Si duermes menos de seis horas al día, cuidado, porque no descansar bien evita llevar una vida más placentera, productiva y exitosa, además repercute en tu salud.
Cuando aumenta el trabajo o la carga familiar, todas acudimos al viejo recurso de renunciar a unas horas de sueño con tal de sacar adelante los compromisos. “Dormir menos para hacer más” parece ser la fórmula que nos ha movido durante décadas. No obstante, en los últimos años ha crecido el número de especialistas que advierten sobre los graves daños para la salud física y mental que acarrea privarse de suficientes horas de descanso.
“El sueño es más importante que la comida” señala un artículo de Tony Schwartz, presidente de la organización Energy Project de Estados Unidos. En ese texto, publicado en el blog del Harvard Business Review, el especialista afirma que al no comer una semana, la sensación será de debilidad y hambre, pero si se hace lo mismo con el sueño, entonces el estado del cuerpo será bastante peor, al grado de no funcionar de manera normal.
Schwartz señala que la privación del sueño ha sido clasificada por Amnistía Internacional como una forma de tortura y cita al ex Primer Ministro de Israel, Menachem Begin, quien en sus memorias dice que luego de ser privado del sueño “Se empieza a formar una especia de neblina en la cabeza de un prisionero interrogado. Su espíritu se agota, sus piernas tiemblan y sólo lo domina un deseo: dormir… Cualquiera que haya experimentado algo así sabe que ni siquiera el hambre o la sed se comparan con esto”.
La doctora Qanta Ahmed, especialista en desórdenes del sueño, comenta: “Vivimos en una cultura que padece machismo del sueño (término acuñado por el Dr. Charles Czeisler) en la que dormir es visto como un gran lujo, en lugar de percibirlo como una necesidad biológica, en la actualidad prácticamente hemos olvidado cómo jugar y relajarnos”.
¿Por qué dormir bien? Siempre se dice que dormir al menos ocho horas al día es muy importante, pero lo que no se explica es por qué. En su libro Dream on (Sólo en sueños), el experto en creatividad e innovación Charles Leadbeater explica “Dormir es vital para el desarrollo del cerebro en los niños y sigue siendo crucial en los adultos para mantener el aprendizaje, la memoria y las emociones”.
Leadbeater dice que la sociedad ve el sueño “Como un periodo de inactividad forzado o como un periodo de mantenimiento que debe ser minimizado”, pero advierte que al actuar así “Estamos tomando grandes riesgos, ya que largas horas de trabajo y menos sueño no significan mayor productividad, mejor calidad y más innovación. Con frecuencia significan todo lo contrario, especialmente en una economía en la cual la creatividad que ponemos a nuestro trabajo cuenta tanto como las horas que trabajamos”.
Pero en términos estrictos ¿por qué necesitamos dormir? Leadbeater dice que hay muchas teorías que buscan explicar por qué dormimos, pero algunas de las más plausibles señalan que dormir es importante para mantener bien aceitadas nuestras funciones cerebrales en general, y en particular, para consolidar la memoria y el aprendizaje.
“El sueño le permite al cerebro hacer cosas ‘sin conexión’ que no puede hacer cuando está preocupado por evitar a los predadores, calcular los riesgos, acudir a citas y moverse por el mundo. Durante el sueño, el cerebro fortalece el aprendizaje y la memoria; revisa eventos que sucedieron durante el día y hace conexiones entre ellos; además digiere habilidades y rutinas como utilizar un nuevo vocabulario, aprender una ruta en la ciudad o los movimientos en el tenis. Al hacer conexiones mientras dormimos, nuestro cerebro no tiene que comenzar de cero la próxima vez que enfrentamos una situación similar. También aceleramos nuestro aprendizaje al ensayar durante el sueño lo que haremos en el futuro, en lugar de esperar a que surja cierta situación”.
Otra teoría plantea que dormir es vital para regular el humor, ya que el sueño permite replantear y manejar nuestros miedos y ansiedades. Es por eso que la gente se vuelve más enojona cuando le hace falta dormir. Claro que esto puede suceder también por estar físicamente cansada, pero lo cierto es que durante el sueño se resuelven muchas de las emociones problemáticas que surgieron en el día.
También el sueño es una fuente de creatividad para muchas personas. Leadbeater recuerda que la melodía de la canción Yesterday de Paul McCartney surgió mientras éste dormía, asimismo, diversos estudios muestran que la cama es el sitio ideal para concebir nuevas ideas. Existen innumerables testimonios de gente creativa que cuenta cómo durante el sueño, o poco después de dormir, se les han ocurrido ideas para escribir novelas, canciones y guiones de películas, entre otras.
