Escrito por: Carolina Castellanos, Consultorías y Conferencista sobre conflictividad social, temas de coyuntura y efectos en la economía del país.
Lo defino como el proceso a tomar para evitar caer presos de la psicosis causada por el coronavirus, sin olvidar la responsabilidad individual de cuidarse para reducir al mínimo el riesgo de contagio (palabra inventada por mí así como su definición).
Estos días de regreso a la vida más o menos normal han sido un nuevo reto a enfrentar. Después de tanto tiempo de estar con los lugares de trabajo cerrados, ha costado un poco poner a funcionar la totalidad de una forma segura y ordenada. Hemos tenido que cambiar planes, adaptarnos a esa “nueva normalidad” que se resume en tener medidas de bioseguridad, trabajo desde casa y en la empresa, horarios flexibles y el uso constante de mascarilla y de alcohol en gel.
Mientras eso sucede, nuestra mente sigue algo bloqueada con esta situación. El centro de nuestra vida personal, laboral y social se llama coronavirus y todo gira alrededor de eso. De esa cuenta, programamos nuestra mente constantemente para no olvidar que la salud es fundamental, que implementar medidas para proteger a colaboradores, clientes, proveedores y cualquier otra persona, es una gran responsabilidad, por demás necesaria.
Considero que Descoronavirusarse debe empezar con una visión positiva, confianza en nosotros y en el futuro y actitud positiva. Por supuesto, es muy fácil decirlo y muy difícil lograrlo. Entramos a cualquier lugar, nos toman la temperatura y nos dan gel para limpiarnos las manos. Regresamos a nuestra casa y debemos cambiarnos inmediatamente después de haber limpiado las suelas de los zapatos con cloro. ¿Cuántos de nosotros le dimos algún minuto de pensamiento, alguna vez, a la suela de un zapato?
No es fácil pero tampoco imposible. Subir una montaña, hacer un informe, cocinar un pastel o lo que sea, implica una serie de pasos. Poco a poco, de uno en uno, llegamos a la meta. El virus llegó para quedarse hasta que haya una vacuna que lo elimine. Llevamos más de cinco meses en esto y falta algún tiempo, espero que no mucho, para que estemos libres de este virus.
Descoronavirusarse no puede esperar pues la reconstrucción de todos los aspectos de nuestra vida requieren de nuestro máximo esfuerzo. Guatemala también nos necesita pues somos parte importante e integral de este nuestro apachurrado pero, a la vez, vibrante país. La próxima vez que usemos alcohol en gel, en vez de quejarnos por tener que hacerlo, hagámoslo con mente positiva pues estamos asumiendo nuestra responsabilidad individual de cuidarnos.
