Home Liderazgo Ideas sobre managment personal

Ideas sobre managment personal

Por Redacción
0 Comentario

¿Cuáles son mis fortalezas? ¿Cómo acostumbro trabajar? ¿Cuáles son mis valores? ¿Cómo puedo contribuir mejor al éxito de mi organización? Respondiendo a estas preguntas, conocerás el mejor camino para tu superación

“Vivimos una era de oportunidades sin precedentes: si tienes ambición e inteligencia, puedes llegar a lo más alto en la profesión que elijas, sin importar dónde comenzaste”, sostiene Drucker, pero debido a que muchas empresas no buscan enriquecer las trayectorias laborales de sus asociados, entonces es responsabilidad de cada persona encontrar su propio lugar en el mundo laboral y aprender cómo dar lo mejor de sí mismas para que su trabajo sea siempre desafiante y satisfactorio.

Y para logarlo es necesario hacerse una serie de preguntas básicas como: ¿Cuáles son mis fortalezas? ¿Cómo acostumbro trabajar? ¿Cuáles son mis valores? ¿Cómo puedo contribuir al éxito de mi organización? Como señala Penélope Trunk, experta en vida laboral, la mayor parte de las preguntas que se hace la gente sobre su trabajo son más bien preguntas acerca de su identidad. “Pareciera que necesitamos saber qué trabajo aceptar, qué jefe es mejor o qué línea de nuestro Currículum debemos borrar, pero en realidad lo único que tenemos que saber es quiénes somos”. Para saberlo, debemos comenzar por reconocer nuestras fortalezas.

Identifica tu lado fuerte

El mundo actual es tan cambiante, que incluso las personas con los puestos más modestos necesitan saber en qué son realmente buenas, para poder encontrar un sitio que les permita desarrollarse. Drucker señala que la mayoría creemos saber en qué áreas somos buenos, pero normalmente nos equivocamos. Casi todos sabemos mejor en qué somos mediocres o malos, pero incluso muchos también fallamos al querer identificar esto. No obstante, sólo podemos desempeñarnos bien si nos apoyamos en nuestras fortalezas, pues es muy difícil generar la excelencia a partir de una marcada debilidad o de algo que somos incapaces de hacer.

Una forma efectiva de descubrir nuestras fortalezas es mediante un análisis retrospectivo. Siempre que tomes una decisión clave o emprendas una acción decisiva para tu trabajo, escribe lo que esperas que suceda. Espera nueve o 12 meses y compara el resultado de esas acciones o decisiones con el resultado real. Este ejercicio te ayudará a identificar claramente en qué temas eres mucho más efectiva y te mostrará en qué aspectos no eres tan competente, así como en dónde no tienes habilidad alguna. Comparar las expectativas iniciales con los resultados verdaderos también puede enseñarnos mucho acerca de lo que no debemos hacer.

“Todos tenemos un gran número de áreas en las que no tenemos talento y ni siquiera tantito chance de volvernos al menos mediocres”, dice Drucker, pero la idea es identificar bien en dónde no debemos intervenir para así poder concentrarnos en lo que sabemos hacer mejor, ya que la clave es que “nuestra energía, recursos y tiempo deben dirigirse a hacer de una persona competente una verdadera estrella”.

Observa cómo trabajas

De acuerdo con Drucker, es impresionante ver que la mayor parte de la gente no sabe cómo trabaja, es decir, no se percata de cómo es que logran hacer las cosas en su vida diaria. Pero la pregunta acerca de cómo te desempeñas puede incluso ser más importante que la de saber cuáles son tus fortalezas. Al igual que las fortalezas, la forma de trabajo de cada persona es única, ya que se trata de una cuestión de personalidad. La forma en que cada quien trabaja puede cambiarse hasta cierto punto, pero hay rasgos constantes y hay que ser conscientes de ellos. Así como las personas obtienen buenos resultados haciendo lo que saben hacer bien, también logran mejores resultados si trabajan de la forma en que saben que se desempeñarán mejor.

Lo interesante es que existen algunas características de nuestra personalidad que pueden determinar la forma en que trabajamos y, para conocerlas, debemos hacernos dos preguntas clave: ¿soy mejor leyendo o escuchando? y ¿cómo suelo aprender cosas nuevas? Muy poca gente sabe que las personas podemos ser mejores leyendo que escuchando (o viceversa) y que esto juega un papel central en nuestras interacciones laborales, sobre todo en nuestras relaciones con las jerarquías más altas, y de forma más decisiva si estamos en lo más alto de la jerarquía.

Mucho ojo
Para conocer nuestras fortalezas es necesario:
* Prestar atención a tus anhelos, lo que aprendes rápido y lo que te da satisfacción.
* Nuestros deseos reflejan la realidad de lo que ocurre en nuestro cerebro, ya que éste activa una gran cantidad de conexiones cuando algo nos atrae y se vuelve deseable para
nosotros.
* Solemos aprender de manera muy rápida cuando se trata de una habilidad que nos sienta bien, pero la confirmación de ello es justamente la satisfacción, pues actuar de acuerdo con nuestros talentos suele ser gratificante.