Los riesgos de no dormir
Si dormir bien ayuda a aprender mejor y a lidiar con las emociones negativas, no es una sorpresa escuchar que dormir poco afecta negativamente el trabajo y nivel de eficiencia. Y ésa parece ser la paradoja más grande al hablar del sueño, ya que mucha gente deja de dormir con la idea de abarcar más, pero a la larga la falta de sueño la vuelve menos productiva, disminuye la habilidad para enfrentar los problemas y empeora el estado anímico.
Dormir mal reduce la calidad de vida, volviéndonos más vulnerables a las enfermedades y a los accidentes. También, es responsable de no responder de forma creativa a los problemas y oportunidades; de ser menos originales y flexibles en el pensamiento y, como consecuencia, menos capaces de generar nuevas ideas. Al dormir menos “Todo nos lleva más tiempo, además de que somos más obstinados, menos pacientes, más dogmáticos y tendemos a ser más enojones”, dice Leadbeater.
Por su parte, Qanta Ahmed asevera: “Un empleado desvelado tiene más posibilidades de cometer errores, y estos pueden incrementar los costos. Los empleados con desórdenes del sueño son más propensos a acudir a los servicios de salud y necesitar recetas, las cuales se suman al costo que, de por sí, implica ese empleado. Además, un empleado que no duerme suficiente tiende a generar más conflictos en el trabajo, lo que a su vez conduce a costos mayores a causa de los litigios. Y los números siguen aumentando…”
La conclusión entonces es sencilla: quedarse despierto algunas horas más con la idea de trabajar, crea las condiciones perfectas para rendir cada vez menos. Entonces, he aquí una buena razón para considerar un cambio en los patrones de sueño.
El sueño y la tecnología
En la actualidad, uno de los grandes distractores del sueño son las nuevas tecnologías. Cada vez existe más evidencia que demuestra que el uso excesivo de dispositivos electrónicos como televisores, computadoras portátiles, celulares y videojuegos puede interferir con la capacidad de dormir.
En marzo de este año, la Fundación Nacional del Sueño de Estados Unidos (NSF en inglés) dio a conocer una encuesta que encontró que los norteamericanos utilizan de forma excesiva los dispositivos electrónicos antes de dormir, lo cual genera un efecto negativo en su habilidad para conciliar el sueño. Casi 95% de las personas encuestadas por la NSF dijo que usaba algún tipo de dispositivo electrónico una hora antes de irse a la cama, y cerca de dos tercios de los encuestados dijeron que no habían dormido suficiente durante la semana.
Una de las razones por las que estas tecnologías impiden dormir, es que nos expone directamente a la luz artificial, lo que incrementa nuestro estado de alerta y suprime la liberación de melatonina, que es la hormona encargada de inducir el sueño.
“La invasión de estas tecnologías nos pone en alerta en el dormitorio y puede contribuir en el hecho de que muchos de los encuestados dijeron dormir menos de lo que necesitaban”, “La tecnología ha invadido el dormitorio», comenta Charles Czeisler, cronobiólogo de la Escuela de Medicina de Harvard, quien participó en el estudio de la NSF.
Duerme más y mejor Tony Schwartz, presidente de la organización Energy Project, recomienda algunos tips a quienes quieren cambiar sus hábitos y comenzar a dormir más
- Vete a la cama más temprano y siempre en el mismo horario. Si no conviertes la hora de dormir en un ritual que sucede diario a la misma hora, entonces siempre encontrarás la forma de mantenerte despierto durante más tiempo, tal y como has hecho hasta ahora
- “Bájale” el volumen a tus actividades 45 minutos antes de apagar las luces. No es fácil irse a dormir si antes de hacerlo respondes un montón de mails, hablas por teléfono, revisas tu Facebook y Twitter o realizas cualquier trabajo. Inventa tu propio ritual para irte a dormir, ya sea que te prepares una taza de té de hierbas, escuches música que te relaje o leas alguna cosa ligera, la idea es que tu cuerpo se acostumbre a reconocer la hora de irse a descansar.
- Antes de irte a la cama, escribe lo que tienes en mente, en particular cosas por hacer o temas sin resolver. Si dejas que estas cuestiones vuelen en tu mente, es probable que no concilies el sueño, apúntalas antes de irte a dormir y así las retomarás al día siguiente.
Escrito por Rosario Taracena
