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Paternidad

Por Redacción
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Escrito por: Julio De León Vizcaíno

La paternidad y el reto de formación más importante a la que un hombre puede enfrentarse.

Hoy, quiero compartir con ustedes una visión sumamente personal de la PATERNIDAD y la FORMACIÓN INTEGRAL de las personas.

Como Coach, tengo mucha claridad sobre la importancia de formar a las personas. Entiendo que mientras más pronto comience esta formación integral, habrá más oportunidades de que las personas puedan ser exitosas, pero, sobre todo, felices.

Como especialista en dinámica humana, veo la necesidad de comenzar esta formación no desde la adultez… ni de la adolescencia… sino desde la niñez. Ahí es en donde encaja la necesidad de promover el desarrollo integral de las personas, que incluye su identidad, su conciencia, sus valores, tanto como su inteligencia.

Esta labor formativa recae, sin duda, en la familia. Y existe un rol específico en la familia que idealmente debe proveer esa formación: El padre.

Creo que la paternidad es una relación invaluable e imprescindible. La considero invaluable, porque existimos padres que hemos tenido el privilegio de disfrutar cada minuto de la vida de nuestros hijos. Es un privilegio, porque el tomar esa manita confiada, suave y tierna en nuestras manos ásperas por el paso de las experiencias y del tiempo, es una experiencia realmente indescriptible. Es imprescindible porque la figura paterna es formativa en términos de quién será en un futuro, la confianza que desarrolle, los criterios que tome y la forma en la que se relacione con los demás. Pero también digo que es imprescindible, especialmente para los niños, porque a veces, el padre no está presente, por la razón que sea. Un padre podría tener más hijos, pero un hijo solamente tendrá a un padre. No nos confundamos. Habrá tal vez intentos de substituirlos a través de figuras como abuelos, padrastros… pero padre, solamente uno. Así es la vida. Y el reconocer y respetar esto es esencial en la formación psicológica de los niños. Es su derecho, pero también su necesidad.

¿Qué se siente ser padre?

Es maravilloso. Se sienten dudas maravillosas, temor maravilloso, y una esperanza maravillosa. Dudas sobre si uno podrá dar el alto a la responsabilidad de formación de un ser humano, no cualquiera, sino de aquel que más amamos. Esto nos lleva a ser mejores personas. Temor, porque desde el momento que nacen, quisiéramos que nuestros hijos jamás sufran, jamás tengan penas, jamás tengan dolor. Esto nos impulsa a protegerlos y a enseñarles a valerse por sí mismos. Pero también se siente un sentimiento de esperanza al reconocer que esa nueva vida es lo mejor que nosotros pudimos darle a este mundo y por ello, al momento de ver a ese pequeño ser indefenso que nos dirá papá… sabemos que, de ese momento en adelante, las cosas van a estar mejor.

Personalmente, recuerdo cuando mi hija nació. Fue el momento, enfatizo, EL MOMENTO más importante de mi vida adulta. Ese fue el instante en el que como hombre entendí lo que era el verdadero amor. El instante en el que aprendí que el amor a primera vista existe. El instante en el que descubrí que el amor sí existe, es incondicional y es totalmente irrefrenable. Esa pequeña personita vino a cambiar mi vida en formas que nunca me las esperé. Poco a poco, mi rutina, mis preferencias, mis convicciones, mis supuestos fueron cambiando. Dejé de preocuparme por qué necesitaba yo, para desbocar mis esfuerzos en lo que ella fuera a necesitar. Personalmente, me volví desmesurado en cuanto al amor paternal hacia mi hija.

Su sonrisa, mi mejor fuente de alegría. Sus abrazos, mi mejor fuente de alivio. Su ternura, mi mejor fuente de realidad. Ella siempre me ha hecho creer que el mundo puede ser mejor cada día.

Por otro lado, algunos hemos tenido la oportunidad de pasar poco tiempo con ellos, ya sea por trabajo, por decisión de otros o por circunstancias adversas en la vida. Pero, la paternidad, cuando es una decisión, es inevitable. Al decidir ser padre, nunca dejas de serlo. Y digo esto porque no importa qué pase en medio de tu alma y la de tus hijos, siempre habrá un vínculo, fuerte e indestructible que estará ahí, latente, lleno de potencial, esperando a ser despertado.

La paternidad es una decisión de vida con mucha responsabilidad.  No cabe duda de ello. Y en la vida hay de todo. Padres e hijos que se alejan por voluntad propia. Hijos que se alejan de sus padres por voluntad de la madre. Pero aún con todas estas realidades, yo les hablo del padre que busca, que quiere, que ama a sus hijos, a veces en la distancia.

Dicen que no se celebra tanto al padre como a la madre. La sonrisa de nuestros hijos es en sí una celebración. Dicen que ser padre es más fácil. No lo creo. Ambos, padre y madre, tienen sus retos y sacrificios, por ello, la vida debe tener un balance. Dicen que el padre cuando no está presente, no es buen padre. Lo que olvidan es que los hijos siempre, siempre están en su corazón.

Al padre se le celebra con amor, aceptando que son distintos a ti, valorando su esfuerzo y mostrándoles respeto. Y un consejo adicional: dale felicidad.

La madre lleva a sus hijos en su vientre, luego pasan a su corazón. En el padre los hijos nacen en su corazón y permanecen en él hasta el fin de sus días.

Feliz día a todos los padres que forman, que nutren, que apoyan. Feliz día a todos los hijos que reconocen, que respetan, que valoran. Feliz día a padres e hijos que aman.

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