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Mi empresa, mi trabajo, ¿y mi país?

Por Redacción
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Escrito por: Carolina Castellanos

Lo primero a resaltar del título de este artículo es el hecho de tener un trabajo o una empresa. La pandemia ha causado grandes estragos económicos dejando a muchísimas personas desempleadas. También ha habido un sin número de quiebras de empresas de todo tipo, tamaño, giro de negocio, etc. Lo positivo de esto es que los guatemaltecos somos trabajadores y no nos rendimos, menos cuando estamos en problemas. Hemos salido de terremotos, recesiones y de pésimos gobiernos que han robado a manos llenas, y Guatemala sigue creciendo.

Lo segundo a resaltar del título es “mi empresa, mi trabajo”. Estoy segura que usted, que amablemente lee este artículo, se esfuerza cada día por hacer el mejor trabajo y por hacer crecer la empresa, aún si no es suya. También aprovecha las oportunidades para capacitarse. Ahora todo es virtual por lo que se facilita mucho. No hay que sufrir tráfico, regresar de noche al hogar o salir súper temprano porque la capacitación inicia a las 7:00 am. Tantas actividades contribuyen en su desarrollo personal y eso conduce a optar por mejores opciones de trabajo, más ingresos y un mejor nivel de vida para  usted y su familia.

Mientras el día a día consume nuestro tiempo, pensamiento y energía, hay un país llamado Guatemala que se mantiene bajo una amenaza constante de destrucción. Como es algo lejano a las actividades diarias, ni siquiera se discute en casa o a la hora del café o almuerzo en el trabajo.

Esta amenaza tiene varias facetas: pérdida de libertad para decidir qué quiero hacer con mi vida, trabajo, familia y entorno social. También incluye un crecimiento sin límites del tamaño del gobierno. El actual solo se suma a la cadena que se viene formando desde que inició la era democrática. Crecer el tamaño de la burocracia hace que el enfoque prioritario de todo gobierno se disperse en cientos de miles de actividades que no le competen. Los recursos se van en pagar burócratas y en programas que no contribuyen a un mejor país. Ese enfoque prioritario es proteger la vida, la propiedad y la libertad.

Pero estamos tan ocupadas con nuestras vidas que no ponemos atención al entorno, excepto cada cuatro años cuando nos toca votar. Y luego pasamos los siguientes cuatro años quejándonos del gobierno de turno. ¡Es momento de involucrarse! Expresemos nuestra opinión vía las múltiples redes sociales. Es un pequeño esfuerzo que, sumado con otros, puede llegar a cambiar nuestro país.

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