En la sociedad actual vemos habitualmente como las personas compiten entre sí para ser las mejores.
Y esto aunque en principio pueda parecer algo bueno, tiene un elemento de error importante que hace que este hábito suela resultar tóxico.
El elemento de error es el competir contra otros, cuando realmente lo sano y realmente efectivo es competir con uno mismo para llegar un poco más lejos cada día.
Cuando compites con los demás se pueden generar malas actitudes e incluso gente que haga trampas para ser ellos los que lleguen más lejos, con lo que conlleva una mejora irreal y un falso reconocimiento. Cuando compites contigo mismo no hay trampa posible y no puedes hacer nada más que mejorar, lo quieras o no. Además esa mejora será real.
No importa el punto de partida, el terreno es el que es, adáptate. No te dejes vencer por tu situación actual, todo es susceptible de mejora. La situación actual es la que es, y eso no lo puedes cambiar, pero si puedes cambiar tu actitud, para ir mejorando esa circunstancia presente.
Todo es posible. Es importante que seas consciente, de que sea cual sea tu situación presente puedes llegar a donde te propongas si te mejoras a ti misma cada día.
Olvídate de competir contra los demás, compite contigo misma. Deja a un lado las competencias tóxicas contra los demás. Y comienza a competir contigo misma. Busca cada día superar una nueva marca y una mejora real.
Sal de tu zona de confort, haciendo un poco más cada día. Procura dejar un poco la zona cómoda y hacer un pequeño esfuerzo más cada día, esto provocará que tus avances sean mucho más rápidos.
Salir de tu zona de confort es lo que te hará romper los viejos hábitos que te impiden avanzar y adquirir otros nuevos que te harán llegar a tu objetivo sin mucho esfuerzo.
Tengamos presentes estas estrategias y conseguiremos superarnos a nosotras mismas, consiguiendo mayor eficacia en nuestra vida personal y del negocio.