Ignorar si estamos más centrados en la escucha que en la lectura puede ser un grave error, ya que muchos de los malentendidos que tenemos con otras personas se deben a la diferencia de estilos entre estos dos grupos de comunicación, ya que muy rara la vez se encuentra a alguien que comparta por igual ambos atributos. Una persona lectora buscará centrarse en la entrega de reportes y el registro de procedimientos, mientras que los que son mejores escuchando prefieren resolver las cosas mediante reuniones con sus colegas y subordinados. Averigua a qué grupo perteneces y procura que quienes te rodean entiendan qué tipo de comunicación funciona mejor contigo.

Verás que esto te evitará muchos dolores de cabeza. Otro aspecto al que debemos prestar atención es cómo aprendemos. Existen muchas formas de aprender y de entender el mundo que nos rodea. Algunos aprenden mejor poniendo manos a la obra en lo que haya que hacer, otros prefieren recibir una explicación teórica previa para luego ponerse en acción, hay quienes aprenden bien tomando muchas notas e, incluso, como comenta Drucker, hay personas que aprenden hablando, aunque éstas no sean la mayoría. Estar ciertas sobre cuál es nuestra forma de trabajar, de comunicarnos y los valores que privilegiamos, ayudará al momento de buscar  y elegir nuevas áreas de oportunidad.

Peter F. Drucker sugiere plantearse retos difíciles de cumplir, pero que al mismo tiempo sean realistas, no necesariamente debes imponerte logros demasiado ambiciosos. Otras preguntas acerca de tu personalidad, que también conviene responder, son ¿soy buena trabajando en equipo o cuando hago las cosas por mi cuenta?, ¿puedo mantener la calma en situaciones de estrés o actúo mejor en ambientes altamente predecibles?, ¿en qué tipo de ambiente trabajo mejor: en una gran empresa o en una organización pequeña?. Las respuestas a estas cuestiones te pueden orientar sobre cómo te desempeñas en la vida real y te ayudarán a entender que muchas veces no debes siquiera tratar de cambiarte a ti misma, sino que sólo debes conocerte bien para poder mejorar tu desempeño.

Conoce tus valores

Los valores son esas ideas que nos alientan a hacer determinadas cosas. Si dentro de ti hay una voz que te dice que hay que ayudar a los desprotegidos, es muy probable que te sientas muy cómoda haciendo donativos a organizaciones caritativas o de ayuda a los pobres, o si eres de esas personas que respetan la creatividad ante todo, quizá te inscribas como donante regular de algún museo o institución cultural. Aunque pueden llegar a cambiar con el tiempo, generalmente se mantienen estables a lo largo de la vida.

Si trabajamos en una organización cuyo sistema de valores es compatible con el nuestro, es muy probable que tenga un efecto positivo en nuestro desempeño, ya que existe más entusiasmo cuando creemos que lo que hacemos vale la pena. Pero encontrar una organización con la cual compartamos su misión, visión y valores puede llevar algo de tiempo. Lo importante ahora es conocer primero en qué crees tú, qué te mueve a la acción, y luego poder elegir el mejor sitio para desplegar tus habilidades. Claro que no debes esperar a que una organización tenga exactamente tu mismo sistema de valores, sino simplemente que éstos no se contradigan con los tuyos y ambos puedan coexistir.

Explora tu mente
Saber cómo aprendes te puede dar pistas sobre cómo funciona tu mente cuando estás trabajando, lo que te permite:

* Identificar si prefieres armar hipótesis antes de tomar ciertas decisiones o si te guías mejor por tu instinto.
* Saber cómo logras dar con las soluciones que te lleven a obtener mejores resultados.

Encuentra cómo puedes contribuir

Ya que conoces tus fortalezas, tu forma de trabajo y tus valores, la siguiente pregunta que debes plantearte es ¿cómo puedo contri-buir mejor al éxito de mi organización? En la  actualidad, la mayoría de las personas tienen la oportunidad de aportar nuevas ideas y respuestas a su trabajo cotidiano, pero para lograrlo primero deben estar convencidas de que quieren marcar una diferencia. Si queremos hacer una contribución importante en nuestro ámbito de trabajo, Drucker nos sugiere, en primer lugar, plantearnos retos difíciles de cumplir, pero que al mismo tiempo sean realistas.

Además, los retos que nos planteemos deberán buscar resultados significativos, es decir, que realmente hagan una diferencia entre lo que había y lo que se consiguió, y esto será mucho mejor si lo resultados son también visibles y pueden medirse. Al inicio no es necesario que te impongas metas súper ambiciosas para poder hacer una diferencia en tu desempeño. Conviene iniciar con pequeños retos, como mejorar la entrega de tus reportes o cuidar tus modales al solicitar el apoyo de tus colegas. Alcanzar primero algunos logros pequeños te dará la fuerza y la confianza para irte planteando metas más grandes. Y recuerda: se trata siempre acerca de ti, de qué tan bien te conoces para poder lograr todo lo que te propones.

Por Rosario Taracena

You may also like

Deje un comentario