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CONOCE Y APLICA el valor de las estrategias

Por Redacción
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Cuando se establece una estrategia para lograr un objetivo, al parecer hay un plan o algo equivalente que tiene que ver con una orientación, una guía o rumbo de acción al cual se aspira llegar pensando en el futuro. Sin embargo, es importante señalar que “estrategia” es una de esas palabras que se define de una manera, pero se usa de otra. Mintzberg opina que la estrategia es un patrón, es decir coherencia de conducta en el tiempo. Es así que la estrategia como plan mira al futuro y es proyectada; en cambio cuando la estrategia es patrón, examina la conducta pasada.

En las estrategias del ambiente de la toma de decisiones en los negocios, éstas operan como intenciones cuando se realizan por completo y son premeditadas. Aquellas que no se concretan se llaman no realizadas.

Existe además un tercer caso, al que se le denomina: estrategia emergente, que es cuando un modelo realizado no fue pretendido expresamente.

Por ejemplo, en lugar de perseguir una estrategia de diversificación, una compañía solo toma las decisiones al respecto una por una, probando el mercado. Primero compra un hotel urbano, luego un restaurante, después un hotel de temporada, luego un hotel urbano con un restaurante y así sucesivamente. Es así, que son pocas o ninguna, las estrategias puramente premeditadas, así como son escasas las netamente emergentes.

Las primeras no implican aprendizaje alguno, mientras que las segundas significan, ningún control. Todas las estrategias del mundo real –enfatiza Mintzberg— deben ser en algún sentido una combinación de ambos tipos:

Ejercer el control a la vez de fomentar el aprendizaje. Es decir, es necesario que «formen además de ser formuladas». Por ejemplo, una estrategia sombrilla significa que las líneas generales son premeditadas (como la forma de llegar a un público más selecto), pero al mismo tiempo se permite que los detalles surjan por el camino (cuándo, dónde y cómo). Los estrategas efectivos las combinan de manera que permitan ver reflejadas las condiciones inmediatas, en particular la capacidad de pronosticar junto con la necesidad de reaccionar ante los sucesos inesperados.

Para algunos, la estrategia es una posición, es decir la ubicación de determinados productos en mercados particulares. En su momento, Michael Porter reitera que “estrategia es la creación de una posición única y valiosa que comprende un conjunto distinto de actividades”. Para ejemplificar, que la estrategia puede mirar hacia abajo (un lugar donde el producto se encuentra con el cliente), o mirar hacia afuera (hacia el mercado externo). Por el contrario, como perspectiva, la estrategia mira hacia adentro (al interior de la organización) que es en realidad dentro de las cabezas de los estrategas pero también hacia arriba (hacia la visión principal de la empresa).

De acuerdo con Chaffee, la estrategia: concierne tanto a la organización como a su ambiente sobre todo cuando este último es cambiante; su esencia es compleja. “Como el cambio trae nuevas combinaciones de circunstancias a la organización, su esencia permanece desestracturada, desprogramada, apartada de la rutina y nada repetitiva. Por encima de todo, por el nivel de importancia y sobre todo porque no solo es una, afecta el bienestar de la organización; comprende temas relacionados tanto con el contenido como con el proceso y por supuesto su instrumentación (operación); no es puramente deliberada, tanto la proyectada como la emergente. Cuando son varias las estrategias realizadas pueden diferir unas de otras; existe en diferentes niveles (puede ser corporativa o por unidad de negocio o por área administrativa; comprende varios procesos de pensamiento… el corazón de su creación es el trabajo conceptual realizado por los líderes de la organización.

Estrategias para mejor o peor

Por cada ventaja asociada con una o varias estrategias, existe un impedimento o desventaja.

1 Una Estrategia establece dirección. Al ayudar a la organización a señalarle un rumbo a seguir para que navegue con coherencia a través de su ambiente, este hecho resulta en un antifaz para ocultar los posibles peligros al realizar un cambio de un momento a otro.

2 Una Estrategia, concentra el esfuerzo, lo que promueve la coordinación de actividades, en cambio, lleva a perder la visión periférica y con ello, la apertura a otras posibilidades.

3 Una Estrategia define a la organización. Proporciona a la gente un método sintetizado para entender la organización y distinguirla de otras. Suministra significado, junto con una manera conveniente para entender lo que hace su organización. Esto también puede implicar simplificarla en exceso al grado de perder la rica complejidad del sistema.

4 Una Estrategia es necesaria para reducir la ambigüedad y proporcionar orden. Opera como una estructura cognitiva para simplificar y explicar el mundo, facilita de ese modo la acción.

Sin embargo, una consistencia absurda es el demonio de las mentes pequeñas. Ten presente que la creatividad prospera con base en las irregularidades, al hallazgo de nuevas combinaciones para los fenómenos que hasta el momento se consideraban aisladas.

Es necesario comprender –enfatiza Mintzberg— que como ocurre con cada teoría, cualquier estrategia es una simplificación que necesariamente distorsiona la realidad. Las estrategias y teorías no son realidades en sí mismas, son representaciones (o abstracciones) en la mente de las personas, pero éste es el precio de contar con una estrategia.

Por Bertha Sostres

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