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Gerente + esposa + madre: cómo integrar un rol jerárquico a tu vida

Por Redacción
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El estilo de gerenciamiento es distinto en muchos aspectos, y es la combinación de ambos lo que hace que las organizaciones ganen.

Aquellas que desarrollan equipos gerenciales con una participación equilibrada de ambos géneros logran tener equipos más integrales y competitivos.

Hace años, en una serie de TV norteamericana, una abogada increpaba a la protagonista de un caso laboral. Si ella había resignado tener familia por su carrera, la otra, la que estaba en el estrado, no podía pretender un trato especial por ser madre. Recuerdo muy bien lo mucho que me molestó el cuestionamiento. No sólo por ser injusto con las mujeres, sino porque este pensamiento que las aleja de los cargos directivos, haciéndolas elegir entre su familia y su carrera, en principio va en insignificancia  su propio desarrollo, pero también de su invalorable aporte a las empresas.

El estilo de gerenciamiento de una mujer es distinto al masculino en muchos aspectos, y la integración o combinación de ambos es lo que hace que las organizaciones ganen. En general, la energía de la mujer está más orientada a lo comunitario, a colaborar en equipo; tiene sentido de familia y está más acostumbrada a funcionar en el mundo emocional. Además, ellas fomentarán la confianza en el grupo y pondrán especial énfasis en motivar a cada persona para que desarrolle su máximo potencial. Todas estas características les permiten alcanzar muy buenos resultados.

Las organizaciones que desarrollan equipos gerenciales con más participación equilibrada de mujer y hombre logran tener equipos más integrales y ganan a nivel de desarrollo y competitividad.

Pero, en este sentido, las mujeres necesitan generar un buen equilibrio entre el trabajo y su vida personal, dividiendo su tiempo y energía:

Una gerencia exige a una mujer estar más tiempo en la oficina, pero eso no implica que tenga que llevarse tarea a la casa o que no pueda ocuparse de dejar a sus hijos en la puerta de la escuela. Ellas mismas deben entender que nadie les pide que se conviertan en la “mujer maravilla“, ya que esa exigencia no les permitirá disfrutar lo que hacen y, desde ese lugar, no estarán bien ni en el trabajo ni en su casa.

También es necesario lograr una red de contención, formada no solo por familia y amigos, sino además, por un equipo profesional y efectivo. Para esto tendrá que tener en cuenta que tanto en su hogar como en la organización, un punto clave será desarrollar su confianza para poder delegar sin culpas.

Otro punto importante para tener en cuenta es no trasladar preocupaciones. Cuando estoy en casa disfruto de la familia y participo de los temas que compartimos allí, y cuando voy a la oficina me hago cargo y comparto con mi equipo. Es todo un aprendizaje para el gerenciamiento no contagiar el mundo emocional de uno en otro.

Es muy importante la confianza que desarrolle para poder trasmitir en casa lo que significa para ella ese trabajo y las responsabilidades que tiene. Su pareja cumplirá un rol fundamental de compresión. Y, al mismo tiempo, sus colegas y su empleador deberán saber que si ella es madre debe ocuparse de asuntos que son prioritarios para ella fuera de la oficina.

Quiero recordarles que, si bien hablamos a nivel general, estos aspectos contienen detalles e implican muchas más cosas que las dichas en este artículo y que varían muchísimo a la hora de hablar del gerenciamiento de una mujer y el de un hombre. Nosotros recomendamos más mujeres en cargos gerenciales y equipos integrados para acompañar el éxito de una compañía con visión integral.

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