muchos aspectos, tenía 23 años y una beca a España cuando quede embarazada y nunca por mucho miedo que tenía pensé en abortar y no porque me eduqué en casa y colegio católicos sino porque yo no quería, creo que las leyes en lugar de acorralarnos más como mujeres por el hecho de ser las que portamos y damos a luz a los niños, nos deberían de apoyar en responsabilizar de forma tajante al otro 50 % responsable en un embarazo, no puedo ni imaginarme el sentimiento de impotencia y dolor de una niña o jovencita violada, solo de pensarlo se me eriza la piel y pensar en mi hija que está en esa edad justa que está en discusión donde ellas no están siendo consideradas como opinión y como criterio ante ninguna ley que es creada por adultos y en su mayoría hombres .
Colaboración de: Vicky Flores
Junto a mis hijos Valentina y Salvador, hablamos de diferentes temas de sexualidad y escucharlos en sus opiniones me generó a mí mucho análisis más, creo que imponerle más a nuestros jóvenes y niños en Guatemala es condenarlos a que en su edad adulta tengan que superar muchas cosas más con dolor y ser parte de esta espiral de angustia, dolor e incertidumbre que vivimos todos los Guatemaltecos en edad adulta actualmente, yo he pasado momentos difíciles por ser mamá sola con Valentina, con un buen compañero si, y con buen apoyo de mi familia y entorno y aun así el dolor y el miedo ha sido profundo, no puedo por más que lo intento imaginar a esas niñas que superan las 3500 de enero para agosto en edad de 10 a 14 años y violadas con un bebé en su vientre, el dolor, la angustia y el temor que sentirán, como me gustaría que como mujer y mamá, pero más como guatemalteca esas estadísticas cambiaran radicalmente y nuestro país les generara un estado de seguridad y bienestar a nuestras niñas.
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