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Mente con visión de futuro

Por Redacción
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Estamos enfrentándonos a un mundo en el que los individuos están dispuestos a agarrar el micrófono y expresarse.

Tenemos el derecho ¿o no? En tal caso hay que preguntarse: ¿cómo debemos comunicarnos cuando la batuta es llevada aparentemente por los consumidores? ¿Cómo pueden las empresas comunicarse o hacer trascender sus mensajes? Es una realidad que Jonas Redderstrale y Kjell Nordstrom nos muestran en su libro Karaoke Capitalism.

Karaoke es un club cosmopolita con infinitas posibilidades de elección individual pero también un lugar insignificante para la imitación institucionalizada.

El pequeño secreto de la teoría y la práctica del management es que las escuelas de negocios, el benchmarking y las mejores prácticas empresariales han transformado todo el mundo del comercio en un súper grupo de empresas que se copian como si actuaran en un karaoke. El hecho de imitar a otro puede ser un primer paso, pero nunca nos hará llegar a la cumbre, solamente a la mitad. Las empresas, los productos, los servicios, son como las personas únicas, de ahí que resulte tan inoperante simplemente copiar.

Las actuales prácticas empresariales han transformado el mundo del comercio en un supergrupo de empresas que se copian como si actuaran en un karaoke. El hecho de imitar a otro puede ser un primer paso, pero nunca nos hará llegar a la cumbre. Las empresas, los productos, los servicios, son como las personas, únicas, de ahí que resulte tan inoperante simplemente copiar

Nuestras sociedad, insisten Redderstrale y Nordstrom, están configuradas por el trío glorioso de las tecnologías, las instituciones y los valores. Los cambios han hecho ahora que lo anormal sea lo normal. La economía de la burbuja ha dado paso a la economía doble. Hay que olvidar el pensamiento del término medio. El éxito es cuestión de explorar los extremos.

Lo que apunta Karaoke Capitalism es que las corporaciones ya no tienen el mando. Las compañías modernas se enfrentan a la perspectiva de una guerra en dos frentes: convertirse en rehenes del talento y verse sitiadas por los consumidores. Esto se apunta como una tendencia.

En un mundo de darwinismo económico, la supervivencia es cuestión de ser idóneo y sexy: competir en los modelos y en los estados de ánimo y opinión. La idoneidad se reduce a utilizar las imperfecciones del mercado en provecho propio.

Maestros de los estados de ánimos y opinión explotan las imperfecciones del hombre, seduciendo o sedando al consumidor. Las empresas excelentes reinventan la innovación y reenergizan a la corporación.

Reinventar la innovación

Reinventar la innovación significa darse cuenta de que el futuro siempre nos tomará por sorpresa, a menos que modelemos experiencias superiores para el cliente llevando el liderazgo intelectual a la recreación de valor. Ha llegado el momento de dejar de hacer reingeniería y empezar a reenergizar nuestras organizaciones.

Las empresas inteligentes se tienen que percatar de que el ámbito de la innovación se ha extendido mucho. La innovación lo abarca todo y desafía a los estereotipos.

Crear un modelo de negocios superior es, cada vez más, cuestión de ser el genio que está detrás de una red de creación de valor, un innovador modelo. O diseñamos el nuevo rompecabezas, o nos veremos convertidos en piezas de rompecabezas.

La innovación solía ser también una cuestión de productos, esto no fue suficiente y entonces se tuvo que pensar en la fórmula: productos más servicios. Ahora, estamos en el negocio de tener que crear una experiencia emocional para el cliente.

Las empresas tienen que adquirir velocidad para llegar al futuro como las primeras. Sabemos por la física que la velocidad es función de la masa y de la energía; cuanto mayor sea la energía y menos la masa, más alta será la velocidad. Traslademos esto al mundo empresarial. Los años 80 y 90 del siglo XX se dedicaron en gran parte a los procesos de desmasificación -down-sizing, outsourcing, producción «just in time», etcétera-. Las empresas se sometieron a procesos de reingeniería para convertirse en armas competitivas súper eficientes. Se dijo a los directivos que se centraran en las competencias clave y crearan una organización basada en el conocimiento, en la que pudiera florecer la inteligencia. Las meritocracias sustituyeron a las burocracias. Sin embargo, hasta el momento, la mayor parte de las empresas olvidaron en gran parte la otra variable de la función.

El futuro no sólo está delante de las compañías excelentes, debe estar también dentro de ellas, en las cabezas y en los corazones de su personal.

Es evidente que todos los logros extraordinarios dependen de la pasión…El conocimiento es a una empresa lo que la gasolina para el automóvil, pero sin pasión no conseguiremos innovación alguna.

