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Soltera y sin hijos, pretexto para explotación laboral

Por Redacción
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Evita el abuso de tus jefes que por tener «todo el tiempo del mundo» se aprovechan para exigirte más tiempo, esfuerzo y resultados.

Por desgracia, en los últimos años crece la idea, entre algunas empresas, de que estar soltera y sin hijos es sinónimo de alguien que no tiene problema en quedarse hasta tarde en la oficina o en trabajar los fines de semana, pues prevalece el concepto de que “ser soltera es tener todo el tiempo libre del mundo”.

Así piensan muchos jefes que exigen más –tiempo, esfuerzo y resultados– a las mujeres insertas en este grupo que ha acaparado un gran número de lugares dentro del mercado laboral.

Tal es el caso de Ivette Sánchez, quien sabe bien el peso que conlleva ser una mujer soltera: “Trabajo en el área de Mercadotecnia de una empresa y en un inicio mi horario establecido era de nueve de la mañana a seis de la tarde. Poco a poco empecé a recibir más responsabilidades y no me importaba dar ese ‘extra’, aunque saliera más tarde, pues pensaba ‘siempre llega la recompensa’. Hoy, tengo el doble de actividades y un aumento de sueldo se vislumbra lejano; mi jefe piensa que como no soy casada y no tengo hijos, tengo mucho tiempo libre, me lo ha dicho”.

Este tipo de acciones lejos de ser un incentivo para las empleadas termina por convertirse en un abuso y también puede ser visto como un tipo de discriminación.

Esto se convierte en un acto discriminatorio cuando se hacen diferencias dependiendo del estado civil: ‘tú soltera no puedes llegar tarde, tú casada hazlo porque tienes más obligaciones’. Esa actitud es de un jefe paternalista que hace concesiones con algunas, cuando la realidad es que todas las empleadas se cansan igual y tienen la misma necesidad de tiempo libre para realizar actividades personales.

La otra cara de la moneda es Lourdes Ramírez, cuyo horario de trabajo durante cuatro años fue de 10 de la mañana a 7 de la noche y ahora es de 9 a 4, ¿a qué se debió a el cambio de horario? Se convirtió en mamá hace casi dos años. “Pedí un cambio de horario para poder salir más temprano y cuidar a Rodrigo, mi hijo. Antes de ser mamá un reajuste como éste no hubiera sido posible, y lo agradezco porque así estoy con mi hijo”, explica Lourdes.

Varias empresas hacen este tipo de concesiones y otorgan más permisos para que sus colaboradoras puedan asistir a consultas médicas, guarderías, festivales y visitas a las escuelas, entre otros. Lo cual no es malo, pero resulta injusto con quienes no tienen hijos, ya que no hay tanta flexibilidad para permisos, por ejemplo, para arreglar trámites personales que no se pueden realizar en fin de semana.

Asimismo, hay casos donde las mamás llegan a acuerdos con el área de Recursos Humanos en el momento de la contratación: Pudiera ser que si tuvieran beneficios extras, pero eso es previa negociación con el jefe. Si no lo hicieron y ya dentro empiezan los permisos creo que no sería favorable porque eso indica que está más preocupada por sus aspectos personales que por su función en la empresa.

Este tipo de acuerdos no tienen en apariencia conflicto alguno, sin embargo, el problema empieza cuando esas ausencias deben ser cubiertas por otras personas, a quienes no corresponden esas funciones.

Soltera sí, disponible no  Entre los requisitos más frecuentes para cubrir una vacante está ser soltera y tener disponibilidad de tiempo. Desde ahí se percibe el interés de las empresas por contar con gente que esté dispuesta a trabajar sin importarle el horario. En algunas ocasiones las solteras están más expuestas a que las envíen a cubrir algunos eventos que necesiten más tiempo, es decir, jornadas de un poco más de ocho horas.

“Estás soltera, estás disponible” es una etiqueta que se presenta en todos los sentidos: emocional, profesional y familiar.

La mujer casada tiene cosas que hacer y se entiende que no puede dedicarse al 100%; en cambio las solteras tienen tiempo y se puede disponer de él. Desafortunadamente así piensan algunos jefes.

Dar pie a este tipo de abusos es muy sencillo, como lo es apoyar con tareas extras, ocupar más tiempo del habitual en la oficina o cubrir turnos, el peligro es que sin darte cuenta puedes llegar al punto en el que ya no te alcance el tiempo para otra cosa más que para cumplir con tus obligaciones laborales y por supuesto no es sano dejar de lado tu vida personal.

No es recomendable llevar trabajo a casa o quedarse más horas en la oficina,  esto puede crear una adicción al trabajo o puede crear algún tipo de cansancio, es importante cumplir con el trabajo, pero también lo es tener momentos de distracción y de descanso.

Por ello es indispensable poner límites, establecer y respetar horarios, delimitar funciones y, si debes negociar, se recomienda no hacer comparativos, es decir, no utilices el clásico “por qué ella sí y yo no”, porque esto sería empezar de forma negativa y te daría pocas oportunidades de éxito. Lo óptimo es hablar con tu jefe de manera clara y exponerle que necesitas respetar tu horario y que, obviamente, en éste cumplirás con tus obligaciones.

Sin diferencias  Cuando una mujer  logra ocupar un puesto, la exigencia del área es por igual, lo que debe tomarse en cuenta es el cumplimiento de metas, de esta forma pueden recibir una promoción o un aumento de sueldo, no importa si son solteras o casadas.

Y añade que dar buenos resultados es lo importante. Aquí el punto es que cada quien hable claro con sus jefes directos, las que son casadas que expongan que no va a haber ningún incumplimiento ni permisos excesivos, que es lo que temen las empresas. En tanto, las solteras deben establecer que la correcta organización de las labores y obligaciones permite llegar a los objetivos sin necesidad de tiempo extra, ni trabajo en fines de semana.

Así que analiza tu situación y no permitas abusos, negocia y deja claro que el hecho de no estar casada no significa que no necesites tu tiempo libre.

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