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Explorando el mundo de Liwy Grazioso

Por Redacción
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Curiosa, responsable y amante de la arqueología

Por: Margarita Pacay

Está demostrado que cuando amas lo que haces, te entregas por completo, no mides riesgos y, con esfuerzo y compromiso logras alcanzar los objetivos, en medio de la aventura, obstáculos y retos que te tocará afrontar, y empujará a seguir avanzando en tu sueño, proyecto de vida o misión.

Con esa pasión nació, creció y se formó, Liwy Grazioso Sierra. Una mujer empoderada, con una riqueza de conocimiento admirable, cuando conversas con ella es como si estuvieras recibiendo una cátedra intensiva, que refleja la verdadera enseñanza académica de la que se tiene sed en este tiempo.

En poco espacio es difícil incluir la hoja de vida de la reconocida antropóloga Liwy Grazioso Sierra, pero se puede resaltar que la carrera que eligió la ha llevado a recorrer el mundo y participar en proyectos e investigaciones trascendentales de  diversos sitios de Mesoamérica; y los que ha dirigido como el Proyecto Arqueológico del Bajo Azúcar y el Programa de Intervención de las Tumbas de Río Azul en Guatemala.

Liwy obtuvo la licenciatura en Arqueología por la Escuela Nacional de Antropología e Historia de México; cursó la Maestría en Estudios Mesoamericanos en la Universidad Nacional Autónoma de México. También obtuvo un diplomado en historia del arte en Paris, en el museo de Louvre; y cultura y civilización francesa en la histórica Universidad de Paris.

Actualmente es directora y curadora del Museo Miraflores; y catedrática titular de Arqueología Maya e Iconografía en la Universidad de San Carlos de Guatemala.

¿Cómo le nace el espíritu de la arqueología?

Mi papá es italiano, y desde pequeña solíamos viajar.  Soy amante del imperio Romano, que al igual que Grecia, forman dos culturas clásicas, en donde se sentaron las bases de la civilización occidental.

Mi imaginación volaba de niña al visitar ruinas como el Coliseo y Foro Romano, sobre las narraciones de la guerra de las Galias; Aníbal llegando a Europa, cruzando los Alpes con los elefantes,  son relatos históricos, pero que de alguna forma eran relatos de aventuras emocionantes.  Uno se los imagina como esos datos de aventuras novelescas. A mi me impactó.

Además, de pequeña montaba caballos, mulas, iba con grupo de personas a escarbar y encontrar maravillas, no sabía que la arqueología era una ciencia social, ni que iba a tener tanta interacción con la gente, porque honestamente, no soy muy sociable.  No estamos estudiando artefactos, sino al hombre, a través de sus artefactos.

La arqueología para mí no es solo una carrera,  su versatilidad permite experimentar muchas formas de vida, desde las más básicas de estar en un lugar sin luz y sin señal telefónica, hasta las técnicas más sofisticadas que se emplean en la actualidad, todas esas cosas que lo acercan al mundo contemporáneo.

¿Obtuvo algún obstáculo por elegir esta carrera?

La familia siempre quiere lo mejor para uno, y cuando hay una perspectiva tradicional, no es fácil que acepten una decisión como el hecho de que una mujer quiera estudiar arqueología.  Eso me sucedió, consideraban que me moriría de hambre en la selva y los peligros que podía afrontar.

Pero la familia no sabe la satisfacción del trabajo y lo emocionante que es. Si uno tiene vocación no se imagina haciendo otra cosa.  Se superan los temores ante los animales que se encuentran en la selva, pues estamos conscientes que no es el jardín de la casa de uno. 

A nivel profesional estoy muy agradecida, porque he tenido buenas oportunidades.  Pues se han tenido casos de mujeres que tienen buenos proyectos, pero se privilegian llevarse a hombres, ya que hay estigmas de que las mujeres son débiles, pueden enfermar o si pasa algo desearán llegar rápido con su familia.

En la actualidad se siguen sumando más mujeres en arqueología, aunque no siempre son mayoría.   Por ejemplo, en la Usac, hasta el 2022,  se graduaron 217 arqueólogos, de los cuales 120 son hombres, y 97 mujeres. En la UVG, fueron 55, de los cuales  29 son hombres y 26 mujeres.

10 personas incorporadas, 3 guatemaltecos y 6 extranjeros, de este grupo soy la única mujer. 

¿Qué reconocimientos ha obtenido en su trayectoria profesional?