Jonas Redderstrale y Kjell Nordstrom establecen así lo que ellos llaman «Los diez mandamientos del liderazgo del karaoke»:

  1. No deberás desplegar tus plumas para poner de manifiesto todo tu brillo y belleza. Los líderes deben preguntarse si están dispuestos realmente a renunciar a sus propios egos en favor de los demás. Como señalaba Nelson Mándela, «un auténtico líder es como un pastor, se mantiene detrás del rebaño, dejando que el más ligero vaya por delante, haciendo que los demás le sigan, y sin que se den cuenta de que les están dirigiendo desde atrás». Como consecuencia de ello, los grandes líderes necesitan desplegar un equilibrio fructífero entre la autoconfianza y la autoapreciación.
  2. No deberás internarte en la selva a ciegas, abre tus ojos. El liderazgo ya no es una posición, sino un proceso. Se trata de saber por qué está cambiando, a dónde quiere ir, con qué rapidez quiere ir, cuándo quiere ir, hasta dónde quiere llegar y persuadir a la gente para que vaya a tu lado. Los líderes del karaoke inspiran a los seguidores. Saben que los subordinados se heredan, pero los seguidores se ganan.
  3.  No contarás las «peras» a cada momento. Los líderes que triunfan no están en el negocio sólo por hacer dinero. Tienen valores. Saben lo que simbolizan, lo que es importante, y esto se refleja en las expectativas de sus colegas y empleados. Las creencias, los valores compartidos, pueden ser la clave que desate los talentos de todas las personas que trabajan en una organi­zación, más que las horas de trabajo heroicas, más que los incentivos económicos y, desde lue­go, más que la sola estrategia. Los valores pue­den ser el auténtico fundamento del éxito.Anteriormente, la innovación era cuestión de productos, esto no fue suficiente y entonces se tuvo que pensar en la fórmula: productos más servicios. Ahora, estamos en el negocio de tener que crear una experiencia emocional para el cliente
  4. Valorarás los valores y los vivirás cada día de forma pura e inequívoca. Los valores sólidos ali­mentan una cultura sólida. Se refiere a los líderes que crean empresas que tienen culturas distinti­vas y robustas. Los líderes que triunfan viven los valores de la empresa y establecen continuamen­te la cultura. Las culturas auténticamente grandes siempre animan a la gente a comprometerse con la organización y con sus metas.
  5.  Amarás a todos y todos te corresponde­rán. Los líderes del karaoke son personas au­ténticas. Los líderes que triunfan se verán juzga­dos cada vez más por el éxito de las personas que están alrededor de ellos. En un mundo en el que el talento es el recurso más importante, los líderes tienen que ser buenos con las personas.
  6.  Conocerás los deseos y necesidades más re­cónditos de tus clientes tan bien como el patio de tu casa. Los mejores líderes no sólo tienen una vaga idea de lo que pasa por la mente de los con­sumidores; entienden profundamente sus necesi­dades, aspiraciones y comportamientos. Dedican tiempo a los clientes.
  7. Eliminarás el libro de las reglas de la buro­cracia. Para esto es clave darse cuenta de que la política corporativa mata la comunicación. Los mejores líderes animan y capacitan a la gente para que compartan información e ideas de manera na­tural y continua. El más famoso ejemplo de una empresa sin reglas fue la empresa americana Enron. El fracaso corporativo mayor de los tiem­pos modernos escondía su mal comportamiento tras la fachada de ser una empresa emprendedora que daba a los ejecutivos total libertad para expre­sarse. Esto es elogiable pero, como demostró Enron, tiene que venir respaldado por un fuerte sentido de los valores y de la integridad entre los líderes corporativos. Enron carecía de todo esto.
  8. Repartirás zanahorias y conseguirás que te den zanahorias. La octava característica de los líderes eficaces es que recompensan y recono­cen los comportamientos que quieren incentivar. Reconocen el trabajo bien hecho. Como dice Ken Blanchard, autor de Ejecutivo al Minuto y otros títulos, «las personas quieren implicarse en ha­cer bien las cosas y que se les considere como seres humanos». El reconocimiento es una ne­cesidad humana.
  9. No te implicarás en actividades de auto complacencia. Los líderes del karaoke jamás se duermen en sus laureles, aunque estos lau­reles sean impresionantes. Los grandes líderes sienten apetito por el cambio, nunca descansan, aprenden de las cosas, tenga éxito o no, y conti­núan. La ejecución diaria es muy importante. Hacer las cosas no es una táctica, es el corazón y el alma de una empresa. Produce clientes satis­fechos y repetición del negocio, márgenes operativos y retornos por acción más altos. Los líderes que no prestan atención a la forma en que se hacen las cosas en sus empresas, están diri­giendo empresas que no hacen las cosas bien.
  10.  Saldrás por la puerta antes de que te lo pi­dan. Los líderes que alcanzan mucho éxito aban­donan cuando están arriba. Después de un cierto tiempo, uno tiende a creer que es irremplazable, por eso es mejor dejarlo cuando se está aún en la cumbre. Eso sí,  es difícil irse, especialmente cuan­do se tiene mucho éxito. Colgar los hábitos es el reto final para el líder de éxito.

Dejemos una reflexión de los autores: la ma­yor parte de las personas dirían muy probable­mente que el mundo del capitalismo de karaoke es bastante eficiente y también presenta ciertos elementos de humanidad. Más o menos, todos estamos de acuerdo en que el objetivo global es tratar de crear un tipo de sistema que sea alta­mente productivo, al mismo tiempo que huma­no, una estructura de gobierno global que aporte al mismo tiempo eficiencia y empatía.

En el mundo de Karaoke Capitalism, donde abundan las malas copias de lo real, sólo hay una forma de poder triunfar ser fiel a uno mismo, y nada más. Esto es una apuesta que, al menos en este ambiente, nos permitirá ser competitivos.

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