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Ser o no ser he ahí a un líder

Por Redacción
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Concebida como la actividad de dirigir e influencia la conducta y resultados de los demás, el liderazgo efectivo se ha convertido en la pieza clave para el cumplimiento de los objetivos de negocio de las organizaciones.

Su importancia se explica en la influencia que tiene en el desempeño y efectividad de la organización, en su incidencia en el clima organizacional y, por supuesto en la relación que tiene con la rentabilidad del negocio.

Así, el líder que hoy buscan las empresas no sólo es aquel que tiene una buena relación con su equipo de trabajo o que se limita a motivar y brindar una relación de apertura y confianza para trabajar en una ambiente cálido y retador.  Es alguien que además sabe a dónde va la organización, que domina el pensamiento estratégico e influye en el comportamiento de los demás para lograr los objetivos de la empresa.

Ciertamente es un perfil alto pero no por ello imposible de cumplir.

¡Viva el cambio!

Las prácticas gerenciales de antaños ajustadas a un exceso de control y supervisión han cedido el paso a un liderazgo más proactivo, dinámico, participativo e innovador, en  el que el líder más que un jefe sea un estratega respetado, admirado y seguido por su equipo de colaboradores.

El líder es alguien que ayuda a gestionar lo que quiere lograr y ayuda a que se gestionen las cosas efectivamente, es alguien que está  pendiente de su entorno adaptándose a lo que el mercado le plantea en términos de oportunidades y amenazas; es alguien que establece estrategias para alcanzar lo que la empresa requiere.  En pocas palabras es alguien que demuestra de una manera oportuna, adecuada y diferenciada comportamientos que ayudan a maximizar el desempeño y capacidad de sus colaboradores.

Este concepto ha ido evolucionando con el tiempo y, seguramente, el líder de hoy poco tendrá que ver con el líder que se requerirá dentro de 10 años.  Lo que es un hecho es que el liderazgo hoy requieren las empresas está determinando por un medio de negocios que exige velocidad y asertividad en la respuesta de la gente.

Los líderes son, en pocas palabras, hombres y mujeres “inspiradores” que acaparan el respeto y admiración de los demás y que tienen el poder de influir en la conducta y resultados de sus colaboradores, ¿crees cumplir con el perfil?

Así un líder no espera tranquilamente a que las cosas sucedan sino se esfuerza por crear el futuro.  Se encarga de generar las oportunidades, de luchar por las cosas que quiere y, sobre todo, de contagiar a su gente del mismo entusiasmo que a él lo mueve.

Se trata de una persona en constante estado de alerta para iniciar el cambio e instrumentarlo paso a paso en la organización; que tiene las competencias necesarias para desempeñarse con éxito en áreas distintas y que dada su capacidad de mando y de organización arma eficientes equipos de trabajo.

En este sentido, el líder de hoy alienta a sus colaboradores a dar lo mejor de sí mismos, a comprometerse no sólo con su actividad individual, sino con el equipo y por supuesto con la empresa; es un estratega que impulsa el desarrollo de su gente mediante planes de capacitación, que está atento a las sugerencias o iniciativas de su gente, que sabe delegar responsabilidades y, sobre todo, reconoce y valora el esfuerzo de sus colaboradores.

Los líderes más exitosos escuchan, hacen sentir importante al colaborador, están atentos a sus ideas y se preocupan por su capacitación.  Es una persona que sabe encausar y motivar a los demás, que inspira respeto y admiración.  Pero además de escuchar, los líderes saben comunicar: son personas que saben usar los mensajes, los foros y adaptar su discurso a las diferentes circunstancias para persuadir a la gente en el cumplimiento de los objetivos de la empresa.

Decálogo del líder exitoso

Los líderes…

  1. Utilizan su carisma. En tiempo caóticos saca a relucir una imagen personal demoledora.
  2. Nunca es el mejor en una especialidad. El líder jamás se distingue por ser el mejor en una especialidad.  Los grandes managers del baseball, por ejemplo, nunca fueron los mejores jugadores (¡algunos ni siquiera jugaron!)
  3. Aman al caos. En tiempos caóticos, el orden no sirve. Los líderes actúan, pero también saben esperar.  Los líderes entregan resultados, pero también son realistas y ganan  mediante una buena logística.  Los líderes se enfocan, pero fijan objetivos claros.
  4. Reconocen la supremacía de las mujeres. Los estudios más recientes demuestran que las mujeres superan a sus contrapartes masculinas en casi cada área de la administración de empresas.
  5. Se juntan con gente extraña. El talento no proviene del colaborador que se porta bien y dice “si” a todo; el talento si proviene de los no conformes, de los que disienten, de los rebeldes.
  6. Hacen alianzas sólidas. Las relaciones empresariales son mucho más complejas, lo que complica el poder y hace variables las alianzas.  El líder construye y mantiene una red de contactos claves para influenciar una decisión.
  7. Confían en sí mismos. EL líder genera en sus seguidores confianza hacia él, de hecho, en estas épocas de locos, las personas clamamos por alguien en quien confiar.  Ese es el líder.
  8. Se apasionan por su trabajo. La pasión es la energía que mueve al mundo y el líder la tiene de sobra, la muestra, la transmite, la crea de nuevo y de hecho manifiesta entusiasmo ilimitado por lo que hace.
  9. Hacen los mejores equipos. Reclutan a personas que los superan en talento.  Ellos son el equipo del que logrará las respuestas que él mismo no tiene.  Hay que ser un líder audaz, de lo contrario fracasarás.
  10. Ríen, lloran y también descansan.

 

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