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El chismorreo como generador de culturas

Por Redacción
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Muchas gracias, queridos lectores, por permitirnos llegar a ustedes con nuestra Revista Mujer de Negocios en su versión digital, redes y su programa radial, que cada día tenemos la dicha de saber de nuestro crecimiento.

El chismorreo, como todos lo sabemos, es como esa brasa caliente que uno nunca quiere tenerla entre las manos, pero todos andamos en búsqueda de saber por dónde anda y quién es el atrevido o desafortunado de que la haya caído, para finalizar con un pequeño e indiferente comentario para el pobre desgraciado.

Pero esto amigos, nos obliga a partir desde los inicios y acariciar desde un principio esta herramienta del entretenimiento, usada en todas sus formas, como el mejor escenario para que vayan pasando el tiempo y las generaciones.

Todo empieza, cuando el espíritu aventurero de los hombres, se lanzan a la conquista de las provisiones y sostén de las familias, mientras que las mujeres se quedaban con el quehacer dentro del entorno del hogar y todas las actividades que la mujer desarrollaba, como la educación y cuidado de los niños, modos y medios de producción, siembra y cosecha de frutas y verduras, etc.  Lo que al regreso de su pareja, lo juntaban con el producto de la casa, pieles, semillas, entre otras muchas, para luego echar la sangre de lo cazado en las entradas de las cuevas y anunciar que tenían carne para el trueque y eso amigos, no es el indicio de la primera carnicería, sino la primera certeza de que había nacido el chismorreo, cuando las vecinas de iban juntando con los brazos cruzados, para enterarse de lo que estaba pasando y promover este tipo de producto por los rumores que corría más veloz que el fuego.

Las generaciones han ido pasando, pero este tipo de modalidad, no ha sido alterado en absoluto, pues esto en realidad no es ningún tipo de invento, sino como que nos viene por naturaleza, como si fuera una ilusión, una curiosidad, algo interesante, aunque lo pongamos un tanto indiferente, pero es eso que conocemos como el chisme, que de inmediato se transforma en chismorreo, incluso hasta en un escándalo que se va convirtiendo en hechos, historias, dichos, leyendas, fantasías o simples realidades que nos dejan una huella social, moral  o una remembranza, o algo que el tiempo nos obligará a contar o que tendremos que olvidar.

Así nacieron los medios de comunicación, solo que estos se fueron especializando, para llegar a más personas y conquistar nuevos mercados de los famosos ¡Fíjate qué¡  o ¿Qué pasó?.. Qué nos detiene de inmediato y nos volvemos con los brazos cruzados, que no nos hará movernos hasta que estemos enterados.  Es la actividad de la naturaleza humana, que más nos interesa, bueno; habrá uno que otro aburrido, que no le gusta meterse, aunque siempre anda con la oreja parada…  De todos modos amigos, esta actividad es tan entretenida como peligrosa y le van poniendo nombre y apellido a los hechos y esto sigue creciendo y muchas veces llegan a juicios legales y pérdida de tiempo y recursos, como si un chismorreo fuera lo más importante.

A mí en lo particular, me fascina cuando me encuentro a una persona con buena disposición para el chismorreo, escucha, opina, refuta e incluso brinda un análisis de fondo y luego concluye, siempre con los brazos cruzados y una mano salida, tocándose el mentón con un dedo: “Yo por eso, mejor Machete estate en tu vaina, pues no me gustan esos revoltijos, que cuando uno siente, no sabe de dónde va a venir la pedrada”  Se despide indiferente y se va, claro a contarlo más enriquecido al primero que se le aparezca…

Lo mejor amigos lectores, si en dado caso o por accidente se enteran de ciertos rumores, es mejor no enterarse de los detalles, ni de quién se los dijo, mucho menos de quién se trata.  Recuerde que ahí va implícita la dignidad de las personas, que muchas de cierta manera, andan con un chisme siempre en la boca, como papa caliente y quieren compartirlo de inmediato y cuando sienten lo sueltan a como dé lugar y también tienen ese dejo de indiferencia y hasta se persignan, diciendo que ellas no son así… Cuando sienten el problema se les revierte, cuando la protagonista del chisme pregunta ¿Y quién te lo dijo?… Y como la canción, responden de inmediato:   “Me lo dijo Adela”…  Recuerden “En boca cerrada, no entran moscas”  Saber cuántos cientos de años tendrá este dicho…  Hasta la próxima amigos.

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