“Para liberarse, la mujer debe sentirse libre, no para rivalizar con los hombres, sino libres en sus capacidades y personalidad”. Indira Gandhi.
Las mujeres somos comunicativas por naturaleza, hablamos con nuestro cuerpo, nuestras expresiones, con la ropa, con los emoticones, con stickers y también con las palabras.
Es relativamente sencillo interpretar lo que decimos con todos esos recursos o en una conversación telefónica, pero qué de las veces que guardamos silencio para gritar una molestia. Sí, porque el silencio también es otro medio para comunicar. Cuál es el recado que podemos leer cuando dejamos en “visto” un mensaje o respondemos un gran párrafo con un “ok”. Ignorar también es otro contundente mensaje.
Todos estos tipos de comunicación son parte del sistema de interacción social y nuestro intento por transmitir los sentimientos y emociones. Sin embargo, cuando se trata de emociones, con frecuencia estas nos traicionan y se separan de la coherencia, que no es otra cosa más que la relación lógica entre dos elementos, cuando no producen contradicción ni oposición. Explicado de otra manera, me refiero a las veces que decimos sí y nuestra expresión dice ¡no!
¿Qué tan relevante es esto? Más de lo que imaginamos, porque en conjunto todo construye nuestra imagen y lo que perciben de nosotras. Tanto en el hogar como en la sociedad examinan nuestro grado de intencionalidad y coherencia. Tú también usas el mismo filtro para clasificar a quienes te rodean.
Hagamos un ejercicio: piensa en una mujer que admiras y analiza lo que percibes de ella. Descríbela con tres palabras. Si tus términos surgieron con facilidad, entonces esta persona tiene un alto grado de coherencia, lo que dice a través de sus redes sociales coincide con el contenido que has recibido de ella. ¿Qué tan fácil te describirían tus amigas o tus hijos? Si lo que leen en tus Whatsapp, en tu Twitter, en tu Facebook o en tu Instagram tiene coherencia con lo que proyectas en tu oficina ¡estás construyendo una imagen sólida!
La imagen no solo la construye una “influencer”, es igual de importante para una empresaria, estudiante, emprendedora, madre, esposa o trabajadora. Todas debemos proyectarnos de acuerdo a nuestras metas y sueños.
Las mujeres que admiramos son precisamente esas, aquellas que con coherencia trabajan para proyectar su esencia. Lo mejor es que esa admiración puede empezar en casa, son nuestros pequeños los primeros que aprenderán –con nuestro ejemplo– a trabajar por alcanzar sus sueños. Imagina que alguno de ellos quiera incursionar en la política ¡será un político coherente con su discurso y sus valores! (vaya si no hacen falta).
Lo más esperanzador es que no hay nada escrito en piedra, podemos empezar de nuevo después de una reflexión y acciones profundas que nos lleven a encontrarnos con aquello que nos motivaba de niñas o lo que un día nos hizo decidir por una u otra profesión, incluso encontrar lo que nos llevó a caminar al altar y decir sí. Enfatizo la necesidad de ser coherentes en todas las áreas de nuestra vida, en el camino debemos hacer pausas para perdonar heridas y volver a disfrutar de lo que llevamos dentro.
Y que conste que no me refiero al hecho de usar filtros o un teleprompter, ese aparato que refleja el texto para que alguien se pare frente a él y lo lea de manera perfecta, me refiero a ser auténticas y mostrar lo que somos. Te sorprenderá la cantidad de personas que lo apreciarán. De hecho, hay una búsqueda de contenido auténtico en las plataformas digitales, tanto que en 2010 motivó la creación de Instagram que surgió como una aplicación para compartir imágenes y videos al instante, hoy está llena de recursos que quitan arrugas, manchas en la piel y nos hacen lucir 20 años más joven ¡todo en la misma foto! Mi propuesta es que comuniquemos nuestros pensamientos y emociones de manera integral, que construyamos nuestra marca personal desde nuestra esencia y con ella inspiremos a otras a brillar en el mundo.
J.K. Rowling dijo que “son nuestras decisiones las que muestran quiénes somos realmente, más que nuestras habilidades”, ¡a por mejores decisiones!
Colaboración de: Marly Leonzo de Armas. Mujer, esposa y madre. Publicista y aprendiz de bloguera. Amante de los viajes y recorridos por museos. Directora de Ladronadefrases.com un espacio que intenta dejar una pizca de inspiración en el corazón de las mujeres. IG y FB @blogladronadefrases
