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Neurotalent. Neurociencia aplicada al rendimiento en la empresa

Por Redacción
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La investigación del cerebro se reconoce como una de las ciencias más importantes de nuestro siglo. En los últimos años estos avances no sólo han servido para curar enfermedades, sino que su aplicación se enfoca también en el ámbito de la educación y la empresa, dado que el conocimiento de las funciones del cerebro puede mejorar el desarrollo de nuestras capacidades y de nuestro rendimiento. La divulgación científica juega un papel clave a la hora de acercar la ciencia al mundo del trabajo y al día a día de las personas con el fin de mejorar su rendimiento.

Nunca antes en la historia fueron las expectativas de rendimiento de nuestro cerebro tan altas como son hoy en día – en la era de la ciencia. Los desarrollos tecnológicos, las consecuencias de la globalización y los continuos procesos de cambio son algunos de los factores que influyen en nuestra vida privada y laboral y que han de ser superados por nuestro cerebro.

Nuestro cerebro es la central responsable de todo lo que hacemos. Controla prácticamente todos nuestros movimientos y mantiene las funciones del cuerpo en equilibrio. Además se hace cargo de las funciones cognitivas, como por ejemplo nuestra memoria o nuestra capacidad de aprendizaje. Estas funciones dependen del buen funcionamiento de unos compuestos químicos conocidos como neurotransmisores, que transmiten la información de una neurona a otra.

Mantener en forma a nuestro cerebro

Os proponemos un sencillo pero completo plan de entrenamiento para mantener nuestro cerebro ágil y fuerte, además proporcionarnos un estado general de “bienestar altamente productivo”. Como cualquier buen plan de entrenamiento no contempla sólo el entreno físico, sino la alimentación y el descanso.

  1. Alimenta bien a tu cerebro

El cerebro quema 1,5 kcal/min cuando trabaja con plena concentración. De hecho, la actividad mental intensa puede provocar hambre; y sobre todo aumentan las ganas de dulce (glucosa), por ello, mientras se está sometido a un duro trabajo mental es adecuada la ingesta de ciertos alimentos que cuiden de nuestro “motor cerebral” y lo mantengan productivo. Existen alimentos tienen la capacidad de influir en la activación o la inhibición de los neurotransmisores que se ocupan de limpiar continuamente las principales partes de “nuestra central de mando”, eliminando las sustancias contaminantes, las llamadas “sustancias oxidantes”, las cuales se originan p.ej. a causa del estrés. Veamos algunos ejemplos son:

  • El agua, zumo de manzana sin azúcar o té nos ayuda a combatir el cansancio.
  • El pan integral, copos de avena, patatas o arroz y fruta, nos ayuda a mantener una mayor concentración durante más tiempo.
  • Los ácidos grasos Omega 3 presentes en el pescado así como en las nueces y demás frutos secos, aportan fuerza y permiten a las células cerebrales regenerarse mejor.
  • El plátano o un batido de frutas con un alto aporte de magnesio fortalecerán los nervios y nos ayudarán ante situaciones de estrés.
  • El chocolate, el sésamo, las pipas de girasol, los huevos entre otros, contienen un aminoácido llamado triptófano, esencial para promover la liberación de serotonina, un neurotransmisor involucrado en la regulación del sueño y el placer. La ansiedad, el insomnio y el estrés están mejor equilibrados gracias a él.

Te proponemos como base del plan de entrenamiento, introducir estos “Brain Food” en tu dieta. Sin embargo, ten en cuenta que esto no implica, estos alimentos neutralicen el 100% del consumo excesivo de sustancias nocivas o grasas transgénicas. Es necesario combinar la alimentación con otros hábitos.

  1. Tonifica tu cerebro

Incluso en la neurociencia se creía hasta hace algunos años que el pensamiento se produce en el cerebro como consecuencia de procesos bioquímicos. Sin embargo, cada vez hay más estudios de la investigación moderna que demuestran que esta relación causal también es reversible: “El pensamiento forma el cerebro”. En pocas palabras, el cerebro es tan moldeable como la plastilina, es lo que los científicos llaman neuroplasticidad.

El profesor Wolfram Schultz, neurocientífico de la prestigiosa Universidad de Cambridge, uno de los principales expertos en dopamina, descubrió gracias a unas pruebas de acondicionamiento con simios, que la mayor segregación de dopamina no lo producía la recompensa que les daba (en este caso, un plátano) tras haber realizado correctamente un ejercicio, sino que se producía inmediatamente antes de que los simios recibieran su recompensa. Aplicado al ser humano, esto significa que cuando esperamos algo positivo nuestras emociones vienen acompañadas de un aumento de la dopamina, es decir que los pensamientos positivos producen una serie de cambios a largo plazo como por ejemplo, la capacidad de concentración y memorización.

Los resultados de los estudios del profesor Mauricio Herrera de la universidad de Antofagasta en Chile nos confirman que la actividad físico-deportiva también provoca la liberación de neurotransmisores como la serotonina, dopamina y noradrenalina. Estas moléculas se sabe que están implicadas en las emociones y también están asociados al almacenamiento y recuperación de la memoria. Además estos estudios nos confirman la plasticidad del cerebro sugiriendo que el ejercicio habitual puede generar cambios estructurales permanentes en el cerebro.

Por tanto, observamos como ciertas pautas de trabajo ayudan a nuestro cerebro a estar más receptivo, flexible y bien afinado. Te proponemos como entreno:

  • El ejercicio físico, realizar de forma habitual y moderada nos proporciona una sensación de bienestar provocada por esos “químicos de la felicidad”.
    • El ejercicio mental: focalizar el pensamiento en lo positivo, en las posibilidades y alternativas, la ciencia ya nos dice que este enfoque nos permite sacarle más partido a nuestro talento.
  1. Relaja tu cerebro

Las técnicas de meditación son otra forma de poner a punto nuestro cerebro, gracias a las cuales se mejoran fundamentalmente nuestra capacidad de atención y la concentración.
Te recomendamos entonces llevar tus neuronas al spa a través de las siguientes pautas:

  • El Mindfulness, la meditación para la atención plena, el yoga favorece la consciencia del momento presente, la eliminación de automatismos y reducción del distrés.
  • Dormir al menos 6 horas diarias y cuidar los espacios dedicados al descanso. Mejorar la rutina del sueño en calidad y cantidad reduce la posibilidad de estados de ánimo negativos y episodios depresivos.

En definitiva, buena alimentación, movimiento y descanso son condiciones básicas para que nuestras neuronas puedan rendir eficientemente. El plan es sencillo, la teoría es fácil, ponerlo en marcha de forma continuada con los ritmos actuales es todo un reto para conseguir el tan añorado “bienestar”.

Escrito por Yolanda Romero

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