En este mundo todo es cosa de gustos, no de géneros
Ser mujer hoy ya no es como era antes (en la época de nuestras abuelas). Hoy podemos estudiar, trabajar, comprar bienes, invertir o viajar sin pedirle permiso a NADIE.
Pero ser mujer en este tiempo nos ha puesto una meta imposible de alcanzar. Hoy, las mujeres debemos ser profesionistas exitosas, madres amorosas, esposas que quieren tener sexo todos los días, hijas que cuidan a sus padres, mujeres independientes, divertidas, cultas, equilibradas, que se quieren a sí mismas y que escuchan a otras mujeres que tienen el mismo pedestal altísimo. «Ser mujer en este tiempo nos ha puesto una meta imposible de alcanzar»
A todo esto hay que sumarle que debemos llevar una alimentación saludable, hacer ejercicio por lo menos una hora diaria y traer las uñas impecables porque son nuestra carta de presentación.
Si tenemos en cuenta todo esto la discriminación se hace presente. «Las mujeres hemos tenido que conquistar espacios que antes eran de los hombres y lo hemos hecho sin lágrimas, con cólicos y en tacones.»
La conquista de estos espacios es una lucha diaria entre las necesidades de las mujeres, la perspectiva de los hombres y los roles que empapan nuestra existencia. Hombres y mujeres hemos vivido encasillados en estereotipos, pero como el mundo vive a través de los ojos masculinos, ellos han podido salir de sus clichés sin perder su esencia mientras que las mujeres nos sentimos menos femeninas a cada paso.
Los hombres se interesaron por la moda y el cuidado de la piel y el mundo entero les aplaudió. Los hombres que se toman la tarde libre para cuidar a sus hijos los vemos con ojos de ternura, mientras que las mujeres que hacen lo mismo son consideradas menos eficientes en el trabajo.
Los hombres son chefs, las mujeres cocineras… Los hombres diseñadores las mujeres costureras…
Cada vez que los hombres han intentado tomar espacios que antes eran considerados femeninos los hemos alabado y dado nombres elegantes, demeritando los nombres tradicionales que identifican a las mujeres. «Nuestro objetivo se ha convertido en desmitificar a la mujer perfecta»
Pero cuando invertimos los papeles, las mujeres hemos sido duramente castigadas. Las CEOs de empresas son consideradas arpías, nadie piensa en ellas como buenas madres y todos suponemos que sus matrimonios, si es que existen, son infelices.
La sociedad nos ha puesto estándares imposibles de alcanzar.
Mujeres que tenemos claro lo que NO queremos ser, pero aún seguimos construyendo nuestros modelos para encontrar el equilibrio en un mundo diseñado para ellos.
Nuestro objetivo se ha convertido en desmitificar a la “mujer perfecta” esa que no existe, pero que todos nos dicen cómo debemos imitarla.
Todos los días fomentamos el liderazgo femenino, a esa Mujer de Negocios porque… En este mundo todo es cosa de gustos, no de géneros.
Porque nadie debería tener que elegir entre ser mamá o profesionista y se deberían de crear los espacios y las condiciones necesarias para no tener que sacrificar ninguna de las dos.
Porque llorar no te hace débil sino humana.
Porque no se vale juzgar si no has recorrido el mismo camino con los mismos zapatos.
Porque cuando un hombre nos es infiel, las mujeres le ponemos nombres ofensivos a la mujer que se acostó con él, en lugar de hacerlo a él responsable.
Porque si vamos a exigir orgasmos, vamos a ser responsables de cuidarnos también.
Porque las mujeres seguimos siendo presas de los estándares imposibles de belleza que nos imponen las revistas de moda y sacrificamos nuestra salud para vernos “bien” en lugar de buscar un equilibrio entre la comida y nuestro cuerpo.
Porque las mujeres nos tenemos que convertir en nuestras mejores amigas o esta guerra está perdida.
Porque tener ACTITUD FEMENINA significa decir lo que piensas, perseguir lo que deseas, hacer lo que quieras…SER LIBRE
Editorial, Mujer de Negocios
