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Por Redacción
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Lo más certero de una acción de dar gracias, es lo Personal.Gracias, es la palabra que retumba en todos lados, en esta tercera semana del mes de noviembre,  para que al final, los pavos, pollos y patos paguen los platos rotos de una fecha festiva,  que la mayoría desconoce, nunca se ha involucrado y su significado dista de una esencia renovadora y útil para las generaciones presentes y postreras, que rinden un tributo a la conquista de tantos pesares y calamidades, para poder llegar a ser pueblo o nación.

Así es mis queridos amigos, que sabemos que son parte de nuestro esfuerzo y llegar a nuestras diferentes opciones en la Web y diferentes plataformas digitales y  redes sociales, que por cierto, tenemos que reflejar, con el mejor de los gustos, nuestro agradecimiento a todos ustedes que nos hacen sentirnos con esa actitud maravillosa de ser y estar agradecidos.  Sabemos que estamos llegando a nuestro objetivo creciente, pero también edificante.

De hecho mis queridos lectores, no es mala idea tener siempre esa actitud de agradecimiento, en todo tiempo y en todo lugar, pues nos otorga la mejor de las disposiciones, para llegar a nuestros semejantes, con esa mente y ese corazón contrito y humillado, que nos facilita el camino y nos abre un sinfín de oportunidades.

Obviamente, oportunistas siempre habrán y son aquéllos que se permiten aprovechar cualquier momento de descuido, para celebrar la fiesta de otros y no les importa de qué santo sea, lo importante es reconocer el  festín que se darán, gracias a los otros, que con resignación y gozo, se unen para celebrar un momento y una acción de gratitud y compartirlo con los que no agradecen y se visten de aprovechar la sobrevivencia y si hay vino mejor.

Pero eso amigos, queda a una distancia de rezagado, qué al final, no hay que tomarlo en cuenta, pues las gracias y la gracia, debe habitar en el corazón y es completamente personal.  Dar gracias en todo momento y en todo lugar, con grandes o pequeños banquetes de lo que sea, será de repente el modo más delicado, honrado y valioso, que la humanidad puede expresar ante su Creador.  Con gratitud infinita, con humildad de corazón, con ese sentido maravilloso que nuestra existencia puede y podrá dar siempre gracias a uno mismo, al semejante, al entorno y a Dios.

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