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Celebrando a papá

Por Redacción
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En este mes de junio, el próximo 17, en Guatemala, se celebra el día del padre.  En este mes dedicaremos varios artículos a él, que merece toda nuestra gratitud y devoción por cómo es capaz de cumplir su misión, custodiar la vida de sus hijos.

Hoy me gustaría retomar el tema de la custodia de acuerdo con una perspectiva particular: la perspectiva de la educación. Demos un vistazo a San José como el modelo del educador, que custodió y acompañó a Jesús en su camino de crecimiento «en sabiduría, edad y gracia», como dice el Evangelio. Él no era el padre de Jesús: el padre de Jesús era Dios, pero él le hacía de papá a Jesús, le hacía de padre para hacerlo crecer. Y ¿cómo lo ha hecho crecer? En sabiduría, edad y gracia.

Empecemos por la edad, que es la dimensión más natural, el crecimiento físico y psicológico. José, junto con María, se encargaron de Jesús, sobre todo, desde este punto de vista, es decir, lo «criaron», preocupándose de que no le faltara nada de necesario para un desarrollo saludable.

En aquellos años, José enseñó también a Jesús su trabajo, y Jesús aprendió a hacer el trabajo de carpintero con su padre José. Así José ha criado a Jesús.

Pasemos a la segunda dimensión de la educación que es la de la «sabiduría. José fue para Jesús ejemplo y maestro de esta sabiduría, que se nutre de la Palabra de Dios. Podemos pensar en cómo José educó al pequeño Jesús a escuchar las Sagradas Escrituras, en especial acompañándole el sábado a la sinagoga de Nazaret. Y José lo acompañaba para que Jesús escuchara la palabra de Dios en la sinagoga.

Y, por último, la dimensión de la «gracia».   Aquí, sin duda, la parte reservada a San José es más limitada respecto a los temas de la edad y de la sabiduría. Pero sería un grave error pensar que un padre y una madre no pueden hacer nada para educar a sus hijos a crecer en la gracia de Dios. Crecer en edad, crecer en sabiduría, crecer en gracia. Este es el trabajo que hizo San José con Jesús: hacerlo crecer, en estas tres dimensiones, ayudarlo a crecer.

La misión de San José fue sin duda única e irrepetible, porque Jesús es absolutamente único. Y, sin embargo, en su custodia a Jesús, educándolo a crecer en edad, sabiduría y gracia, él fue un modelo para todos los educadores, especialmente para cada padre. San José es el modelo del educador y del papá, del padre.

Papá debe de estar siempre muy cerca de sus hijos, dejándolos crecer, pero estar muy cercanos, ¿eh? Ellos tienen necesidad de ustedes, padres,  de su presencia, de su cercanía, de su amor. Sean para ellos como San José: custodios de su crecimiento en edad, sabiduría y gracia. Custodios de su camino, educadores. Y caminen con ellos. Y con esta cercanía serán verdaderos educadores.

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