En 2019, uno de las mayores condecoraciones recibidas fue La Orden de las Palmas Académicas, otorgado por La República de Francia, por los méritos en los campos de la cultura y la educación.

También aprecié haber sido presidenta de la Asociación de museos de Guatemala, y del Consejo Internacional de Museos, Icom del 2016 a 2019.  Este es una organización no gubernamental que mantiene relaciones formales con la UNESCO y tiene un estatuto consultivo ante el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas, y también se asocia con entidades como la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual.

Haber viajado por todo el mundo, me ha permitido apreciar mucho más mi país. Guatemala es fascinante, el mosaico de culturas es exuberante, son varios pueblos mayas que están vivos actualmente y son fascinantes.

Lamentablemente el gobierno solo le da una connotación folclórica a los grupos originarios, no llega la médula de la importancia que tiene, el aporte  de las culturas antiguas y contemporáneas al mundo de hoy.

¿Qué habilidades o destrezas tiene a su favor?

Soy muy curiosa, si algo me fascina a mi es aprender, de lo que sea, en un día aprendo una palabra nueva, una receta nueva, un idioma que no imagine que existiera. El mundo es demasiado hermoso para no conocerlo, y una vida no alcanza para explorar todo lo que quisiéramos.

Para mí, conocer, aprender y saber, es un alimento vital, y de alguna forma cuando uno comienza a darse cuenta que es producto del pasado, bueno o malo, es cuando comienza a valorar las raíces históricas.

Liwy es una mujer apasionada, disfruta lo que hace, y si se compromete en algún proyecto, se entrega de lleno.  Es una persona que se entusiasma con facilidad.

Afirma que a veces es muy ingenua, y tienen la capacidad de maravillarse con cosas simples.

Es muy responsable, cumplida y puntual. Su sinceridad la ha llevado a expresar lo que piensa, y no lo que las personas esperan oír.  

¿Cómo equilibra su vida con otros roles o gustos personales?

Mi familia la conformo con mis padres y dos hermanos. Aunque su formación es tradicional, siempre apoyaron mis ideas “locas”

Me encanta tanto mi trabajo que lo disfruto, pero disfruto también otras cosas en mi vida, como viajar, conocer nuevos lugares, personas con costumbres diferentes y otras formas de vida.  No hay nada que me de placer de ir a un lugar que no conozca, en un país ansiático o a un pequeño lugar de Guatemala, porque siempre será algo nuevo.

Me encanta cocinar, probar nuevos sabores, tengo la facilidad de que si pruebo algo puedo saber que tiene, tal vez en la primera no me queda igual, pero en la segunda cocino la receta como es.

Soy cinéfila de hueso colorado, también me gusta mucho leer, aunque de niña leía mucho más que ahora, lamentablemente.  La lectura nos abre la mente a otros mundos reales e imaginarios, por ello es de gran ayuda en la arqueología, pues siempre tratamos de vivir apegados a la realidad.

El arte en general me gusta, ver exposiciones, leer sobre arte, artistas, pintura, escultura, todo eso me encanta, soy súper melómana, jazzista y roquera.

El jazz es no solo una apertura a sonidos sino de sensaciones;  y el rock por supuesto porque está lleno de fuerza. Por ello me encanta la frase de Nietzsche.  “La vida sin música sería un error”,  creo que es muy real.

¿Con su riqueza de experiencia, que mensaje le comparte a las mujeres?

A los que tengan hijos, deben tratar a los niños y las niñas por igual, ambo son capaces de aprender y hacer,  no los deben limitar por el sexo con el que nacieron.

Dejen que se expresen, que desarrollen sus gustos, algunos traerán habilidades artísticas, o en diversas áreas.  Eviten poner limitaciones, pues tanto mujeres como hombres son capaces de lograr sus metas.

Las mujeres deben soñar tanto como quieran, deben proponerse metas tan altas como deseen, y siempre valorar su independencia, evitar bloquearse a sí mismas, no depender ni de sus padres, pareja, familiar, amigo o cualquier persona. 

Y recordar que lo mejor es tener independencia económica, para elegir, hacer y decir.  No hay ni un solo impedimento real que no nos permita lograr lo que queramos, en ninguna profesión, ámbito ni plan.  Nuestra inteligencia es igual para todos.

El feminismo lo que busca es la igualdad para todos, no que las mujeres ocupen el lugar de los hombres, es algo que no queda claro,  lo que se busca es oportunidades para todas las personas.

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