Home Economía y Desarrollo En una pareja… ¿quién es el mejor administrador?

En una pareja… ¿quién es el mejor administrador?

Por Redacción
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Las mujeres canalizan en promedio 90% de su ingreso al hogar, mientras que los hombres ocupan entre 30 y 40 por ciento de sus percepciones en gastos no relacionados con el crecimiento de la empresa conjunta denominada familia

¿Cómo debe manejar los ingresos una pareja?, es una pregunta difícil de responder. Y es que sorprende que aún hoy tengamos dudas sobre cuánto debe aportar una mujer y un hombre al presupuesto familiar.

Con sorpresa el cuestionamiento se refiere a si aún se vale que las mujeres preserven su salario para satisfacer sus necesidades “específicas” y el hombre aporte para cubrir lo necesario en el hogar.

Se entiende por específicas compra de ropa y calzado, perfumes, accesorios, artículos de higiene y maquillaje, entre otros, una percepción en verdad del pasado sobre la incorporación de las mujeres a la actividad productiva y el uso de la retribución.

Si bien resulta válido eliminar semejantes dudas, es más útil reconocer el talento del hombre o la mujer para administrar con acierto los fondos, para manejar con éxito la empresa constituida por una pareja con o sin hijos.

Y sin pretender obtener ventaja, las mujeres son reconocidas a nivel mundial por su destreza para administrar el dinero, por lo que no es raro identificar que asumen la función en el seno familiar, más de las veces, con gran éxito.

Especialistas del Banco Mundial de la Mujer (WWB, por sus siglas en inglés) identifican en los hombres fugas de capital que el género femenino no registra.

Así, las mujeres canalizan en promedio 90% de su ingreso al hogar, mientras que los hombres ocupan entre 30 y 40 por ciento de sus percepciones en gastos no relacionados con el crecimiento de la empresa conjunta denominada familia.

Las distracciones del presupuesto se relacionan con consumos en restaurantes, bares, reuniones con amigos, viajes y juegos. En tanto las mujeres en promedio manifiestan poca disposición al gasto fuera del hogar, así como en diversiones, lo hacen, pero con verdadera moderación.

La conciliación conduce al éxito

Sin embargo, no basta con reconocer esa capacidad de la mujer o el hombre para conseguir una administración eficiente y hasta exitosa del ingreso. Es necesario, ante todo, establecer en acuerdo metas, definir el rumbo de la nave a corto, mediano y largo plazo.

Y sea el hombre o la mujer quien asuma la administración de los recursos de un hogar, se deben identificar aspiraciones, preferencias y hasta el margen permitido en ambos casos para satisfacer gustos, caprichos, antojos.

En las aspiraciones, las mujeres o los hombres por igual se pueden encontrar con sorpresas tan grandes como estar casado o vivir en pareja con alguien a quien no le interesa adquirir una propiedad, una vivienda, o que no le incomoda pagar renta.

En el extremo se puede haber establecido una sociedad con alguien que no puede vivir sin un auto nuevo, y que no le importa cambiar de vehículo aún cuando la depreciación de 20 a 30 por ciento de la unidad ocurre en el momento de rodarla fuera de la agencia distribuidora. Baste recordar a las parejas que desdeñan la contratación de un crédito hipotecario en condiciones preferenciales por uno comercial.

Costosas omisiones

Si una pareja, hombre o mujer no identifica cuánto de su presupuesto debe destinar a la conformación de un fondo de retiro, se conducirá en lo individual o en equipo hacia una vejez prolongada e insolvente, en promedio 20 años más, con menos poder adquisitivo que en la etapa productiva.

Y qué decir del crédito personal, de las tarjetas de crédito, sin la conciliación necesaria para su manejo, las mujeres y los hombres en pareja pueden ser arrastrados a la quiebra por el pago de elevados intereses derivados de consumos que se pudieron evitar o posponer.

Las historias de mujeres y hombres que terminan una relación importante por la negativa al acuerdo en materia de finanzas, aún con una probada capacidad para obtener rendimientos, tanto en inversiones como en consumos oportunos y eficientes, son absolutamente reales y cada vez más frecuentes.

Y no se trata sólo de parejas, también los rompimientos son entre padres, hijos, hermanos, primos, todos expuestos al fracaso.

Por ello es propicio abandonar los mitos sobre el manejo del dinero, y ponderar el talento, sin importar el género, para obtener más beneficios.

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