Escrito por: Lic. Marco Trejo
Las aulas de las escuelas, colegios y universidades son focos de contaminación masiva porque en ellas se mantienen más de seis horas los estudiantes, quienes conviven durante las horas de estudios, situación que pone en estado de vulnerabilidad a todos los que asisten a las clases escolares o universitarias. Por eso que surge el dilema: ¿Debemos anteponer la salud a la educación?
Los datos que se han revelado señalan que de los 5 mil 760 que están confirmados casi 500 niños se encuentran entre esa cifra con la infección del coronavirus Covid-19, de los cuales solamente uno ha fallecido.
Aunque el índice de mortandad es muy bajo, el índice de contagio es muy alto, un niño infectado puede infectar en los 12 días que dura vivo el virus a unas 48 personas como mínimo, lo cual constituye un dato demasiado alto para que el Covid-19 no se propague en un aula de por lo menos 25 estudiantes.
Algunos países han anunciado que el regreso a clases lo ven como una de las actividades que serán normalizadas en última instancia, Francia y China decretaron que se reactivaran las escuelas y universidades y el resultado fue el aparecimiento de nuevos casos positivos.
Es muy complicado decirle a un niño o niña que no se junte como sus demás amigos de aula, que deben permanecer, durante su estancia en el colegio o escuela, con la mascarilla puesta, que conserve un metro y medio de distancia con sus compañeros de estudios y que se lave las manos, con agua y jabón, cada vez que toque una superficie.
He escuchado y leído que muchos padres de familia se niegan a que sus hijos regresen a estudiar, porque dicen que cuando se ha dado el aparecimiento de un virus (gripe, influenza, H1N1), sus hijos adquieren rápidamente la enfermedad y regresan con fiebres, vómitos o cualquier otra sintomatología que da el contagio.
Pero en contraposición otros padres dicen que ya no aguantan a sus hijos y que ya no esperan la hora de que se vuelvan abrir los centros educativos, sin ponerse a pensar de cuál podría ser la consecuencia de reabran los estudios. En el nivel universitario no es tan complicado, pero aun así las universidades mantienen la educación por teleconferencia.
Este es un momento que se debe aprovechar para que las escuelas, colegios, institutos y/o universidades mejores la educación a distancia y que el Gobierno central por medio del Ministerio de Educación haga convenios con las telefónicas para que todos los alumnos tengan acceso al internet desde sus hogares, muchos hablan que se incrementan los presupuestos por el costo elevado del servicio y la falta de una computadora, pero creo que vale la pena que innovemos para seguir con la educación de los niños y jóvenes que necesitan desarrollarse para el futuro.
Si se hace necesario que el Ministerio de Educación (MINEDUC) y el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS), evalúen el regreso a clases, pero debe ser algo coordinado y bien pensado para evitar la propagación de un virus que es altamente contagioso. Pero por eso el ente rector educativo guatemalteco, debe de pensar en planificar protocolos sanitarios para todos los centros educativos y no solamente pensar en las grandes corporaciones que pueden cumplir con las nuevas normas de salud que se deben adoptar en las aulas.
En estos momentos, que vamos a cumplir 90 días de cierre parcial de colegios, muchos de ellos afrontan problemas económicos y muchos dueños están pensando en cerrar los establecimientos, porque no pueden seguir pagando los salarios mensuales de sus maestros. Pero es aquí donde realmente entra el rol del MINEDUC, que debe apoyar a estos colegios que han perdido la capacidad de prestar el servicio.
Pero como toda esta emergencia, que afrontamos en 195 países, donde Guatemala no se queda fuera de ella, se deben buscar soluciones y el mejor consejo puede ser que tenemos que velar por la salud del estudiantado, pero sin dejar por un lado alternativas viables, como seguir con la educación a distancia que ha sido apoyada con la creación de aplicaciones donde se pueden conectar más de 200 personas en una teleconferencia.
