Personalmente desde que era pequeña, sabía que quería ser mamá, no solo porque me gustaba jugar a serlo, sino porque tenía un sentimiento que no podía explicar, de amar a alguien que fuera parte de mí, y de repente también de ser una mamá presente 24 horas, como no lo había sido mi mamá a causa de trabajo. Conforme pasaron los años y me hice mamá y he superado varias adversidades, de las cuales les he contado en estos artículos, también a base de conversaciones con unas amigas y del pasar de los años y entender algunas cosas sin que fuera mi propia experiencia, pude entender que muchas mujeres no tienen ese sentimiento, ni ese deseo de la maternidad, que en mi se presentó desde niña, a través de estas conversaciones descubría al principio con admiración y luego con entendimiento, que eso que muchas de nosotras creemos que es instintivo, para otras es un sentimiento que nunca se presentó en su vida y lo llevan bien, encuentran relaciones con las que hacen acuerdos de convivir y de vivir el amor de pareja sin la necesidad de presencia de los hijos, muchas de esas relaciones que conozco me han parecido sanas, llenas de entrega, compromiso, amor y de ejemplo también para la sociedad, donde desde pequeños nos enseñan que un núcleo familiar debe contener hijos para estar completos, pero estas relaciones me han mostrado, que no es así, y que difieren con lo que se nos enseña desde pequeños, con nuestro código civil el cual nos dice, que la familia debe contener hijos y difiere también con el concepto social, histórico patriarcal, de que las mujeres para ser y sentirnos completas, debemos ser madres.
Este artículo se lo dedico con todo respeto a esas amigas que tengo, que no fueron tocadas por este “Instinto” como me paso a mí y son congruentes en sus actos y además administran el amor que muchos de nosotros lo direccionamos solamente a los hijos, ellas repartiéndolo, para ellas mismas, para su familia, sus proyectos, los perrijos, los sobrinos, para la sociedad o para donde ellas decidan direccionarlo por el pensamiento actual, donde se busca la igualdad para nosotras las mujeres, incluye esa decisión importante, para cada una de ser o no ser mamá, a todas esas amigas que conozco y a las que no conozco, con respeto entiendo sus decisiones, no las cuestiono y me siento orgullosa de contarle a mi hija de que socialmente las mujeres para sentirnos completas, ya estamos siendo representadas por muchas, que el sentirse completas no les incluye ser mamás y aun así tienen muchos planes y muchas ganas de representarnos como mujeres, en varios roles de la sociedad.
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